Joel Ronaldo Jiménez: "Siempre quise competir contras los grandes"

POR DANIEL ARÉVALOS

Es un jugador joven, pero con mucho recorrido y experiencia, a tal punto que esta es su segunda participación a nivel de Copa Sudamericana en filas de Guaireña, anteriormente ya disputó defendiendo los colores de Cerro Porteño (2017).

Joel Elías Ronaldo Jiménez Cabrera (24), lateral izquierdo del representativo guaireño. En VERSUS, nos cuenta toda su expectativa para los próximos partidos por la Copa Sudamericana. También su inicio y recorrido y los objetivos futuros.

Fue integrante de las divisiones menores de la selección nacional dirigida en su momento por Gustavo Morinigo. Es más, fue invitado por el entonces técnico de la Albirroja absoluta Ramón Díaz como sparring a Perú en las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018.

Foto: Gentileza.

Es mi segunda Copa Sudamericana, antes en el 2017 ya jugué estando en Cerro Porteño. Recuerdo enfrentamos a Boston River (de Uruguay), Ahora feliz por esta nueva oportunidad porque venía de no jugar prácticamente seis meses, ya que en Sol de América (segundo semestre 2021) casi no jugué”, explicó Joel Jiménez.

Me gusta el grupo que nos toca (Grupo E), siempre quise competir contra los grandes como por ejemplo Sao Paulo (Brasil), Racing (Argentina) y se dio así porque tanto el Internacional (Brasil) y el DIM (Colombia), son equipos muy representativos”. (Completa el Grupo E el club 9 de Octubre de Ecuador), resaltó Joel Jiménez

Nos queda tomar con mucha responsabilidad estos partidos, sin dejar de disfrutar el momento. Pero es fútbol, terminó eso de ganar con la camiseta, así que nosotros estamos trabajando calladito para potenciar lo que ya venimos haciendo, esperando que todo salga bien”.

El objetivo en esta competencia es pelear de igual a igual, nada es imposible, porque no pensar dar un batacazo y meternos en los octavos de final o por lo menos hacer una buena campaña y dejar en alto el prestigio de Guaireña y demostrar que está hecho para competir”, destacó el futbolista.

Sin duda una participación internacional es importante y ayudará a los futbolistas a llegar a sus respectivos objetivos personales”, agregó.

Con relación a las seguidillas de partidos entre Copa y torneo local, dijo. “El técnico decidirá como plantear esa situación. Uno como jugador quiere jugar todos los partidos, siempre que el físico responda, sabemos que por momento puede ser complicado por los viajes, pero debemos estar preparados y a disposición del entrenador”.

El lado desconocido de su nombre

Mi nombre completo es Joel Elías Ronaldo, pero en realidad todos me conocen por Joel, los demás (nombres), casi están demás, pero tiene una historia”, reconoce el futbolista.

Mi madre era fan de Ronaldo (Luis Nazário de Lima), el extraordinario jugador brasileño y quería que lleve ese nombre, pero mi padre no quiso porque prefirió que llevara su nombre (Elías). Entonces, mamá se avivó y me puso los dos nombres y le agregó uno más” (Joel), rememoró.

En otro momento, recordó del porqué no se consolidó en Cerro Porteño, dijo. “Soy consciente que capaz me faltó un poco más de madurez para lo que es la exigencia en ese club, pero bueno son situaciones que uno va aprendiendo estando en otro club”, apuntó.

Si desearía volver alguna vez a Cerro, ya con más experiencia, resaltó. Más que volver a Cerro, me gustaría estar en uno de los clubes grandes o pegar un salto al exterior. Considero que ya adquirí una madurez suficiente como tomar grandes desafíos y porque no pensar en la selección ya que actualmente se está renovando el plantel”.

Inicio y recorrido

Jiménez surgió en la cantera de Cerro Porteño, debutó muy joven en Primera división aunque no tuvo mucha regularidad por lo que tuvo que emigrar a otros clubes, incluyendo un fugaz paso por el fútbol argentino.

