Luqueño se oxigena con triunfo ante un Sol de América en caída libre

El Sportivo Luqueño fue hasta el estadio Luis Alfonso Giagni de Villa Elisa, para agravar la crisis de Sol de América; el “Chanchón” venció por 2-0 y toma un importante oxígeno en la siempre candente batalla por la permanencia, donde todos los puntos cotizan en oro.

El DT interino, Badayco Maciel, tuvo la venia de Alfredo Berti, el nuevo entrenador auriazul, para terminar la semana dirigiendo en este partido y lo aprovechó.

Desde el pitazo inicial fue el equipo visitante el más ambicioso, el mejor parado y el que más peligro arrimó a la portería rival. Tuvo su premio rápidamente; el “Pájaro” Benítez rompió el cero en el minuto 10 luego de una guapeada de “Zlatan” Borja, de gran partido.

En el primer tiempo, Sol de América fue un descalabro futbolístico en todas sus líneas; malas coordinaciones defensivas, sin contención en el medio y de nula presencia ofensiva. Esta situación empujó a su DT Iván Almeida meter mano antes de lo previsto. El argentino Caín Fara por Aldo Cubilla fue la primera movida en el minuto 29.

Fara, que había sufrido una rotura de ligamentos apenas llegada a Villa Elisa, estaba debutando con la camiseta del Danzarín y duró apenas 11 minutos; se fue expulsado con roja directa en el minuto 40 por una fuerte entrada sobre Castro.

A vuelta de vestuarios el panorama cambió bastante pero no en el resultado. Pese a tener un hombre menos, fue el Danzarín el que más empujo, quizás obligado por el marcador pero logró llevar cierto peligro al arco auriazul en varias ocasiones. La mayoría a través de la pelota parada.

Puede resultar hasta simpático pero Luqueño volvió a nivelar el trámite del partido luego de la expulsión de su lateral, Walter Ortiz, por doble amarilla. Fue ahí que la visita volvió a salir de nuevo de contragolpe y encontró el segundo grito sagrado en la zurda de Diego Vera.

En el minuto 88, “Zlatan” Borja volvió a hacer de las suyas rompiendo la línea del offside, picando a profundidad y asistiendo a Vera, quien no tenía muchos minutos aún en campo. El bombazo de Diego fue inatajable para Rubén Escobar.

Justo antes del pitazo final, Nicolás Campisi, golero auriazul, le tapó un penal a Diego Valdez. La pena máxima fue pitada por Carlos Paul Benítez luego de una mano de Carlos González Ozuna.

La victoria permite a Luqueño engrosar su promedio y de paso golpear aún más a un rival como Sol de América que está en zona de repechaje pero sin poder detener su peligrosa caída libre.Estadio: Luis Alfonso Giagni.

DETALLES DEL PARTIDO.

Árbitro: Carlos Paul Benítez.
Asistentes: Milciades Saldívar y Christian Sosa.
Cuarto Árbitro: Zulma Quiñónez.
VAR: Fernando López.
AVAR: José Villagra.
Goles: Edgar Benítez 10', Diego Vera 83' (Luqueño)
Amonestados: Santiago Úbeda, Rubén Escobar, Diego Valdez (Sol de América). Walter Ortiz, Nicolás Campisi (Luqueño).
Expulsados: Caín Fara (Sol de América). Walter Ortiz, Gustavo Pintos (Luqueño).

Sol de América (0): Rubén Escobar; Aldo Cubilla (Caín Fara), Iván Villalba, Milciades Portillo y Joel Jiménez; Facundo Cobos, Pablo Ayala, Osvaldo Martínez (Santiago Úbeda), Diego Valdez, José Ortigoza (Gabriel Esparza) y Luis Leal. DT: Iván Almeida.

Luqueño (2): Nicolás Campisi; Richard Cabrera, Andrés Duarte, Gustavo Pintos y Walter Ortiz; Aldo Vera, Marcelo Palau, Ángel Martínez (Carlos González) y Rodrigo Castro (Marcos Duré); Édgar Benítez (Diego Vera) y Enrique Borja. DT: Badayco Maciel.

 

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El escandaloso penal no cobrado a Cerro que desató la furia azulgrana

La noche del sábado terminó en escándalo y furia en Barrio Obrero. Cerro Porteño empató 2-2 con Nacional en la Nueva Olla y no le pitaron un penal clarísimo, que ni siquiera fue "avisado" por el VAR.

