"Lolo" Abente: "Cuando deje de jugar, quiero ser DT de Luqueño"

Por Daniel Arévalos

Su carisma y sacrificio, son algunas de sus principales virtudes. Jugó ocho años en Luqueño y fue protagonista de la obtención del campeonato Apertura 2007. Para muchos es un referente dentro de la cancha porque impone autoridad y transmite seguridad, pero además fuera de los estadios es muy querido por su don de gente.

Juan Gabriel Abente Amarilla (37), más conocido como “Lolo”, en contacto con VERSUS, rememoró parte de la historia que le tocó vivir en Luqueño, como la conquista del título en el 2007, su larga trayectoria en la institución y su sueño de dirigir al auriazul en el futuro.

Comenzó en el fútbol, jugando en Sport Primavera de la Liga Luqueña de Fútbol, a los 17 años llegó a Luqueño integrando las divisiones formativas. Por su buen rendimiento, no tardó en integrar el plantel principal. Debutó de la mano del técnico Hugo Arsenio González.

“Como un fanático del club, me gustaría que en su Centenario, terminen las peleas, las diferencias y que el equipo sea nuevamente protagonista en los torneos. Luqueño hace rato que no lucha por los primeros lugares, que pueda competir a nivel internacional, son las cosas que como hincha queremos de nuestro club”, así se inició la charla, refiriéndose a la Centenario de la entidad auriazul.

“Soy un agradecido al club, jugué ocho años y salí por la puerta grande, nada que reclamar, a contrario gratitud eterna. Estado al servicio del club participe en una Copa Libertadores, conseguimos un título, fueron años de felicidad”, refirió “lolo”.

Abente tiene muy claro su objetivo cuando deje el fútbol (ahora juega en la Primera B) y quiere ayudar a Luqueño desde adentro. “En el futuro, me gustaría ser entrenador de Luqueño, quizás comenzando por la inferiores, trabajar con los chicos, a ver si en algún momento, el club se nutra de futbolistas de la casa nuevamente, así como surgimos nosotros la camada que logró el campeonato del 2007”, expresó.

“Ya me recibí de técnico, mi sueño es que alguna vez me toque trabajar en el club donde tanto tiempo jugué y que me dio mucha satisfacciones. Por ahora sigo jugando (en el 24 de setiembre, División B), hasta que Dios diga basta y luego empezar a dirigir”, recalcó el gran "Lolo".

El equipo del 2007

El mediocampista recuerda con gran añoranza el equipazo del último campeonato. A su parecer, la clave fue tener una columna vertebral compuesta por jugadores de la casa.

“Hicimos algo muy lindo para la ciudad y nos quedamos en la historia del club. Creo que aquella vez (2007) se conformó un buen plantel con jugadores en su mayoría de la casa, con ganas de progresar. Con la participación de algunos refuerzos que aportaron los suyos en favor del equipo”, mencionó.

Entre todas las figuras que tuvo Sportivo Luqueño, Abente destacó a un futbolista en particular: “Considero que el gran conductor de ese equipo fue ‘Caña’, César Cáceres Cañete, quien se constituyó en el pilar, en el caudillo del equipo, dentro y fuera de la cancha. Fue un líder que macaba las pautas y nosotros los más jóvenes le seguíamos porque le teníamos mucha admiración por su experiencia y porque retornaba al club después de un tiempo”.

Foto: Grupo Nación.

“Recuerdo un partido complicado para nosotros fue ante Trinidense, estábamos perdiendo por 3 a 1 y en una gran reacción dimos vuelta el resultado y ganamos por 4 a 3. Ese partido sirvió para una remontada ya que posteriormente tuvimos una racha impresionante si no me equivoco de 13 juegos sin perder”, recordó como el partido clave que hizo el "clic" en el plantel auriazul.

"Lolo" contó que en ese tiempo eran tratados como héroes de la ciudad y a donde iban, eran recibidos de gran manera. Además siempre les hacían presentes de todo tipo.

“Aparte de conseguir el título, el festejo y la caravana, la hinchada y la ciudadanía en general nos dieron el espaldarazo. Algunos hinchas nos hacían obsequio, sólo por el hecho de reconocer el esfuerzo y por el cariño que tenían por la institución. A mí varias veces me regalaban cosas, de repente algo que uno no esperaba, sea de algún hincha que sin conocerle se te acerca y te obsequia termo, toalla, quepis. Hasta pescado recibí de regalo una vez de un fanático. Se aprecia mucho eso, no por el valor, sino por el significado de afecto y de cariño que tenía la gente”, reconoció.