Comencé a jugar en Cerro Porteño desde la Escuela de fútbol, pasando por todas las categorías, hasta debutar en primera división en el año 2017, luego tuve un paso por el club 3 de Febrero de Ciudad del Este, (Primera división). Posteriormente pasé al club Fernando de Mora (Intermedia). Después tuve un paso por el Fútbol argentino en el Central Norte (Segunda División), nuevamente retorné a Cerro Porteño” recordó.

En el 2020 terminó mi contrato con Cerro y al año siguiente fiché por Sol de América, donde en el torneo Apertura tuve mucha regularidad, pero cuando se cambió el entrenador jugué poco, entonces opté en salir para éste año y arreglé con Guaireña”.

Aquí en Guaireña se armó un buen grupo con los jugadores que ya estaban n el plantel, más los que nos acoplamos para ésta temporada. Un plantel muy unido comprometido con el trabajo y el objetivo. Lastimosamente no empezamos bien el torneo, pero de a poco estamos mejorando, con el último triunfo nos acomodamos mejor en la tabla”.

Foto: Gentileza.

Técnico de referencia

Como casi siempre ocurre a cada futbolista, tiene un entrenador referente, de quien aprendió cosas que lleva a la práctica en su recorrido futbolístico. Al respecto, Joel recuerda que aprendió mucho de Gustavo Florentín quien fue su formador.

Desde las Formativas en Cerro Porteño le tuve como entrenador a Gustavo Florentín, también en la Reserva y luego en primera División y como si fuera poco también fue mi técnico en Sol de América, así que es un profesional que me formó y de quien aprendí muchas cosas. Es un entrenador que me ayudó mucho a crecer profesionalmente”, remarcó.

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Radiografía de un "proceso" nefasto: 2 DTs, 63 futbolistas, 15 derrotas y solo 39 puntos de 111 posibles

Por Christian Pérez/@chrisperezz7

Las Eliminatorias Sudamericanas llegaron a su fin y Paraguay nuevamente protagonizó una espantosa actuación, desperdiciando casi cuatro años, en los que la selección quedó estacada totalmente, sin avanzar un solo centímetro en lo futbolístico y perdiendo orgullo, moral y la poca dignidad deportiva que le quedaba.

La Albirroja tuvo nuevamente un nefasto intento de "proceso", se ausenta por tercera ocasión consecutiva al máximo evento futbolístico del planeta: la Copa del Mundo y como mínimo asegura 16 años sin pisar el escenario de un Mundial a nivel de selecciones.

Desde el 2019 hasta el presente, en el que se intentó llevar a cabo un proceso erróneo de pie a cabeza y con dos entrenadores con ideas totalmente antagónicas, lo que desnudó claramente que desde la dirigencia nunca hubo un proyecto real, con una línea o estilo a seguir.

Paraguay rompió todo tipo de récord negativo en las Eliminatorias Sudamericanas, competencia en la que apenas ganó tres partidos, venciendo dos veces a Venezuela, la peor selección del continente y a una Ecuador relajada, prácticamente clasificada.

El "proyecto" comenzó a inicios del 2019 con la llegada de Eduardo Berizzo, quien tuvo dos Copa América, varios amistosos y casi todo el clasificatorio sudamericano. Su idea nunca "pegó", convenció o contagió a los futbolistas, que terminaron frustrándose por intentar cambiar el ADN guaraní e ir muchas veces contras sus principios básicos.

La llegada de Guillermo Barros Schelotto ya fue solamente un manotazo de ahogado y había que agarrarse de lo poco que había disponible en el mercado. Quizás lo que quiere el "mellizo" o al menos lo que imagina, se acerca más a lo que ha consumido siempre el jugador paraguayo, tratando de apelar a la entrega, presión, verticalidad excesiva y buscar resultados antes que una forma, idea o estilo de juego.