El empate lo deja prácticamente fuera de la pelea al Ciclón y eso desató el descontrol de los directivos, como así también de Francisco Arce, quien como nunca, solamente habló del arbitraje en la conferencia de prensa, al que asegura fue obligado, para no pagar la multa que impone la APF.

https://versus.lanacion.com.py/versus/2021/05/08/chiqui-dice-que-le-da-asco-el-arbitraje-y-liquido-a-carlos-paul-benitez/

Cuando el partido iba 2-1 a favor del Azulgrana, a los 64 minutos, Mathías Villasanti entró al área rival en busca de una pelota y fue atropellado por el zaguero tricolor Fernando Martínez, quien además de rechazar el balón, le dio un golpazo directo a la cabeza.

Las imágenes fueron muy evidentes, pero la polémica jugada ni siquiera fue debatida entre el juez principal, Carlos Paul Benítez y David Ojeda, encargado del VAR. Ojeda no llamó al árbitro de campo y la jugada pasó como si nada.

Todo esto provocó una serie de reacciones y entre las más duras, estuvo la del vicepresidente de Cerro, Juan José Zapag. El directivo trató de "bandidos, ladrones" a los jueces y disparó contra la APF, al que acusa directamente de una persecución al Ciclón.

 

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Biancucchi, la pieza perfecta que encajó en el Luqueño campeón

Logró su primer título en Luqueño (2007) y despegó su carrera futbolística a nivel internacional. Fue el segundo goleador en el torneo Apertura de ese año con 8 tantos por detrás de Cáceres Cañete.

Se trata de Maximiliano Daniel Biancucchi Cuccitini (36), futbolista argentino que integra la larga lista de futbolistas que dejó un legado al Sportivo Luqueño.

En charla con VERSUS, no sólo recordó su paso por la entidad auriazul, sino comentó algunas anécdotas y hasta cuanto era su salario y premios. Así también, expresó su gratitud al club y su deseo que la institución mejore en todos los órdenes.

El argentino contó que el profe Miguel Zazhú ya le había dirigido en el club Fernando de la Mora y cuando asumió como técnico en Luqueño pidió por él y así llegó al club en el 2007. Tenía 21 años y fue con la idea de jugar y de mostrarse.

Indicó que uno siempre llega a una institución con una expectativa grande, aunque a veces afianzarse lleva tiempo. No se imaginaba que tan rápido podía consolidarse en ese grupo que se armó para esa temporada y tampoco pensaban en llegar a un campeonato, pero a medida que el equipo fue subiendo de rendimiento, la verdad que se sorprendieron.

“En Luqueño pasa algo que en Paraguay sólo se ve en Olimpia y Cerro Porteño, cuando el equipo suma triunfos, la gente y la hinchada llenan la cancha y ese apoyo que llega de la tribuna contagia a los jugadores”, expresó.

Foto: Archivo.

Recordó que por primera vez sintió tanta gente en un estadio de fútbol, puesto que en los clubes anteriores donde jugó, eran "chicos" y no tenían mucha convocatoria. Admitió que Luqueño le hizo sentir esa pasión y por supuesto que el futbolista se siente bien de esa manera.

El exjugador fue más allá y aseguró que el "Chanchón" tiene eso de que la hinchada empuja al equipo, adjuntando que ciertamente son los jugadores los que están dentro de la cancha, pero que la participación del público es muy importante.

“Éramos chicos humildes con ganas de triunfar y nos encontramos en un club que nos ofreció todo, por eso hasta hoy quiero muchísimo a esa institución y agradecido por la oportunidad. En su momento lastimosamente no pude seguir porque hubo ofertas de afuera y tuve que aceptar”, remarcó.

"Maxi" manifestó que gracias al título que consiguieron con Luqueño, fue transferido al Flamengo, imaginándose la gran diferencia, donde la vida cambia en un 100%. Eso sí, habló de que siempre mira los videos de aquella consagración y no puede olvidar cuando la gente iba a abrazarle y a decirle gracias.

“Pero además me marcó mucho lo de Luqueño porque fue mi primer título después de haber sufrido mucho. Vine de Rosario a Paraguay a los 17 años y extrañaba mucho a mi familia, no fue fácil, por eso cuando conseguimos el campeonato fue como una consagración y pegar el gran salto”, refirió.

A raíz de eso, él considera este club como algo especial y desea en algún momento pueda contribuir con la institución de la manera que sea y que pueda salir de la situación que está. Quiero un club mejor, según expresó.

