El piloto de 47 años demostró seguir estando más vigente que nunca, logrando su octava victoria en el Rally de Montecarlo, la número 80 de su carrera, luego de un final dramático donde Sébastien Ogier perdiera toda su ventaja tras llantar con su Toyota GR Yaris Rally 1 en la penúltima especial de la carrera.
La remontada de Loeb era difícil, pero no imposible. La única opción del alsaciano era tirar con todo en cada uno de los cuatro tramos del domingo y esperar, cosa improbable, que Ogier cometiese un error o que tuviera algún tipo de problema.
La mañana comenzaba con la primera pasada entre La Penne y Collongues, en una carretera con las cunetas llenas de nieve y hielo, pero pero con el asfalto en bastante buenas condiciones. Los dos aspirantes a la victoria calcaron su elección y salieron a la última etapa con seis neumáticos blandos, elección que compartió casi toda la parrilla menos Thierry Neuville y Solberg, con 4 blandos y 2 superblandos y Kastuta y Evans, que prefirieron aligerar peso y subieron sólo un blando de repuesto.
Tras las bajas del sábado, en la mañana del último día se sumó Oliver Solberg, que la jornada anterior había tenido un problema tras su accidente y el habitáculo se llenaba de humo. El joven sueco decidió parar tras sentirse mal por haber respirado el humo de su coche durante toda la etapa anterior.
En el segundo tramo de la mañana, el firme no estaba para bromas, con muchas zonas húmedas y parches de hielo en las que ni Loeb, ni por supuesto Ogier arriesgaron lo más mínimo, dejando a Thierry Neuville que se llevase su primer scratch de la era híbrida en un rally para olvidar del equipo Hyundai.
Loeb perdía 4,6 segundos con Ogier, despidiéndose prácticamente de una victoria que ya tenía muy complicada al salir del parque de asistencia el domingo por la mañana. "Había zonas bastante resbaladizas y no he arriesgado porque el agarre cambiaba continuamente", explicó Loeb, mientras que Ogier justificaba su prudencia por prevenir un pinchazo: "He tratado de mantenerme lejos de las cunetas más afiladas".
Pero quien pensase que estaba ya todo el pescado vendido, estaba totalmente equivocado. El miedo de Ogier a los pinchazos era real, tanto que en la parte final del penúltimo tramo sufría uno en su neumático delantero izquierdo, haciéndole perder 34 segundos y, lo que a estas alturas era lo más importante, cedía el liderato a Loeb, que se quedaba con 9,4 segundos de ventaja a falta de sólo un tramo para terminar.
😲😲 ABSOLUTE DRAMA: @SebOgier has picked up a puncture on the penultimate stage, @SebastienLoeb is back in the lead
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— World Rally Championship (@OfficialWRC) January 23, 2022
Por tanto, Loeb salía a la power stage sin presión y con el único objetivo de llegar a meta sin ningún susto para asegurarse la victoria. La única opción de Ogier era llevarse el tramo y esperar algún fallo del de Ford para tener alguna posibilidad de darle la vuelta a la situación.
Tantas ganas tenía Ogier de intentar la machada que salió antes de tiempo de la puerta de salida, penalizando diez segundos y despidiéndose definitivamente de lograr uno de sus objetivos este año.
Loeb se limitó a ir lo suficientemente rápido como para no meterse en líos, pero sin tomar ningún riesgo, terminando a 8 segundos de Rovanpera, que se adjudicó la power stage y llevándose una victoria que había buscado desde la primera noche en el Turini.
Ogier conservó la segunda plaza con Craig Breen en el tercer escalón del podio con Rovanpera cuarto, Greensmith quinto y Neuville, el único Hyundai en meta, en la sexta plaza.
M-SPORT FORD FAIRYTALE!
LOEB AND GALMICHE WIN RALLY MONTE CARLO IN THE PUMA 🐈⬛ HYBRID 🔋 RALLY1!
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— M-Sport (@MSportLtd) January 23, 2022
Fuente: Motorsport.com