César Cáceres Cañete, el "dueño" del Luqueño campeón 2007

Quizás el más influyente, por experiencia, por su liderazgo y además por haber sido el goleador (del equipo y del campeonato) en la obtención del título del torneo Apertura 2007 para Sportivo Luqueño, fue César Daniel Cáceres Cañete (43), popularmente conocido como “Caña”.

Se inició en la formativas del club, pasando por todas las categoría hasta llegar a primera división. Integró la selección Sub 20 (1997) además, tuvo un paso por el fútbol europeo (Portugal – Campomaiorense 2001), también jugó en otros clubes del exterior.

A su retorno a la institución auriazul con mayor experiencia logró el título en 2007. Posteriormente recorrió varios cubes, tanto del extranjero como a nivel local hasta cerrar su carrera profesional en el Deportivo Capiatá (2015).

En esta recordación del Centenario del Sportivo Luqueño, VERSUS te entrega una charla imperdible con otro de sus protagonistas, que puso su sello de conductor y goleador del equipo para la conquista de un título para la institución tras largos 54 años.

“Con todo mis compañeros me llevaba bien, pero compartía más con ‘Lolo’ Abente. Los domingos nos levantábamos temprano en la concentración para ir a misa de las 7:00. Nos quedábamos a rezar un rato, pidiendo que todo nos salga bien”, comentó el futbolista.

Foto: Grupo Nación.

Agregó que el grupo completo iban a misa los viernes o sábados todos uniformados, pero que con ‘Lolo’ igual participaban los domingos de mañana. Luego iban tomar mate y ver televisión en la concentración.

"Caña" señaló que en el 2007 teníamos un equipo muy ofensivo y que él jugaba de media punta, mientras que por derecha llegaba Jorge Núñez. Además estaban dos en punta (Biancucchi y Ayala) y si le suman, las proyecciones de los laterales, por derecha Juan Cardozo y Derlis Cardozo por izquierda, realmente jugaban más atacando que defendiendo todo el partido, indicó.

Rememoró que en ese torneo (Apertura 2007), salió goleador (con 13 tantos), pero ciertamente era más asistidor que goleador, pero tenían muy buenos volantes (de recuperación) y eso le permitía llegar más al ataque y definir.

“Increíblemente en el partido contra Tacuary, la ansiedad de asegurar el triunfo y el campeonato nos jugó una mala pasada. No podíamos convertir, pelota que pegaba en el travesaño y varias situaciones desperdiciadas frente al arco. Gracias a Dios llegó el gol sobre el final”, resaltó.

Recordó que fue de un tiro libre y que después se encargó de levantar el centro y Ortellado (Julio) quien acababa de ingresar, marcó de cabeza. Aseguró que él tenía buen juego aéreo, que le pasó a su marcador y aprovechó para conectar de cabeza.

También añadió que al terminar el partido entraron al vestuario y se abrazaron entre ellos y los dirigentes que estaban ahí, después hicieron la oración de siempre agradeciendo a Dios por el triunfo y la obtención del título.

Foto: Grupo Nación.

“Luego la caravana del estadio hasta Luque fue impresionante, la gente alentó y vibró todo el trayecto, algunos hasta se desnudaron por la calle a pesar del intenso frío en ese momento, varios recorrieron en ropas menores por la calle”, expresó.

Cañete afirmó que la hinchada realmente apoyó bastante y que mucha veces hacían colectas (de dinero) para mejorar el premio a los jugadores, especialmente en un tramo del torneo cuando el equipo tuvo una racha de 13 partidos más o menos sin perder. No dudó en decir que realmente se merecía una alegría así.

Deseo incumplido

El exgoleador auriazul tiene como una espinita clavada, ya que no pudo cumplir uno de sus sueños; el cual era el de retirarse en el club donde comenzó, es decir, en Luqueño.

Cuando ya estaba pensando en su retiro del fútbol profesional, intentó volver a Luqueño para su despedida y además para cumplir otro sueño que era llegar a completar los 100 goles en el fútbol paraguayo (tiene 94), pero no se dio la posibilidad.

“Quería terminar mi carrera en Luqueño, estaba bien encaminado y hablé en ese momento con la gente de la directiva, me dijeron, sí te vamos a necesitar y a último momento no me respondieron más”, explicó.

Finalmente se refirió al momento actual del equipo. “La verdad no está bien el club, me hubiera gustado que salga campeón en su centenario, pero hay muchos inconvenientes entre los directivos. Los jugadores no tienen la culpa de eso”.