El segundo DT argentino del proceso solo tuvo seis partidos a su cargo, hizo un recambio masivo en los últimos partidos, pero a excepción del juego ante Ecuador, con él en el banco, Paraguay dio pena en la parte final del clasificatorio.

Hace tres fechas se le acabó las excusa del "buscar ganar como sea", porque el resultado era prioritario cuando asumió recién, pero ya estando eliminada la selección, no mostró muchas mejoras, aunque como aspecto positivo, aparecieron un par de caras nuevas que le pueden devolver la esperanza al sufrido fútbol guaraní.

Los números que dejaron el camino hacia Catar 2022, incluido amistosos y dos Copa América, son la clara muestra de nuestra realidad como selección, que también es el reflejo del fútbol paraguayo, que sigue esperando camadas espontáneas que pueda salvarlo, sin pensar, planificar o programar un proyecto que abarque desde las divisiones formativas de todos los clubes de Primera División y Ascenso.

Con dos entrenadores, la Albirroja jugó 37 partidos, de los cuales solamente ganó 8 partidos (3 por Eliminatorias, 3 amistosos y 2, en 2 ediciones de Copa América). Además recogió 14 empates y 15 derrotas (8 por Eliminatorias, 3 por Copa América y 4 en amistosos), casi el doble de triunfos propios.

En los 37 juegos solo convirtió 34 goles, números que muestra la radiografía perfecta de la pobreza ofensiva de Paraguay, que ni siquiera promedia un gol por partido. En contrapartida, recibió 48 tantos, 26 de ellos en las Eliminatorias Sudamericanas, promediando prácticamente un 1, 5 goles por partido y tirando así por el piso la imagen de que la selección guaraní siempre tuvo como principal fortaleza la defensa.

En todo este camino, los entrenadores usaron 63 futbolistas, de los casi 80 convocados en esto casi cuatro años de fracaso absoluto en lo deportivo.

En este proceso, en el que la generación 93/94 (los últimos mundialistas Sub 20) ya debía asumir la responsabilidad absoluta, nuevamente los referentes quedaron en deuda como jugadores de selección. Brillaron en sus clubes y decepcionaron con la Albirroja.

Es cierto, la selección no tiene identidad como los clubes en los que juegan y no son arropados quizás como se deben, pero es imposible ocultar que los líderes de esta Albirroja no cumplieron con lo esperado y aunque todo el plantel, cuerpo técnico y dirigencia es responsable, ya van dos procesos consecutivos que los mismos "caciques" encabezan el fracaso deportivo.

Ser de necios negar la calidad de futbolistas como Antony, Gustavo Gómez, Junior Alonso, Miguel Almirón -por citar algunos nombres-, porque los puestos que ocupan en los grandes clubes nadie se los regalaó, pero hasta aquí nunca dieron la cara realmente por Paraguay, que pide a gritos líderes reales, que muestren valentía jugando, arriesgando y no pegando, que es la eterna confusión en el fútbol. Nos llenan de orgullos por sus conquistas en los clubes, pero con Paraguay solamente nos regalaron tristezas y decepciones.

La Era Berizzo: un DT que intentó, insistió, pero nunca encajó

Es fácil opinar o hacer una análisis "con el diario del lunes", -una frase que nunca se dijo-, pero Eduardo Berizzo tuvo demasiado tiempo para conseguir prácticamente nada. Era terminar definitivamente el fracaso con él o cortar el proceso mucho antes de tener la soga al cuello.

Uno de los famosos e miembro de la interminable lista de la "escuela de Bielsa", Eduardo Berizzo quiso cambiar toda la identidad guaraní de un día para otro. Nunca meditó sobre la posibilidad de adaptarse en parte a lo que busca, necesita y ofrece un futbolista paraguayo y solo insistió en que los jugadores se adecuen como sea a su estilo, pensamiento y forma de ver el fútbol.