Recuerdos que perduran

En su recuento, el ex volante auriazul recorrió mentalmente los momentos más felices e importantes que les tocó. “Nada se puede comparar con la obtención del título (2007) que nunca se podrá olvidar, pero también recuerdo una situación difícil que pasó el club. Fue en el 2012, cuando estaba a punto de perder la categoría y pudimos zafar”, explicó.

“Lolo”, también mencionó su transferencia al Olimpia (2013). “Feliz por aquella transferencia al Olimpia, no siempre uno tiene la oportunidad de vestir una camiseta tan prestigiosa. Además, en 12 de Octubre pase momentos hermosos ya que formé parte de su regreso a la categoría profesional”, agregó.

Foto: Grupo Nación.

En otro momento, “Lolo”, lanzó un mensaje muy vigente. “El jugador se gana el cariño del público, no sólo por lo que hace dentro de la cancha, sino primero debe ser buena persona, buena gente. Es muy lindo que la gente te escriba, te apoye, te aliente, porque vienen de personas que conocen de tu esfuerzo y de los valores que tiene”.

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La ciudad se tiñe de azul y amarillo

Pese a que la Pandemia impide la realización de varias actividades, el Centenario del Sportivo Luqueño no pasa desapercibido. La ciudad de Luque prácticamente se tiñe de azul y amarillo, colores distintivos de la institución que éste 1 de Mayo cumple 100 años de vida.

Murales, gigantografías, banderas, camisetas, gorros y todo lo que uno pueda imaginar son las constantes en cada esquina y por todas las calles, no sólo en el casco céntrico de la ciudad, sino también en las compañías, en una clara demostración del sentido de pertenencia que tienen los luqueños hacia los colores de la institución.

Los comercios en su mayoría, las principales instituciones, están embanderadas. Las columnas pintadas con los colores azul y amarillo.

Los artistas no quedaron atrás ya que varias composiciones musicales alusivas al Centenario fueron grabadas y difundidas en los medios masivos de comunicación.

Foto: Daniel Arévalos.

Las restricciones sanitarias implementadas por el gobierno, debido a la Pandemia del Coronavirus, no permiten la realización de un gran recibimiento al Centenario con un desfile de artistas con la presencia del público.

No obstante, están previstos algunos eventos para esta noche como una serenata virtual, además de la elección de Reina del Centenario del Club que serán transmitidas vía redes sociales en las páginas de la institución y otras plataformas digitales.

Como es habitual, a la media noche habrá fuegos artificiales y se solicita que los aficionados acompañen desde sus hogares con bocinazos y sirenas.

Foto: Daniel Arévalos

Caravana de vehículos

Éste sábado se cumplirá la caravana por el Centenario, este evento reemplaza a la tradicional Marcha Auriazul que ésta vez por la Pandemia no se puede realizar. La convocatoria a los automovilistas para formar parte de la misma es frente a la estatua de la Residenta para hacer un recorrido por la autopista, el centro de la ciudad hasta llegar al estadio Feliciano Cáceres.

La misma se realizará bajo estricto protocolo, como llevar la cantidad mínima de acompañantes en los vehículos, todos los participantes deben estar con tapabocas.

Las fuerzas del orden están preparando todo un operativo para acompañar y cuidar los detalles. Los organizadores piden a los aficionados tener conciencia y tomar las medidas sanitarias correspondientes.

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Villasanti, la muralla auriazul del último campeonato de Luqueño

Por Daniel Arévalos.

Otro que dejó huella de su gran trabajo para la conquista del Torneo Apertura 2007, es el arquero Mario Eduardo Villasanti Adorno (38). En éste recordatorio por el Centenario, el golero rememora parte de la historia que le tocó vivir en la institución.

Villasanti, fue incorporado ese año a Luqueño, no jugó los dos primeros partidos (lo hizo Éver Caballero), luego tomó la titularidad y ya no soltó hasta conseguir el tan anhelado título. Dentro de todo lo vivido en ese torneo, el golero destacó la unidad del grupo, la confianza y el deseo de salir adelante que reinaba en el plantel,
no olvida lo que fue el festejo tras la victoria (1 a 0) frente a Tacuary que significó la consagración, la caravana desde el Defensores del Chaco hasta el Estadio Feliciano Cáceres con el acompañamiento de la hinchada.