Es entrenador recibido

Cáceres Cañete sigue jugando en equipos amateurs, pero es técnico de fútbol recibido y ya tuvo sus primeras experiencias siendo asistente de Juan Daniel Cáceres.

“Soy entrenador recibido, trabajé con Juan Daniel Cáceres en Silvio Pettirossi, hasta que llegó la pandemia y se cortó todo, pero estamos ahí esperando una nueva oportunidad laboral”, explicó.

“Dany (Cáceres), es una buena persona, que va de frente y es de palabra. Sabe mucho de fútbol. Esperemos que pronto mejore todo y que nuevamente haya oportunidad de trabajo para los profesionales”, recalcó.

Por: Daniel Arévalos.

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Pablo Aguilar, el último gran ídolo e "hijo dilecto" del Sportivo Luqueño

Es el único jugador que formó parte de aquel plantel auriazul campeón del torneo Apertura (2007) que todavía juega a nivel profesional y en una liga de alta competencia como México, es Pablo César Aguilar (34). Algunos de sus excompañeros siguen activos, pero en clubes de Ascenso o en ligas regionales.

El actual jugador del Cruz Azul, dialogó con VERSUS y recordó una parte de la historia, quizás la más linda que les tocó vivir en filas del Sportivo Luqueño. Es un “hijo” agradecido, hizo varias donaciones a la institución como el equipamiento total del gimnasio del club, a más de otros aportes de los cuales prefirió no hablar.

Se inició en la Escuela de Fútbol del Club Villa Elena de la Liga Luqueña, a los 15 años se incorporó al Sportivo Luqueño en las divisiones formativas (Sub 15), pero dos años después ya debutó en Primera División.

No ocultó su descontento por la actualidad del club que arrastra una inestabilidad administrativa. Lamenta que sus conciudadanos no puedan llegar a un entendimiento que permita engrandecer el club.

“El equipo del 2007 prácticamente estaba conformado por la mayoría de los jugadores que veníamos desde las categorías juveniles pasando por la Reserva y con un poco de experiencia en Primera. Creo que ese entendimiento y la misma intención de salir adelante fueron los que nos impulsaron a ese objetivo tan importante”, resumió Aguilar, sobre la obtención del campeonato Apertura en el año 2007.

Pablo Aguilar, ex jugador de Sportivo Luqueño. FOTO: Gentileza

Adjuntó que en aquel momento no dimensionaron lo que significaba la conquista del título y ya después de un tiempo parece que uno se da cuenta que lo que conseguimos era algo grandioso, una hazaña no para ellos, sino para la institución y para toda la ciudad.

Agregó que no hay duda que el fútbol contagia y recuerda que esa vez al equipo le iba bien y en toda la ciudad había un movimiento diferente. Afirmó que los comerciantes vendían todas las cosas relacionadas al club, banderines, almohadones, medallistas, guampas, gorros y bufandas, entre tantas cosas.

Aguilar subrayó que muchas cosas se dieron para llegar finalmente al objetivo y que para ellos fue clave tener una racha de 7 u 8 partidos sin perder, ganando a los clubes grandes; entre ellos a Cerro y a Libertad. Destacó que a partir de ahí empezaron a soñar de otra manera y en cada partido se acrecentaba aquello de que era la oportunidad de ganar el torneo y para felicidad todos los luqueños se dio.

Además, rememoró que extrañamente Luqueño casi no tuvo inconvenientes para ganarle a los equipos grandes, sí los denominados chicos o lo que peleaban por los últimos lugares fueron los que nos complicaban los partidos.

“Para el partido frente a Tacuary (el de la consagración), en principio y esto es a nivel personal me sentía con una ansiedad y creo que fue lo que jugó un poquito en contra. Además, viendo a tanta gente que fueron para festejar el campeonato era como una responsabilidad mayor y el gol que no llegaba, pero bueno cerca del final Julio (Ortellado), nos regaló una inmensa alegría”, explicó el defensor.

Foto: Prensa Luqueño.

“Lo que más recuerdo después de ese partido entre tantas cosas que pasaron, fue por ejemplo ver a gente mayores llorando de alegría y que te agradezcan, son recuerdos que a uno nunca se le va a olvidar. Gracias a Dios he conseguido títulos en otros clubes del exterior, pero es muy diferente lograr con la institución que uno quiere, donde se inició como en ese caso para mí fue el Sportivo Luqueño”, dijo.

