Confía en ti mismo cuando nadie más lo haga

Por Christian Pérez/@chrisperezz7

El fútbol siempre es un reflejo puro de la vida y tiene un mundo paralelo, en el que los desafíos, las victorias, las frustraciones y los éxitos son pasajeros, pero son parte de la carrera de un futbolista, al que nadie le importa si tiene una vida más allá de un simple balón.

Hoy Libertad es campeón, todos felices y parece que todo fue color de rosa, como se suele decir en la jerga común. Nadie recuerda cómo comenzó la historia y cómo algunos nombres desechados terminaron siendo pilares, con actuaciones determinantes.

Este escrito hace rato lo quería hacer y de hecho en algún momento lo iba a publicar, sea o no campeón Libertad, ya que me parece que el protagonista principal de este capitulo, se coronó mucho antes de que Libertad pinte la estrellita 21 en su galería de títulos locales.

El rótulo de campeón solamente es un detalle que adornó la gran victoria personal de Iván Piris, quien ha dado un ejemplo tremendo, no solo para los chicos, sino para todos los que juegan al fútbol y si alguien lo quiere tomar como motivación paralela en la vida diaria, también es válida: Confía en ti mismo cuando nadie más lo haga.

Tras aquella dolorosa eliminación en la Copa Libertadores 2020, Piris quedó como el gran villano del Gumarelo. Tiroteado por los hinchas, marcado por parte de la directiva evidentemente y de entrada ya se encontró con la puerta cerrada en el 2021.

Iván Piris fue expulsado con roja directa en Copa Libertadores ante Palmeiras en el 2020. Foto: Gentileza.

El propio Iván Piris contó que Daniel Garnero y su cuerpo técnico le comunicaron que no sería tenido en cuenta para este año y lo mejor era que se busque club. Con una enorme trayectoria, habiendo jugado en clubes como Sao Paulo, Sporting de Portugal, Roma, entre otros, el lateral derecho de 32 años no dijo una sola palabra, más que aceptar la decisión.

Entrenó con algunos "olvidados" en el campo de entrenamientos de Libertad (en Luque), lejos del plantel, pero para el que persevera y nunca abandona, siempre hay premio. Quizás solo tarde un poco más. Ese es Iván Piris.

Como lo dijo alguna vez el psicólogo estadounidense Abraham Maslow, creador de la famosa pirámide de las necesidades humanas (una de las pocas teorías de tantos pensadores que nos obligaron a leer en la facultad, que se me quedó para siempre): "El hombre llega al mundo con un potencial casi ilimitado para autodesarrollarse y llegar a sus objetivos". Pero también aclaró que aunque muchos tienen capacidades de sobra y no llegan a cumplir con todas sus necesidades.

Los que más virtudes y capacidades tienen son los que menos se esfuerzan y los que quizás menos virtudes, en este caso talento tienen, son los que más luchan y a base de perseverancia, cumplen con sus objetivos.

Y es el caso de Piris. Virtudes tiene, pero no le sobran como a otros. No es el más técnico, no es el más rápido, el que más sabe desbordar ni el que mejor tira los centros, pero sí es por lejos el que más corazón le pone a todo y que a base de actitud, disciplina y esfuerzo, ha suplido sus defectos. Jamás vas a ver un partido del itaugueño con brazos caídos o caminando en el césped.

Muchos los critican (quizás quien escribe también muchas veces), pero que haya llegado a tener una carrera así no es coincidencia. Imagino que nadie le habrá regalado fichar por Sao Paulo, aterrizar en Europa, en el Sporting o el grandioso Roma, un equipo emblemático del Calcio. Y puede decir tranquilamente el día de mañana a sus hijo y nietos: Jugué 29 partidos en una temporada de Serie A en uno de los clubes más populares de Italia y compartí cancha con leyendas del fútbol como Francesco Totti o Daniele De Rossi.

