Radiografía de un "proceso" nefasto: 2 DTs, 63 futbolistas, 15 derrotas y solo 39 puntos de 111 posibles

Por Christian Pérez/@chrisperezz7

Las Eliminatorias Sudamericanas llegaron a su fin y Paraguay nuevamente protagonizó una espantosa actuación, desperdiciando casi cuatro años, en los que la selección quedó estacada totalmente, sin avanzar un solo centímetro en lo futbolístico y perdiendo orgullo, moral y la poca dignidad deportiva que le quedaba.

La Albirroja tuvo nuevamente un nefasto intento de "proceso", se ausenta por tercera ocasión consecutiva al máximo evento futbolístico del planeta: la Copa del Mundo y como mínimo asegura 16 años sin pisar el escenario de un Mundial a nivel de selecciones.

Desde el 2019 hasta el presente, en el que se intentó llevar a cabo un proceso erróneo de pie a cabeza y con dos entrenadores con ideas totalmente antagónicas, lo que desnudó claramente que desde la dirigencia nunca hubo un proyecto real, con una línea o estilo a seguir.

Paraguay rompió todo tipo de récord negativo en las Eliminatorias Sudamericanas, competencia en la que apenas ganó tres partidos, venciendo dos veces a Venezuela, la peor selección del continente y a una Ecuador relajada, prácticamente clasificada.

El "proyecto" comenzó a inicios del 2019 con la llegada de Eduardo Berizzo, quien tuvo dos Copa América, varios amistosos y casi todo el clasificatorio sudamericano. Su idea nunca "pegó", convenció o contagió a los futbolistas, que terminaron frustrándose por intentar cambiar el ADN guaraní e ir muchas veces contras sus principios básicos.

La llegada de Guillermo Barros Schelotto ya fue solamente un manotazo de ahogado y había que agarrarse de lo poco que había disponible en el mercado. Quizás lo que quiere el "mellizo" o al menos lo que imagina, se acerca más a lo que ha consumido siempre el jugador paraguayo, tratando de apelar a la entrega, presión, verticalidad excesiva y buscar resultados antes que una forma, idea o estilo de juego.

El segundo DT argentino del proceso solo tuvo seis partidos a su cargo, hizo un recambio masivo en los últimos partidos, pero a excepción del juego ante Ecuador, con él en el banco, Paraguay dio pena en la parte final del clasificatorio.

Hace tres fechas se le acabó las excusa del "buscar ganar como sea", porque el resultado era prioritario cuando asumió recién, pero ya estando eliminada la selección, no mostró muchas mejoras, aunque como aspecto positivo, aparecieron un par de caras nuevas que le pueden devolver la esperanza al sufrido fútbol guaraní.

Los números que dejaron el camino hacia Catar 2022, incluido amistosos y dos Copa América, son la clara muestra de nuestra realidad como selección, que también es el reflejo del fútbol paraguayo, que sigue esperando camadas espontáneas que pueda salvarlo, sin pensar, planificar o programar un proyecto que abarque desde las divisiones formativas de todos los clubes de Primera División y Ascenso.

Con dos entrenadores, la Albirroja jugó 37 partidos, de los cuales solamente ganó 8 partidos (3 por Eliminatorias, 3 amistosos y 2, en 2 ediciones de Copa América). Además recogió 14 empates y 15 derrotas (8 por Eliminatorias, 3 por Copa América y 4 en amistosos), casi el doble de triunfos propios.

En los 37 juegos solo convirtió 34 goles, números que muestra la radiografía perfecta de la pobreza ofensiva de Paraguay, que ni siquiera promedia un gol por partido. En contrapartida, recibió 48 tantos, 26 de ellos en las Eliminatorias Sudamericanas, promediando prácticamente un 1, 5 goles por partido y tirando así por el piso la imagen de que la selección guaraní siempre tuvo como principal fortaleza la defensa.

En todo este camino, los entrenadores usaron 63 futbolistas, de los casi 80 convocados en esto casi cuatro años de fracaso absoluto en lo deportivo.

En este proceso, en el que la generación 93/94 (los últimos mundialistas Sub 20) ya debía asumir la responsabilidad absoluta, nuevamente los referentes quedaron en deuda como jugadores de selección. Brillaron en sus clubes y decepcionaron con la Albirroja.

Es cierto, la selección no tiene identidad como los clubes en los que juegan y no son arropados quizás como se deben, pero es imposible ocultar que los líderes de esta Albirroja no cumplieron con lo esperado y aunque todo el plantel, cuerpo técnico y dirigencia es responsable, ya van dos procesos consecutivos que los mismos "caciques" encabezan el fracaso deportivo.

Ser de necios negar la calidad de futbolistas como Antony, Gustavo Gómez, Junior Alonso, Miguel Almirón -por citar algunos nombres-, porque los puestos que ocupan en los grandes clubes nadie se los regalaó, pero hasta aquí nunca dieron la cara realmente por Paraguay, que pide a gritos líderes reales, que muestren valentía jugando, arriesgando y no pegando, que es la eterna confusión en el fútbol. Nos llenan de orgullos por sus conquistas en los clubes, pero con Paraguay solamente nos regalaron tristezas y decepciones.