“Fue algo impensado en ese momento para todos los que componíamos ese plantel, más que nada porque Luqueño estaba en una situación un poco complicada, hacía mucho tiempo que no peleaba cosas importantes y esa vez se conformó un buen plantel, fueron dándose los resultados y lo que parecía algo muy lejano, poco a poco fuimos acercándonos hasta llegar al objetivo”, comentó en comunicación con VERSUS.

“El éxito, considero que se basó en la unidad del grupo, pero además fueron dándose otros aspectos importantes como el aliento de la hinchada que no sólo iban a los partidos, sino en cada práctica asistían entre 800 a 1000 aficionados. El apoyo de la gente fue impresionante”, expresó destacando algunas virtudes que llevaron a la institución a ganar un campeonato, luego de mucho tiempo.

El partido bisagra

En la segunda rueda del torneo Apertura del 2007, Luqueño comenzó a tener una buena racha, pero estaba aún distante de la punta. Llegó el momento de enfrentar a un rival complicado y siempre candidato, Cerro Porteño. Un triunfo del conjunto auriazul podría significar el afianzamiento del equipo hacia la punta, pero una derrota lo frenaba y hasta podría truncar el sueño de campeonar.

“La revancha contra Cerro, fue partido bisagra para nosotros, porque un triunfo nos permitía mayor confianza y seguir con pasos firmes. No fue fácil, perdíamos 2 a 0 y desperdiciamos un penal y se complicaba absolutamente todo. Pero no perdimos la concentración, fue increíble como los compañeros lejos de resignarse tomaron coraje y así dimos vuelta el resultado y ganamos 3 a 2”, recuerda el arquero.

Foto: Grupo Nación.

“Con esa victoria el equipo se fortaleció bastante y nos dimos cuenta que sí verdaderamente se podía llegar a conquistar el campeonato, aunque todavía quedaban muchos partidos por jugarse. Mantuvimos una regularidad importante, ya siendo puntero, mucha gente decía, Luqueño no va a llegar, se va a caer, pero ya teníamos marcado el rumbo y logramos el objetivo”, resaltó.

Festejo y "bailongo"

Mario recuerda la vuelta, luego de partido ante Tacuary, fue todo un espectáculo. “Ese viaje de vuelta a Luque fue una locura, algo inolvidable, había hasta banda de músicos dentro del bus que nos transportaba, todos dando rienda suelta al festejo, no sólo nosotros los jugadores, sino, los miembros del cuerpo técnico y los dirigentes, con sólo recordar, es como volver a vivir esas sensaciones”, dijo.

“Para muchos de nosotros fue algo especial, los que llegamos ese año como refuerzos. Porque no es frecuente que luego de seis meses ya consigas un título por eso tiene un sabor muy especial. También la gente entendió que el plantel puso todo lo que tenía y eso se contagió en toda la comunidad. Después de conseguir el título cada día había festejo, reconocimientos, cena, invitaciones, fueron momentos que uno no puede olvidar nunca. De hecho fue lo mejor que me pasó como futbolista”, recordó con gran nostalgia.

Foto: Grupo Nación.

Apoyo psicológico

El ex arquero destacó entre tantas cosas el apoyo psicológico que tuvo el plantel durante el desarrollo del torneo y que fue fundamental para la contención emocional.

“Quiero mencionar esto, porque considero que fue algo muy importante, aunque a veces no se valora mucho. Nosotros tuvimos la asistencia de una psicóloga. Personalmente me sirvió mucho y considero que a la mayoría, porque logró que tengamos una mentalidad fuerte en cada partido, sea cual fuere el rival y eso suma a la hora de resumir todos los hechos positivos”.

“Hay que tener en cuenta que gran parte del éxito de ese equipo se basó en la mentalidad y a parte el apoyo de la gente. Que me disculpen Guaraní, Libertad o cualquier otro equipo, pero Luqueño sin duda es la tercera potencia en cuanto a público y quedó plenamente demostrado frente a Tacuary, cuando se llenó el Estadio”.

Foto: Grupo Nación.

Premios en la concentración

Una práctica que se volvió costumbre en aquel entonces fue la realización de los sorteos de importantes premios entre los jugadores en la concentración. Los premios eran donados por los dirigentes y expectables socios y algunos empresarios, con la idea de motivar al plantel, antes de cada partido.

Mario Villasanti siempre se quedaba con más de un premio. “Ocurre que concentrábamos 20 jugadores, pero había más de 25 premios, entonces participaba de los sorteos también la cocinera. Se optaba que todos ganaran un premio, pero aún sobraba y se hacía una segunda ronda”, explicó entre risas.

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