"Qué inútil ya es Piris", "otra vez Piris en la selección", frases que quizás hemos escuchado en innumerables ocasiones, pero amigo, vos y yo estamos leyendo esto y él disfrutando de lo que nosotros soñamos alguna vez. Cumplió lo que tanto quisimos y no lo alcanzamos. Para el fútbol no basta solo con tener talento, recuérdenlo. La vida y el fútbol premian la perseverancia.

En realidad ya no sé en qué se convirtió este escrito. La idea era destacar cómo ha resucitado, cuando muchos (incluido el entrenador) ya lo habían enterrado. Si muchos lo toman como reflejo, que sea un ejemplo para cualquier deportista o persona. Rendirse nunca debe ser una opción.

Como alguna vez dijo el "Loco" Abreu: "El de arriba siempre te va a tirar una cuerdita". Solamente hay que saber detectar el momento y agarrase de esa cuerda para subir hacia arriba.

Un Libertad lleno de dudas, tambaleando y con muchísimos contagios de COVID-19, miró de reojo y tenía al que siempre estaba entrenando al máximo. Es también mérito de Daniel Garnero, le dio una sola oportunidad para demostrar su capacidad y ganarse la confianza.

Jugando "a muerte", dejando el alma en cada juego, Iván Piris se ganó el respeto y admiración del propio hombre que lo había "borrado". No solo tuvo cabida en el plantel principal, sino que le sacó el puesto a uno de los jugadores más admirados del momento: Iván Ramírez. Piris y su esfuerzo volvieron a hacer, vencer al talento natural superior al suyo (con eso no digo que no tenga).

Terminó jugando 10 partidos en el torneo local y también en el campo internacional, de gran manera, teniendo que soportar además situaciones extradeportivas, como la salud de su madre, quien estuvo muchísimo tiempo en terapia intensiva. Con un problema gigante, dio la cara por Libertad, aunque en muchos juegos se ausentó por pelearla junto a ella.

No estuvo en los últimos partidos por algunos problemas físicos, pero antes de que Libertad haya gritado campeón tras la derrota de Nacional, Iván ya había conquistado el título más grande: confiar en sí mismo, demostrarse, demostrar que estaban equivocados y convencer a los que le habían cerrado la puerta.

"La derrota no es el peor de los fracasos, sino el no haber intentado...".

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El “Cañonero” bajo el arco

Por Jorge Izquierdo

Tuvo que esperar unas semanas para poder tener la oportunidad de debutar. Se le dio y no la desaprovechó; hablamos del golero brasileño, Jean Paulo Fernandes (25 años), quien demostró en el debut copero de Cerro Porteño que está para aportarle bastante a este equipo de “Chiqui” Arce.

Triunfo importantísimo, sin gol en contra y con una confianza plena por parte del cuerpo técnico y sus compañeros; así le fue al rapai que se acostumbra a mostrarse continuamente al público, por intermedio de sus redes sociales, algo no tan común en los futbolistas.

Jean Paulo recibió elogios de todos lados, incluso de su DT, quien esgrimió que “es muy sobrio bajo el arco. Tiene buena pegada y potencia en los lanzamientos”. Le dio en el ojo Francisco Arce, ¿por qué? Porque Jean mostró que su pierna zurda tiene un “cañón” en los pies. Cada saque, cada lanzamiento era una pelota llovida con mucha fuerza hacia el campo del rival, en este caso el del América de Cali. Una justeza encomiable y una visión de juego como pocos la tienen, eso aportó Fernandes en los 90 y pico minutos que le tocó estar.

Encima de todo esto, es un arquero tiempista, algo que quizás Cerro no lo tuvo en las temporadas pasadas. Jean tenía el balón y se tiraba al piso, como queriendo mantener la calma. Y ya cuando estaba ganando su equipo, esos valiosos segundos en los que cubría el balón, fueron claves para “enfriar” todo tipo de intento de rebeldía por parte de los “cafeteros”.