La Era Berizzo: un DT que intentó, insistió, pero nunca encajó

Es fácil opinar o hacer una análisis "con el diario del lunes", -una frase que nunca se dijo-, pero Eduardo Berizzo tuvo demasiado tiempo para conseguir prácticamente nada. Era terminar definitivamente el fracaso con él o cortar el proceso mucho antes de tener la soga al cuello.

Uno de los famosos e miembro de la interminable lista de la "escuela de Bielsa", Eduardo Berizzo quiso cambiar toda la identidad guaraní de un día para otro. Nunca meditó sobre la posibilidad de adaptarse en parte a lo que busca, necesita y ofrece un futbolista paraguayo y solo insistió en que los jugadores se adecuen como sea a su estilo, pensamiento y forma de ver el fútbol.

Comenzó pregonando una posesión inmensa, cansina y poco productiva. Es cierto, Paraguay llegó a sacarle pelota a selecciones impensadas en principio, pero nunca tuvo profundidad y de agresividad ofensiva ni hablemos. Tierno, predecible y muy escueto a la hora de agredir.

En medio del camino quiso darse cuenta que era imposible sostener esa idea con las características y virtudes de sus futbolistas. Trató de ser más vertical, pero con un defecto enorme: Paraguay siempre jugó adecuándose a cada rival y nunca un rival fue el que se preocupó por la Albirroja: era contrarresta siempre, pero luego ya no había un plan a ejecutar, o al menos esa realidad terminó mostrando siempre el equipo.

Sobre el final, desesperado, ya con el rumbo perdido, el "Toto", hizo de Paraguay cualquier cosa, menos un equipo decente con capacidad para competir.

La Albirroja ya había perdido la famosa posesión tan pregonada al inicio y también se desprendió de su clásico juego de lucha, apostando a las segundas pelotas. Dejó atrás el intento de fútbol lírico y se olvidó también de sus principios, por lo que terminó siendo una selección regalada a su suerte, que solamente esperaba el golpe definitivo para terminar con una estúpida ilusión que nunca abandonamos cuando se trata de Paraguay.

Fue Bolivia el que le dio el golpe de gracia, desnudando los peores defectos de la Albirroja de Berizzo, que apeló a la poca dignidad que le quedaba y se terminó yendo.

Berizzo no fue un mal entrenador, sí un pésimo seleccionador que se encaprichó con insistir hasta colmar a todos con ciertos futbolistas y siendo realistas, su forma de jugar no era la que busca y necesitaba Paraguay, aunque para quien escribe era atractiva, novedosa y seductora para soñar con una nueva imagen.

Un DT con buenas ideas que "cayó" en el momento, lugar y con jugadores equivocados o al menos contrapuestos a lo que pregonaba como estilo y forma de jugar.

La llegada de Guillermo Barros Schelotto

Guillermo Barros Schelotto, el "bombero", que se está quemando con la selección paraguaya. El argentino de 48 llegó para tratar de dar un golpe anímico, más que futbolístico, pero no hubo caso, la Albirroja ya no podía sobrevivir ni con respirador artificial.

Al menos desde el inicio fue sincero, sin vender mentiras ni humo. Paraguay iba a proponer más con actitud que con una idea o trabajos tácticos mecanizados. No había tiempo, eso le jugó en contra, pero también a favor, ya que ante el virtual fracaso, iba a ser el menos responsable.

En seis partidos, solamente mostró una imagen decente y fue ante Ecuador como local, partido en el que Paraguay mostró agresividad, la característica fuerza física y algunas cuestiones tácticas que obviamente lo había planeado él.

Muchos comparan su trabajo con la de Diego Alonso en Uruguay, pero la gran diferencia radica en la calidad de planteles de una y otra selección. Es imposible tratar de hacer un paralelismo entre la jerarquía de jugadores charrúas con los guaraníes.

Por citar algunos ejemplos: La capacidad defensiva de la dupla Godín-Giménez es inmensamente superior a la nuestra, el talento y la capacidad física de Federico Valverde, titular en el Real Madrid, no puede compararse con algún albirrojo y con el ejemplo de Luis Suárez, versus cualquier delantero albirrojo, cierra todo tipo de debate.

Eso sí, al menos Guillermo tuvo la valentía de iniciar un proceso de renovación. Eso sí, cuánto le va a costar nuevamente a Paraguay, porque jugadores de calidad real escasean. Hay talentos con grandes potenciales, pero de los pocos que sobresalen con un brillo diferente son Julio Enciso y quizás Robert Morales, quien en menos de diez minutos mostró algo de su gran capacidad goleadora.

Se acabó la paciencia, la espera y si la APF decide que Barros Schelotto va a continuar, es momento de ver una forma, identidad verdadera con la que va a encarar el proceso hacia el 2026. Excusa de tiempo ya no existe y si bien la urgencia de resultados inmediatos tampoco es primordial, es necesaria ver una evolución real en todos los aspectos.