Recalcó que su objetivo no era precisamente el dinero, puesto que las condiciones económicas con que se manejaba Luqueño eran posiblemente uno de los más bajos en esa época, pero ellos pensaban en algo mejor, en salir adelante y hacer historia, de modo a dejar un recuerdo lindo a la ciudad.

“Desde luego que ganar un título es lo máximo, pero además trae consigo una gran recompensa ya que la mayoría de los jugadores de ese plantel consiguieron fichar por otros equipos importantes y eso se convierte en el premio mayor”, aseveró.

Un agradecido al club

Durante la charla, Pablo recalcaba su agradecimiento a Luqueño. “Estaré eternamente agradecido al club que me abrió la puerta. Es por eso que si de algo estoy contento es de aquella conquista (2007), porque de alguna manera pude retribuir, la oportunidad y la confianza”.

Recordemos que el zaguero es un benefactor del club, ya que realizó varias donaciones, aunque no quiso entrar en detalles. Una de ella, la de dotar el gimnasio con todos los aparatos modernos.

“Me gusta apoyar a mi gente, la idea es aportar algo para que los más jóvenes puedan mejorar en el deporte. No quiero comentar mucho eso porque es una cuestión personal. He pasado necesidades, nunca me faltó comida (aclaró) y eso me impulsa a tratar de colaborar dentro de las posibilidades”, resaltó.

Pero el futbolista, dejó un mensaje diciendo. “Siempre dispuesto a colaborar, aunque últimamente, no tanto porque la institución está en una situación donde no se ve ningún progreso y eso a uno le quita un poco las ganas”.

Algo de anécdota

En otro momento, el futbolista recordó una acción de juego, durante el desarrollo del torneo Apertura 2007. “Yo era uno de los más jóvenes del plantel, no faltaron los insultos en la cancha. Lo que más escuchaba es cuando los delanteros más experimentados me decían ‘Mo’opio nde mitā’i, che marcata, romopembaitéta hína’, pero son cosas del fútbol que no pasa de ahí”, manifestó.

“Te voy a reventar nde mita’i, me decía otro atacante, cuando le ganaba en los saltos o en un cruce, pero no pasaba de una expresión. Esas cosas en vez de tomar como una amenaza, sirve como un aprendizaje para ir ganando experiencia”, añadió.

Casi dejó el fútbol

El excentral auriazul no se olvida de una enfermedad que padeció (baja plaqueta sanguínea), que casi le truncó su exitosa carrera. Cuando parecía que todo terminaba para él, surgió la chance de jugar nuevamente en Luqueño y de ahí, la historia es conocida.

“Por causa de una enfermedad (en el 2011), que me dejó fuera seis meses sin jugar (estando en San Luis Potosí de México), cuando ya estaba por colgar los botines como se dice, fue cuando me habló el doctor Juan Carlos Velilla (médico de Luqueño) y Rubén González (directivo), para volver al club”.

“A pesar de la enfermedad que tenía ellos se comprometieron ayudarme. Así fue que retorné a Luqueño por un período corto porque volví al fútbol mexicano”.

Su retiro en Luqueño

Una posibilidad latente que mantiene Pablo Aguilar y que lo ha expresado públicamente es la de retirase del fútbol activo en el Luqueño.

Al respecto dijo: “Sí lo dije y lo mantengo, si bien uno desea alargar por decir así su vida futbolística, porque es mi trabajo, el sueño mío es retirarme ahí (en Luqueño), pero si finalmente no se da como jugador, quizás en algún momento pueda estar como entrenador o formar parte de la directiva, como sea, pero quiero estar siempre pegado al club”.

Finalmente y refiriéndose al Centenario de la institución, reflexionó. “Duele mucho que el club haya llegado a una instancia donde parece que no tiene futuro. Lo que más quiero, no precisamente por el Centenario, sino por el bien del club, es que la gente, los buenos luqueños se unan. Que esté a la cabeza una persona que ama verdaderamente a la entidad, porque Luqueño con una buena administración sería una potencia”.

Por: Daniel Arévalos.

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Nacional de Uruguay y Atlético Nacional dejan la piel en un partidazo

Montevideo, Uruguay | AFP

Nacional de Uruguay y el colombiano Atlético Nacional empataron 4-4 este miércoles en la segunda fecha del Grupo F de la Copa Libertadores 2021, en un partido electrizante que dejó un gusto amargo a los charrúas.