Comenzó pregonando una posesión inmensa, cansina y poco productiva. Es cierto, Paraguay llegó a sacarle pelota a selecciones impensadas en principio, pero nunca tuvo profundidad y de agresividad ofensiva ni hablemos. Tierno, predecible y muy escueto a la hora de agredir.

En medio del camino quiso darse cuenta que era imposible sostener esa idea con las características y virtudes de sus futbolistas. Trató de ser más vertical, pero con un defecto enorme: Paraguay siempre jugó adecuándose a cada rival y nunca un rival fue el que se preocupó por la Albirroja: era contrarresta siempre, pero luego ya no había un plan a ejecutar, o al menos esa realidad terminó mostrando siempre el equipo.

Sobre el final, desesperado, ya con el rumbo perdido, el "Toto", hizo de Paraguay cualquier cosa, menos un equipo decente con capacidad para competir.

La Albirroja ya había perdido la famosa posesión tan pregonada al inicio y también se desprendió de su clásico juego de lucha, apostando a las segundas pelotas. Dejó atrás el intento de fútbol lírico y se olvidó también de sus principios, por lo que terminó siendo una selección regalada a su suerte, que solamente esperaba el golpe definitivo para terminar con una estúpida ilusión que nunca abandonamos cuando se trata de Paraguay.

Fue Bolivia el que le dio el golpe de gracia, desnudando los peores defectos de la Albirroja de Berizzo, que apeló a la poca dignidad que le quedaba y se terminó yendo.

Berizzo no fue un mal entrenador, sí un pésimo seleccionador que se encaprichó con insistir hasta colmar a todos con ciertos futbolistas y siendo realistas, su forma de jugar no era la que busca y necesitaba Paraguay, aunque para quien escribe era atractiva, novedosa y seductora para soñar con una nueva imagen.

Un DT con buenas ideas que "cayó" en el momento, lugar y con jugadores equivocados o al menos contrapuestos a lo que pregonaba como estilo y forma de jugar.

La llegada de Guillermo Barros Schelotto

Guillermo Barros Schelotto, el "bombero", que se está quemando con la selección paraguaya. El argentino de 48 llegó para tratar de dar un golpe anímico, más que futbolístico, pero no hubo caso, la Albirroja ya no podía sobrevivir ni con respirador artificial.

Al menos desde el inicio fue sincero, sin vender mentiras ni humo. Paraguay iba a proponer más con actitud que con una idea o trabajos tácticos mecanizados. No había tiempo, eso le jugó en contra, pero también a favor, ya que ante el virtual fracaso, iba a ser el menos responsable.

En seis partidos, solamente mostró una imagen decente y fue ante Ecuador como local, partido en el que Paraguay mostró agresividad, la característica fuerza física y algunas cuestiones tácticas que obviamente lo había planeado él.

Muchos comparan su trabajo con la de Diego Alonso en Uruguay, pero la gran diferencia radica en la calidad de planteles de una y otra selección. Es imposible tratar de hacer un paralelismo entre la jerarquía de jugadores charrúas con los guaraníes.

Por citar algunos ejemplos: La capacidad defensiva de la dupla Godín-Giménez es inmensamente superior a la nuestra, el talento y la capacidad física de Federico Valverde, titular en el Real Madrid, no puede compararse con algún albirrojo y con el ejemplo de Luis Suárez, versus cualquier delantero albirrojo, cierra todo tipo de debate.

Eso sí, al menos Guillermo tuvo la valentía de iniciar un proceso de renovación. Eso sí, cuánto le va a costar nuevamente a Paraguay, porque jugadores de calidad real escasean. Hay talentos con grandes potenciales, pero de los pocos que sobresalen con un brillo diferente son Julio Enciso y quizás Robert Morales, quien en menos de diez minutos mostró algo de su gran capacidad goleadora.