Foto: Grupo Nación.

“Siempre quise volver a Luqueño, (en la última parte de su carrera), ya no buscaba dinero, sino un lugar para sentirme feliz y con la intención de devolverle algo de lo que me dio. Pero me cerraron las puertas, parece que se quedaron molestos cuando fui a Flamengo, pero era asegurar mi futuro”, reflexionó.

Biancucchi se sinceró y dijo no hay resentimiento, y que al contrario, está para ayudar. Subrayó que pesa más su gratitud por lo que el club hizo por él y que lo único que quería era despedirse de esa gente que tanto le apoyó para volver a sentir esa sensación, pero no se dio. Destacó que en el fútbol no se debe tener rencor, sino agradecimiento.

“El club está cumpliendo 100 años, sueño un Luqueño peleando el campeonato, siendo un club modelo, apostar a las inferiores. Como puede ser que la Reserva del club fue campeón y no haya ni un chico en Primera División jugando. Que terminen esas peleas políticas porque Luqueño es un club grande, pero administrado como club chico. No es una crítica, sino una visión mía que apunta a mejorar”, tiró.

Dos penales en un partido

Entre tantos recuerdos del 2007, el exfutbolista, apuntó algunos partidos que fueron difíciles en el camino hacia el campeonato. Uno de ello fue ante Cerro, donde se cobraron dos penales a favor de Luqueño, ambos por falta contra él. Sin embargo, admite que ambas infracciones no fueron para sancionar penal, pero en esa época no existía el VAR, entonces pasó desapercibido.

“Fueron tres los partidos (ante Olimpia, Cerro y 2 de Mayo de PJC), que se nos complicaron, pero que finalmente lo supimos resolver a nuestro favor. Frente a Cerro, en Luque, con estadio lleno, me hicieron dos penales, el primero malogró “Caña” y el segundo convirtió Jorge Núñez para el 3 a 2 final”, admitió.

“Recuerdo que las dos faltas que me cometieron, de haber existido el VAR en ese entonces, no se hubiera cobrado. En ese tiempo era difícil que un árbitro pite dos penales ante un equipo grande, para más Carlos Amarilla fue el juez, alguien que no es de cobrar muchos penales”, prosiguió.

Partido por el título

El exdeportista recordó que ese partido frente a Tacuary, jugó también la ansiedad, el nerviosismo y que el equipo estuvo impreciso, por el hecho que rápidamente querían ponerse en ventaja. Afirmó que el rival era un equipo complicado que se metía mucho atrás y que les costó bastante, pero en el “libro”, ya estaba marcado que tenían que ser campeones.

“En el fútbol aparte de jugar bien también hay que tener un buen grupo que empuja siempre hacia adelante, en ese sentido Miguel (Zahzú) tuvo la virtud de juntar a jugadores de diferentes clubes y hacerlo funcionar como equipo. Creo que eso fue clave para llegar a ese objetivo”, reconoció.

Premios por gol y asistencia

Biancucchi resaltó un hecho poco conocido que se implementó dentro del plantel. Si bien existía un premio adicional al autor del gol, también se agregó que el asistente reciba el mismo premio.

“La idea de crear el premio por asistencia surgió para evitar cierto “egoísmo”, porque si sólo el goleador recibía premio cada uno iba a buscar su gol y eso no es lo correcto. Entonces los dirigentes aceptaron y en cada gol ganaba el premio tanto el autor como el asistente”, explicó.

Mencionó que con la implementación de ese modelo (de incentivo), se demostró que los jugadores eran más participativos y que no dependían sólo de un goleador, sino que todos colaboraban y eso hizo que el equipo sea muy ofensivo.

“Creo que fue algo justo, por ejemplo, “Caña” era el penalero del equipo, pero el compañero que fue víctima de falta por una jugada dentro del área también se merecía el premio, entonces por eso se adoptó esa medida que ambos reciban lo suyo. Pero había una excepción, el jugador a quien se le cometía la falta penal ya no podía ejecutar”, aclaró.

El ex futbolista auriazul, también recordó que en Luqueño (2007), los jugadores ganaban más en premio que en salario. “En ese año, mi sueldo fue de un millón de guaraníes, y el premio por partido ganado era de un millón quinientos mil, más el premio por asistencia y goles marcados”, reconoció.

Por: Daniel Arévalos

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