Gonzalo Bergessio (12, 51, 64) y Leandro Fernández (45+4) marcaron los goles para el conjunto uruguayo, mientras que Jarlan Barrera (9, 85), Andrés Andrade (45+2) y Renzo Orihuela en contra (75) anotaron para el equipo colombiano.

En un choque en el estadio Gran Parque Central de Montevideo en el que pasó de todo, Nacional jugó más de la mitad del encuentro con diez hombres por la expulsión de Guzmán Corujo a los 43 minutos.

El 'Bolso' empató de atrás en dos ocasiones y luego pasó al frente 4-2 gracias a una tripleta de su capitán Bergessio, quien fue la gran figura del encuentro.

Pero no pudo sostener la victoria, que se achicó con un insólito gol en contra, y suma apenas un punto en su serie tras la derrota en la primera fecha del torneo.

Los colombianos, en tanto, quedaron líderes con cuatro unidades, pues ganaron su choque estreno en el grupo.

Universidad Católica de Chile y Argentinos Juniors, los otros dos miembros del Grupo F, se enfrentan el jueves en Santiago.

- Cuatro goles y una expulsión -

El encuentro arrancó con posibilidades para ambos bandas. La primera de peligro fue sobre los 6 minutos, cuando tras varios rebotes en el área del tricolor Camilo Cándido logró un disparo que pegó en el palo.

Pero apenas tres minutos después, el 'verdolaga' Barrera abrió el marcador para el conjunto visitante al cabecear un balón que se coló junto al palo derecho del arco defendido por Guillermo Centurión.

Nacional no se desesperó y pudo revertir rápidamente el trago amargo de la derrota parcial gracias a la aparición de su capitán, el argentino Gonzalo Bergessio.

Parado en el área chica, el goleador tricolor pudo ganarle la posición al defensa colombiano, recibió el balón, giró el cuerpo para sacarse la marca de encima y metió un disparo que, sobre los 12 minutos, volvió a poner el partido en tablas.

Con el 1-1, la oncena dirigida por Alejandro Cappuccio metió el pie en el acelerador y generó varias oportunidades, pero los colombianos no se quedaron atrás.

Ambos equipos mostraban fuertes debilidades en defensa que permitían que todos los acercamientos el área derivaran en jugadas de peligro.

Los últimos cinco minutos de la primera tarde dieron para todo.

Sobre los 40, el ambiente se caldeó en la cancha cuando varios jugadores comenzaron a discutir por una supuesta agresión en el área tricolor del zaguero Guzmán Corujo y el juego se mantuvo parado por varios minutos.

La revuelta se saldó con la expulsión de Corujo, quien vio la roja del árbitro ecuatoriano Augusto Aragón sacada a instancias del línea y bajo las protestas del conjunto uruguayo.

Atlético Nacional aprovechó el desconcierto en el local para marcar la diferencia y, tras un entrevero en el área y una asistencia de taco de Barrera, Andrés Andrade marcó el 2-1.

Pero lejos de bajar los brazos, el 'Bolso' volvió a la carga y revivió cuando Leandro Fernández metió un bombazo cruzado que volvió a empatar el encuentro, dándole un respiro al equipo charrúa antes de ir al descanso.

- Capitán goleador -

A pesar de tener un jugador menos, el 'Bolso' salió con iniciativa a la segunda parte y apenas 6 minutos después de comenzada sorprendió al pasar al frente en el marcador por primera vez en el partido.

Otra vez Bergessio, esta vez de cabeza, recibió en el área un gran pase de Cándido para romper la red del arco defendido por Aldair Quintana y poner el 3-2.

El argentino, un ídolo tricolor y goleador empedernido, terminó de erigirse como la figura del partido a los 64 al completar una tripleta cuando cabeceó un tiro libre de Fernández que se metió en el ángulo inferior izquierdo del 'verde paisa'.

Los dirigidos por Cappuccio, que tenían dominado el partido, se complicaron solos con un insólito gol en contra del defensa Orihuela, quien al intentar despejar hacia atrás metió la pelota en su propio arco.

Con el partido otra vez a tiro, el conjunto colombiano redobló sus esfuerzos en la presión, acorralando en su cancha a Nacional. El aluvión en ataque terminó con un balón filtrado de Barrera que se metió por abajo para empatar el encuentro.

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