Se acabó la paciencia, la espera y si la APF decide que Barros Schelotto va a continuar, es momento de ver una forma, identidad verdadera con la que va a encarar el proceso hacia el 2026. Excusa de tiempo ya no existe y si bien la urgencia de resultados inmediatos tampoco es primordial, es necesaria ver una evolución real en todos los aspectos.

Si el mellizo quiere una transformación verdadera, deberá tomar también el mando de las selecciones menores, proponer sistemas de trabajos para cada categoría y consolidar camadas para el presente y futuro, con un trabajo en conjunto y coordinado con los diferentes clubes.

Aunque sean resistidos, Gustavo Gómez, Junior Alonso, Miguel Almirón y hasta Antonio Sanabria, por edad y porque son de los pocos jugadores que militan en ligas de élite, estarán nuevamente sin lugar a dudas.

Si bien tiene ciertas lógicas, el fútbol es tan indescifrable en muchos aspectos. En algunos países, los entrenadores transforman la competitividad de los equipos; en otros lados, es la calidad de los jugadores la que se impone a pesar de los seleccionadores del momento y después está Paraguay, donde ni el DT de turno, ni el plantel de futbolistas dan la cara por la sufrida selección.

Números crudos, reales y vergonzosos

La Albirroja solo ganó 8 de sus últimos 37 partidos. Apenas sumó 38 de 111 puntos posibles. Penoso y hasta vergonzoso.

Apenas ganó tres partidos por Eliminatorias Sudamericanas, en la que después de Colombia es la selección de los empates. Fue la peor en cuanto a fuerza ofensiva, con apenas 12 goles en 18 juegos, superada incluso por Venezuela (14).

Fue la cuarta más goleada, con 22 tantos en contra y fue la única selección de continente que ganó solo 2 partidos como local. Incluso Venezuela triunfó en 3 ocasiones y acumuló más puntos jugando en casa.

El líder de las Eliminatorias hizo casi el triple de puntos que Paraguay y su posición en la tabla no fue peor solamente porque Bolivia -que nos goleó y empató- y Venezuela ratificaron ser las mismas de cada clasificatorio.

Entre amistosos y dos ediciones de Copa América jugó 19 encuentros y apenas ganó 5 encuentros: a Jordania, Guatemala, Bulgaria, Chile y Bolivia.

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Juan Heinze, sinónimo de superación: "No me da vergüenza contar mi historia"

 

POR DANIEL ARÉVALOS

A veces en la vida se presentan pruebas difíciles de comprender, pero siempre hay una explicación que generalmente consiste en saber afrontarlas y sobre todo cómo superarlas.

En ésta entrega de VERSUS, te contamos la historia de un jugador de fútbol que gracias a su capacidad de superación y el aprovechamiento de su talento supo salir de una situación complicada en la vida.

Se trata de Juan José Heinze (22), argentino volante extremo por izquierda del club General Caballero de Juan León Mallorquín. El futbolista llegó el año pasado a nuestro país y jugó en la división Intermedia en el club Guaraní de Trinidad (Itapúa). Para esta temporada, pegó el salto a un club de Primera y que está participando en la Copa Sudamericana.

Se inició futbolísticamente en su país en los clubes Ferrocarril Oeste (Segunda División) y Camioneros (Federal A), pero dejó la práctica de fútbol por falta de recursos económicos y se dedicó a otras cosas como tareas de construcciones, pinturas y vendedor de golosinas.

Juan Heinze firmando con General Caballero. Gentileza.

En 2021 recibió la invitación de un amigo para probar suerte en el fútbol paraguayo y así quedó en Guaraní de Trinidad (Intermedia) donde tuvo una buena temporada que le valió el paso al “rojo mallorquino”.

Entre sus objetivos está ayudar a su familia a mejorar la casa que tiene en Buenos Aires y ser transferido a un club de la capital.

En Argentina jugué en Ferro (Nacional B, Segunda División), luego pasé al club Camioneros (Federal A), pero el lugar de entrenamiento quedaba lejos de donde vivía y ya no me alcanzaba para el boleto y deje el fútbol por un año y medio más o menos, fui a trabajar en otra cosa”, comenzó relatando Juan José Heinze, uno de los futbolistas más regulares del club General Caballero de Juan León Mallorquín.

