Las inscripciones para la prueba madre del deporte motor nacional han cerrado de manera oficial en las oficinas del Touring y Automovil Club Paraguayo, que ha tenido este miércoles un incesante flujo de pilotos que a última hora han decidido hacer los trámites de inscripción. Finalmente, será sesenta y seis máquinas en carrera, a los que hay que sumarle la presencia de los históricos que estarán en la clasificación.
A solo un par de días de las pruebas de clasificación se han cerrado oficialmente el periodo de inscripciones para el Petrobras Transchaco Rally, que ya tiene el número mágico de pilotos en carrera. Sesenta y seis tripulaciones estarán presentes desde el vamos en el Ruben Dumot, de los cuales cincuenta y tres partirán en la PE3 en el Chaco, siendo solo trece máquinas las que solamente clasificaron el domingo para validar sus puntos de campeonato o ser simplemente parte de la fiesta en el Autódromo.
Entre los nombres más destacados, encontramos a varios ganadores de la prueba madre, como es el caso de Diego Domínguez (VW Polo R5), Didier Arias (Skoda Fabia Rally2 EVO), Alejandro y Marco Galanti (Toyota Etios), Victor “Itor” Galeano (Skoda Fabia R5). Además de los habituales protagonistas como el caso de Gustavo Saba (VW Polo R5), Augusto Bestard (VW Polo R5), Miki Zaldívar (VW Polo R5) entre otros.
A este número hay que sumarle la presencia de los veintidós históricos en la lista, quienes estarán presentes en la largada simbólica y podrán girar el domingo en el Ruben Dumot a modo de exhibición, siendo así un homenaje a los pioneros, a 50 años de la primera edición de esta particular y pasional prueba.
Ahora la actividad se centrará en primer término en el Ruben Dumot el sábado 2 de julio con las verificaciones técnicas, para luego pasar a la largada simbólica de la noche, desde las 18:30hs en Plaza Madero. Ya el domingo la clasificación dará oficialmente inicio a la competencia que no se viene disputando por la actual pandemia.
Uno de los emblemas de Ford cosechó dos triunfos en la prueba madre a lo largo de los años, pero para poder llegar a saborear la gloria máxima, tuvo que levantarse innumerables veces, en una muestra de perseverancia y templanza. Martín María Masi y su particular historia en el Chaco.
Proveniente de una familia que desde siempre estuvo ligada al deporte motor, Martín Maria Masi cuenta como su hermano participó en las primeras ediciones de la prueba madre, a los mandos de un Volkswagen. La semilla del automovilismo empezó a dar sus frutos ya inmediatamente, y es que a la par de la vuelta del Rally luego de su suspensión en el año 1987, Martín hacía su debut con otro de sus hermanos, tripulando un VW Fusca.
Rápidamente, y a base de resultados, Masi empezaba a sonar en el ruido motor a principios de los noventa, siempre bajo el escudo de Volkswagen, marca con la que empezaría a estar un poco más arriba en cada carrera. Como dato anecdótico, Martin Masi lo hizo debutar a otro ganador de la prueba madre, hablamos de Denes Tomboly, quien empezaba a dar sus primeros pasos como navegante, para luego pasar a la butaca izquierda.
Sin pensarlo, Masi empezaba a hacer un camino que tendría su primer roce con la gloria en el año 1994, ya como piloto de la marca del Óvalo, Masi protagonizó una de las luchas más épicas junto a Orlando Penner, definiendo la carrera en pleno enlace, luego de que ambos tuvieran problemas en sus máquinas. Penner ganaba por nada y Martín dejaba escapar la primera chance de ser el nuevo rey del Chaco. Aquí se empezaría a forjar un camino que pondría a prueba el temple del piloto, con situaciones incluso fuera de lo común que le costaron carreras por un par de años más, hasta llegar al punto de quiebre.
En las ediciones posteriores problemas en el coche impedían a Masi concretar la victoria, perdiendo carreras increíbles frente a José Carlos Grillón y Gerardo Planas. Eso no impedia que Masi trabajara más con el equipo buscando pulir cada detalle para siguientes ediciones:” Nosotros termina un Rally del Chaco y anotamos todos los errores y cosas a mejorar, ya en la Transchaco, de venia a Asunción pensábamos en lo que debíamos mejorar” décima el piloto a GEN.
“Yo me acuerdo del Escort, cuando vino de Inglaterra, famoso le chaqueamos y allí mismo le hicieron unas modificaciones en origen. Recuerdo que perdimos una vez un Rally del Chaco porque no funcionó el caño del sapito del limpiaparabrisas o no alcanzó el agua que había en el reservorio. Y llegamos a adaptar un tanque grande, por debajo del copiloto y eso ya fue un problema menos” recordó Masi.
Pero si hay algo que caracteriza al carácter de Masi es la dedicación y el no rendirse. Para el año 1999, ya navegado por Hansi Thiede, Masi vería sus sueños concretarse, y es que el Chaco lo había elegido por fín, dándole su bendición y alineando todo para que el piloto de Ford logre su primer éxito chaqueño, justicia para alguien que trabajó por mucho tiempo para ser parte del selecto grupo de ganadores.
“Entonces vos ibas descartando todos los problemas años tras años y cada vez dependemos menos de la suerte, y eso hizo que lograremos grandes resultados, a parte de las carreras que ganamos como estar en buenas posiciones o ganar primes o etapas. tener la punta siempre ahí para poder estar dentro de la conversación”.