Si hablamos de solvencia, le sobra a Jean Paulo. “Nos llegaron poco, pero se mostró seguro y atento”, siguió contando “Chiqui”, tras finalizar el encuentro. Una pelota que parecía que se metía al ángulo del arco cerrista, era desviado con guapeza por parte de Jean, que en ese momento ya empezó a consolidar el cariño de los cerristas, que aprobaron bastante el buen comienzo del brasileño, que llegó último, que llegó por la lesión de otro, pero que también dejó en claro que no viene solo de “relleno”, sino a mostrar sus cualidades y a pelear el gran sueño de Cerro Porteño: la Copa Libertadores.

Un “cañonero” bajo el arco es lo que ganó “Chiqui”, porque Jean no solo está para atajar, sino que también para asistir desde su posición, y seguramente, cuando le den la chance, la de patear tiros libres y penales.
De momento, Jean jugará solo la Copa, pero ya lo hizo bien y ya estaremos atentos a lo que pase la siguiente semana ante el Deportivo La Guaira de Venezuela, en “La Nueva Olla”, del Ciclón.

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Guaireña, el equipo de la segundas oportunidades

Por Christian Pérez/@chrisperezz7/christian.perez@gruponacion.com.py

El Guaireña FC de Troadio Duarte es la gran sensación del fútbol paraguayo y sin dudas un caso excepcional para lo que es el fútbol moderno, obviando metodologías complejas (en cuanto a tecnología y tácticas), complicadas y que hoy día parecían indispensables para la alta competencia.

Con un plantel cortísimo, con nombres conocidos, pero “reciclados”, el club que mejor ha representado la bandera del fútbol del interior, ha construido un equipo competitivo exageradamente, que sabe que no le sobran ni le van a sobrar oportunidades dentro de un partido y en el campeonato.

Contagiado por el espíritu guerrero, “chocador” y sincero de su entrenador, Guaireña juega con ese mismo reflejo. No tiene como meta de jugar lindo ni impresionar y mucho menos experimentar con esquemas “raros” o novedosos.

Simple, sencillo, concreto, directo y efectivo. Con Guaireña no hay rodeos. Primero contrarrestar y a partir de ahí, aguardar la guardia baja del rival y liquidar.

Todos lo saben como juega, pero ninguno pudo evitarlo. Es el dolor de cabeza de los equipos grandes y el más incómodo del fútbol paraguayo.

Ha conseguido mantener vivo un sueño que parecía imposible: sostener el ritmo de los poderosos como Libertad, Cerro y Olimpia, que tienen un presupuesto fácilmente 5 veces más grande.

FOTO: APF.

¿Pero cómo ha podido conseguir eso? Y en el fútbol muchas veces se juntan los ingredientes esenciales. No siempre es malo unir al hambriento con las ganas de comer. Un equipo necesitado, hambriento, recurriendo a jugadores que tienen ganas de comer, pero que quizás no han tenido demasiadas chances en otros equipos o directamente no tuvieron un buen rendimiento.

A Troadio Duarte le destrozaron el plantel que hizo historia en su primer año en la máxima categoría, pero supo rearmarlo con nombres “pobres” en comparación a los demás, pero que llegaron con hambre y era justo lo que necesitaba este equipo. La palabra “pobre” no es discriminativa ni un calificativo malo, sino que Guaireña no tenía demasiado para salir de su presupuesto y debió recurrir a jugadores conocidos, muy gastados quizás y de mucha edad en ciertos casos.

Guaireña es el equipo de las segundas oportunidades sin dudas, que le volvió a dar vida y vidriera a jugadores como Aquilino Giménez, Rodrigo Alborno, Feliciano Brizuela, Álex Cáceres, Fernando Romero, José Verdún, Lucas González, jugadores relativamente jóvenes con ganas de enormes de superarse, que se encontraron con los experimentados que vuelven a vivir una segunda juventud, como Salustiano Candia, implacable en defensa; Tomás Bartomeus, siempre cuestionado, pero rendidor; el propio Miguel Paniagua, que supo esperar su momento y volvió del fútbol peruano; Jorge Mendoza, que fue cesado en Sol de América y hoy es el cerebro de Guaireña que hace y deshace el juego a su ritmo.