Hice de todo un poco, trabajé en albañilería y pintura en una empresa, también me dediqué a la instalación de aire acondicionado. Además vendía cosas dulces, rosquitas, facturas y esas cosas, pero no me da vergüenza contar mi historia, no es nada malo”, comentó el jugador.

Pero soy un agradecido a Dios porque ahora estoy en un club de primera División, haciendo goles jugando la Copa Sudamericana, es algo muy lindo, sueño de cualquier chico jugar un torneo internacional”, resaltó.

Vine el año pasado (2021) a Paraguay a Guaraní de Trinidad equipo de la División Intermedia, me invitó un amigo de nombre Cristian Martínez quien jugaba en ese club, hice la prueba y quedé. Gracias a Dios me fue bien, cuando le enfrentamos a General Caballero JLM, hice un buen partido y me hicieron la propuesta para éste año, fue así que estoy ahora en esta institución”, destacó.

General Caballero es un equipo con muchos jóvenes, tenemos ganas de mostrarnos, de ver al club pelear arriba, hacer historia como lo conseguido con la clasificación a Fase de Grupos de la Copa Sudamericana”.

El grupo es bien unido estirando todos de un mismo lado, ahora debemos mejorar en el torneo local, empezar a sumar de a tres. Los primeros partidos se nos complicó un poco, pero siempre estamos haciendo el esfuerzo y vamos a tratar de levantar”, agregó.

En cuanto a su posición dentro del campo de juego dijo. “Me gusta jugar de punta, comencé en esa posición, pero luego me pusieron como extremo por izquierda pero con la libertad de pisar el área aprovechando mi velocidad. Ya me acostumbré jugando así, me siento cómodo”.

Heinze no fue titular en el arranque del torneo Apertura, pero a fuerza de buen rendimiento se ganó el puesto y en los últimos partidos se convirtió en inamovible del equipo.

Honrar a la familia 

Sus padres viven en Buenos Aires y el futbolista tiene la idea de ayudarles en mejorar la vivienda en el vecino país. Al respecto mencionó. “Mi familia están en Argentina, estoy gestionando para traerlos a papá y mamá por los menos para algunos partidos por la Copa”.

Los extraño un montón pero estoy haciendo el sacrificio por el bien mío y porque además quiero darle una alegría a mi madre que me pidió y que nunca le pude dar, que es arreglarle la casa”, admitió el jugador.

Juan Heinze con la camiseta de Guaraní de Trinidad. Gentileza.

Ella tiene una casa propia que no está mal, pero quiero mejorarla o sacarla del barrio, que sea feliz. Somos siete hermanos, soy el más chico y el único varón”, explicó.

Objetivos

Entre mis principales objetivos quiero hacer un buen trabajo con el club en la Copa Sudamericana y el torneo local y más adelante jugar en un equipo más grande, con mayores presupuesto como Libertad, Olimpia, Cerro Porteño o Guaraní. También si surge algo bueno en mi país no dudaría en volver, pues ahí le tengo a toda mi familia”.

Heinze tiene contrato firmado con General Caballero JLM, por dos años, pero con cláusula de salida a fin de año. No obstante, si en el semestre aparece alguna oferta importante es conversable, según aseveró el futbolista.

Aún no conozco la ciudad de Mallorquín (sede del club General Caballero), porque viene directamente a la capital ya que el equipo entrena aquí, debido a que nuestro estadio está en reparación. Vivo sólo en la ciudad de Itauguá. Tengo en el plantel a otros compatriotas (Leandro Corulo, Guillermo Hauché, Santiago Bustos y Miguel Escobar) pero de momento no nos juntamos porque ellos están con la familia y en los ratos libres le dedican su tiempo”, concluyó. 

 

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