El momento en la cima llegó para Martín Masi, quien reflexiona sobre lo que representó haber podido concretar tantos años de trabajo y esfuerzo:” El haber ganado el Rally del Chaco, primero que nada me trajo muchos amigos, conocí mucha gente y eso no tiene precio, me abrió las puertas en muchos lugares. Y aprendí muchísimo, aprendí lo que es la concentración que requiere, tanto dentro del auto, como en otro aspecto de la vida, la perseverancia, la disciplina. el formar parte de un equipo…. eso para mí fue lo más importante”.
Por dos años seguidos, Masi reinaría en el Chaco, cerrando un milenio y abriendo otro en la cima del mundo, siendo adoptado por el Chaco como uno de sus hijos más dilectos. En palabras de Diego Domínguez, Martín era un verdadero Toro en las picadas, siendo quizás uno de los más rápidos de la historia de la prueba. Otro que no niega su admiración hacia Masi es Don Pedro Fadul, quien siempre destacó el ritmo de Masi y de lo difícil que era estar a su par. Ya, a 21 años de su última victoria en el Chaco, Masi dejó un legado enorme, y sigue despertando admiración en el mundo motor. “En las picadas, no hay otro igual” decía Domínguez, y no en vano la frase favorita de Martín Masi guarda relación con ello… “Las picadas no tienen límites de aceleración”.
Dos grandes referentes del automovilismo sudamericano han dejado una marca importante en el Rally nacional, logrando las dos primeras poles en el entonces Autódromo Aratirí. La historia recuerda que dos uruguayos se alzaron con la fiesta en un momento donde el Transchaco Rally empezaba a dar sus primeros pasos.
Con la cuenta regresiva ya puesta al próximo domingo 3 de julio, es imposible no recordar a las grandes figuras que se han consagrado en el Autódromo Aratirí, siendo los dos primeros en lograr la pole pilotos de Uruguay, como el caso de Federico West y Luis Echegoyen, quienes recordaron su paso por Paraguay en charla con Radio La Deportiva 1120 AM.
El primer “poleman” recordó algunos detalles de aquella primera clasificación en un trazado muy diferente al que hoy se tiene el autódromo:” Recuerdo perfectamente eso, un lindo autódromo, yo tenía un buen auto, un Escort Cosworth MK 1, que venía de Inglaterra, de 220 cv. Tuve la suerte de ganar esa prueba en el autódromo. La largada fue de noche, con lluvia, cruzamos en balsa para ir al chaco, con mucho barro, fue una etapa larga pero linda.
West agregó sobre cómo se dio su llegada a Paraguay:” En el 19 Capitales de 1972 -que gané con Alfa- vinieron varios paraguayos a correr, y ahí me invitaron. Yo fui antes de la carrera, recorrimos la ruta, y me di cuenta que era una cosa dura y difícil. Pero fuimos y guardo lindos recuerdos, incluso volvimos un par de veces más”.
“Fue una impresión ver esas grandes dificultades, un tipo de tierra totalmente desconocida para nosotros, tipo talco que acá en Uruguay no existe. Picadas cerradas, había que amoldarse para competir ahí. No tuve mucha suerte, gané la primera etapa pero en la segunda tuve muchos problemas y tuve que parar lastimosamente”, sentenció West sobre su presencia ya en el Chaco.
Además, West comentó que tenía guardado algunos recuerdos de su aventura por estas tierras:” De esa carrera tengo guardado el reglamento particular y el carnet de ruta, es una reliquia, que lo guardo con mucho cariño”.
Otro que también estuvo recordando su paso por Paraguay es Luis Echegoyen, quien logró dos veces la pole, en los años 1974 y 1978:” Los mejores recuerdos no son tanto competir en el Chaco, que era una aventura, el mejor recuerdo eran las recorridas, con Vicente Pallares y el Pavo Bittar, nos conocimos mucho, recorrimos mucho y nos quedamos debiendo mucho, fue una felicidad ser parte de ello”.
Sobre su primera pole, “Lucho” Echegoyen recordó: “Esa jornada fue muy linda, yo en ese momento tenía uno de los caballo de comisario, uno de los autos más potentes, siempre me senti comodo en el Aratirí, logre clasificar primero pero gracias a mi equipo que siempre me dio el mejor auto, el logro es de todo el equipo”.
Ya sobre su segunda pole, corriendo para la marca Ford, Echegoyen recordó una anécdota muy particular con el preparador inglés David Sutton:” En el año 1978 fue para mí un motivo muy importante para alimentar mi ego. Ese día estaba David Sutton en Paraguay, hablamos y en la previa le dije que iba a hacer el mejor tiempo sobre sus autos, en ese momento de última generación como el que tenía Risso. Y Sutton me dijo que no iba a poder hacerlo y le dije que me tenía fe para clasificar. Y ahí está, hicimos el mejor tiempo, a la noche me ubiqué frente a él en la cena, y le dije viste que te iba a ganar - entre risas- y Sutton no estaba muy contento que digamos. Pero teníamos un buen auto también, logramos una buena pole” señaló el veterano piloto uruguayo.
Historias como la de West o Echegoyen se repiten a lo largo de casi 50 años de vigencia de las pruebas de clasificación, que son prácticamente una carrera aparte, una fiesta que solo los amantes de los fierros pueden entender.