La experiencia es algo que también juega muy a favor de este equipo. Si bien sufren en ciertos aspectos por falta de dinamismo, lo compensa con jerarquía. El promedio de Guaireña es el más alto del fútbol paraguayo, con 29 años de promedio en su plantel.

Un caso realmente impresionante es el de Rosalino Toledo. Perfil bajo, sin muchos reflectores, que ha debutado en Primera a los 32 años y no sintió el cambio de categoría, tampoco necesitó tiempo para adaptarse y es el que le ha seguido el ritmo a Mendoza hace más de un año, siendo indiscutible y convirtiéndose en el corazón de todo el equipo. Corre, corre, corre, sigue corriendo, hasta que Troadio le diga que pare un poco.

Guaireña supo capear contagios, lesiones y suspensiones e igual sigue firme, sin abandonar el sueño y a estas alturas ya lo podemos comparar al Leicester City de hace unos años, pero obviamente contextualizando a nuestro fútbol.

Sin mucho presupuesto, el club de las segundas oportunidades sigue dando vida a un sueño que se ve muy lejano, pero como es fútbol, nunca será imposible.

Foto: Néstor Soto.

Guaireña desafía a los números

El sorprendente Guaireña, uno de los líderes del torneo Apertura 2021 desafía, rompe y no le importan los números.

Para empezar, con Troadio no hay secretos ni experimentos. Se adapta a sus jugadores y lo más efectivo para él siempre fue el 4-4-2, o como máximo el 4-4-1-1, pero sin alterar jamás la doble línea de cuatro. Primero contener-destruir y luego construir en la transición y agredir. La psicología "casera" del DT es demasiada impactante además, que logra transmitir todo lo que quiere a cada jugador. Eso no es fácil, convencer a jugadores a creer en uno y menos a su edad, ya que es un técnico muy joven.

Con 14 goles, es el cuarto equipo más goleador del campeonato y tiene la mejor defensa del torneo, ya que solamente recibió 7 tantos.

La posesión es un factor que no le afecta ni le interesa en lo absoluto al equipo de Duarte. Es el segundo equipo que menos tiene la pelota en todo el Apertura. Solamente supera al 12 de Octubre y promedio 41 % en cada juego.

Es más, en los 10 juegos que disputó, solamente pudo tener más la pelota ante dos rivales, pero lo más irónico es que le ha ganado a los equipos que más ventaja le han sacado en posesión, como ante Libertad y Nacional, que solo tuvo 32 % y Guaraní, al que goleó 3-0, con 38 % de pelota a su favor.

Práctico, decidido, contundente y sin complicarse. Así te gana los partidos Guaireña.

Foto: Néstor Soto.

Si bien tiene un juego aéreo letal, el equipo de Villarrica, según las estadísticas, es el equipo que menos centro probó en los 10 partidos, lo que habla de su gran efectividad y grafica que utiliza demasiado el recurso de los centrazos.

Siguiendo con la posesión, Guaireña es también el equipo que menos pases dio en el torneo, lo que una vez más realza su practicidad para jugar y dañar. Por dar un simple ejemplo, los de Troadio dieron 1.700 pases menos que Nacional y 1.500 menos que Cerro y Olimpia.

A todo esto hay que agregarle que Guaireña trabaja prácticamente sin tecnología. Si bien seguramente trabajan con videos para los análisis, es el único club que no tiene GPS para medir recorrido, sprint, velocidad corta, media, larga y varios otros valores que para el fútbol de hoy parecen indispensables.

¿Hasta cuándo seguirá este sueño? Es una pregunta con respuesta incógnita, porque esto es fútbol y aunque muchas veces sorprende, sería casi imposible sostener el ritmo de los poderosos.

Nadie se enojaría si vemos a Guaireña campeón. Sería una gran victoria para revalidar la esencia del fútbol, pero…

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