Si el mellizo quiere una transformación verdadera, deberá tomar también el mando de las selecciones menores, proponer sistemas de trabajos para cada categoría y consolidar camadas para el presente y futuro, con un trabajo en conjunto y coordinado con los diferentes clubes.

Aunque sean resistidos, Gustavo Gómez, Junior Alonso, Miguel Almirón y hasta Antonio Sanabria, por edad y porque son de los pocos jugadores que militan en ligas de élite, estarán nuevamente sin lugar a dudas.

Si bien tiene ciertas lógicas, el fútbol es tan indescifrable en muchos aspectos. En algunos países, los entrenadores transforman la competitividad de los equipos; en otros lados, es la calidad de los jugadores la que se impone a pesar de los seleccionadores del momento y después está Paraguay, donde ni el DT de turno, ni el plantel de futbolistas dan la cara por la sufrida selección.

Números crudos, reales y vergonzosos

La Albirroja solo ganó 8 de sus últimos 37 partidos. Apenas sumó 38 de 111 puntos posibles. Penoso y hasta vergonzoso.

Apenas ganó tres partidos por Eliminatorias Sudamericanas, en la que después de Colombia es la selección de los empates. Fue la peor en cuanto a fuerza ofensiva, con apenas 12 goles en 18 juegos, superada incluso por Venezuela (14).

Fue la cuarta más goleada, con 22 tantos en contra y fue la única selección de continente que ganó solo 2 partidos como local. Incluso Venezuela triunfó en 3 ocasiones y acumuló más puntos jugando en casa.

El líder de las Eliminatorias hizo casi el triple de puntos que Paraguay y su posición en la tabla no fue peor solamente porque Bolivia -que nos goleó y empató- y Venezuela ratificaron ser las mismas de cada clasificatorio.

Entre amistosos y dos ediciones de Copa América jugó 19 encuentros y apenas ganó 5 encuentros: a Jordania, Guatemala, Bulgaria, Chile y Bolivia.

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La Albirroja logró apenas 3 victorias en 18 partidos en estas Eliminatorias

Por tercer clasificatorio consecutivo, la Selección Paraguaya se quedó con las manos vacías, sin poder lograr el boleto mundialista. Pero, a diferencia del camino a Rusia 2018, los números indican que la Albirroja involucionó durante las Eliminatorias Sudamericanas para Catar 2022.

Además de ser el equipo con menos goles marcados en la competencia, el combinado guaraní aparece como la Selección que menos triunfos logró junto a Venezuela; solo tres victorias en 18 partidos. Las únicas victorias del conjunto albirrojo fueron ante Venezuela, de local y de visitante, y ante Ecuador en Ciudad del Este.

Con 16 puntos logrados, Paraguay se ubicó en la décima posición, solo por encima de Bolivia (15) y Venezuela (10), selecciones habituales a los últimos lugares, salvo contadas ediciones de las Eliminatorias.

¿Qué tuvo a la Albirroja pendiente de una clasificación? Con tan baja efectividad, el combinado guaraní logró avivar su sueño mundialista en base a empates y a algunos resultados de las demás selecciones que beneficiaron a Paraguay hasta cierto punto.

Con 7 igualdades en 18 juegos, la Albirroja aparece como la segunda selección que más empates obtuvo en el clasificatorio, solo por detrás de Colombia que empató 8 partidos, pero que también se quedó sin el boleto a Catar 2022.

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Paraguay, la selección con menos goles anotados camino a Catar 2022

Las Eliminatorias Sudamericanas camino a Catar 2022 culminó el martes con 5 partidos en simultáneo donde se certificó una nueva derrota de Paraguay y la clasificación de Perú para jugar el repechaje mundialista ante un representante de Asia.

Pero, a la vez, la Albirroja cerró en Lima otro proceso clasificatorio que terminó siendo un calvario, en el que el combinado guaraní se quedó sin chances de llegar a la próxima cita mundialista incluso faltando un par de fechas.

Luego de disputar las 18 jornadas, Paraguay aparece como la selección que menos goles marcó en las Eliminatorias Sudamericanas camino a Catar 2022. Registró apenas 12 gritos sagrados; 10 jugando de local y solo dos de visitante.

De los 9 partidos que jugó fuera de casa solo anotó en la victoria por 1-0 en Venezuela y en el empate 1-1 en Argentina. A Chile, Brasil y Uruguay no le pudo marcar en ninguno de los dos partidos,

Los goleadores de la Albirroja en el camino a Catar 2022 fueron Ángel Romero (4), Alejandro Romero Gamarra (2), Gastón Giménez, David Martínez, Antonio Sanabria, Miguel Almirón, Robert Morales y un tanto en contra del defensor ecuatoriano, Piero Hincapié.

Hasta Venezuela, que terminó en la última posición de la tabla, logró marcar más goles que el equipo guaraní. La "Vinotinto" registró 14 tantos, dos más que Paraguay.

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