El golero del Sportivo Luqueño, Tobías Vargas, está viviendo una temporada muy especial con el club de sus amores. Nacido y malcriado en la "República", el portero de 33 años fue una de las figuras que tuvo el "Chanchón" para su inmediato retorno a la máxima categoría del fútbol paraguayo.
"A Luqueño lo vi descender en el Defensores del Chaco, estaban mi abuela y mi mamá conmigo. Entonces me puse esa mochila pesada y vine con todo", comentó el guardameta en charla con VERSUS radio por la 970AM.
Tobías viene de una familia muy fanática por el "Chanchón", pasión heredada de su abuela, Ña Leo, quien le hizo un pedido especial tras confirmarse el ascenso a Primera División.
"Mi abuela se fue a todos los partidos, se fue a Pedro Juan Caballero, a Ciudad del Este. Ella lo vio descender y juntos logramos esto, la promesa que le hice fue hacer donaciones en una Escuela de Niños y lo cumpliré", reconoció.
"Sabíamos que no iba a ser fácil, todos los que venían a jugar contra nosotros, se jugaba por algo más, y tuvimos que poner un plus más de nuestra parte. La clave del ascenso fue el grupo. El profe Zahzú armó un gran grupo con la mezcla entre experiencia y juventud", alegó.
Desde el primer día que se concretó el descenso del Sportivo Luqueño, el futbolista Diego Fernández tenían en mente una sola cosa: el regreso a la Primera División.
El talentoso mediocampista se convirtió en el futbolista más importante del campeonato siendo goleador del certamen con 12 goles.
Apenas se confirmó el ascenso, el futbolista escribió un emotivo mensaje en su cuenta oficial de Instagram. "Desde la noche del 11 de diciembre soñé con este día, camino largo duro y difícil. Gracias a todos por el apoyo de siempre, sin palabras, Luque es de Primera" se expresó Fernández, con un compilado de imágenes de lo que fue su rendimiento.
Muy identificado con los colores de Luqueño, Fernández es sobrino de la gloria del club, Raúl "Raco" Ortiz, por lo que la pasión por el auriazul lo tiene de familia.
Fernández no sufrió en carne propia el descenso como futbolista, ya que en la primera parte del 2021 fichó por Vasco da Gama, pero sí lo sintió como hincha, por lo que esta vuelta a Primera es más que una revancha.
Iván Almeida, entrenador de Tacuary, tuvo un protagonismo muy particular en la Nueva Olla ante Cerro Porteño. Generó toda una discordia cuando puso tres botellas de agua en su banca técnica, algo que hizo estallar a los hinchas azulgranas.
Almeida dijo que simplemente es un "trauma" de algunos, refiriéndose a la reacción de los aficionados de Cerro contra su persona.
En charla con Versus Radio, el entrenador de Tacuary, que viene de perder justamente 5-0 ante el Ciclón, fue consultado si alguna vez podría dirigir Cerro Porteño, teniendo en cuenta toda esta rivalidad que se generó últimamente con la parcialidad azulgrana.
"Por respeto y el amor que le tengo al Olimpia, no lo haría. Respeto mucho al club Cerro Porteño, pero hay toda una historia detrás del apellido. Ni mi hijo (Matías), ni el hijo de mi hijo, ni el hijo del hijo de mi hijo jugará en Cerro, te aseguro y te firmo", señaló tajantemente el joven DT.
