En este espacio que VERSUS dedica al Centenario del club Sportivo Luqueño, nos ocuparemos de la historia más reciente de la institución como la conquista del torneo Apertura del 2007. Fue un resurgir del equipo tras largos 54 años de no conseguir título.
Varios fueron los artífices de ese logro, en representación de todos, algunos referentes nos rememoran, pasajes de los hechos, así como anécdotas, sacrificios, entrega y mucha dedicación que experimentaron para llegar al objetivo.
Iniciamos la charla con el capitán auriazul (2007), Jorge Daniel Núñez (36), un extraordinario volante ofensivo y buena persona, gran protagonista de esa generación prodigiosa que llenó de alegría a toda la “República” de Luque.
“Feliz de formar parte de esa rica historia del club. Aquel equipo (que ganó el campeonato), más que compañeros fuimos un grupo de amigos con ganas de salir adelante, de mostrarnos, a los que se sumaron algunos jugadores experimentados que dieron el equilibrio al plantel”, señaló el ex futbolista auriazul.
Núñez habló de una unidad especial, ya que fue una camada de futbolistas muy identificados con el Auriazul, que fueron evolucionando juntos. “La mayoría de los que conformábamos el equipo, crecimos futbolísticamente juntos, teníamos ese sentido de pertenencia hacia el club. Con esa mentalidad de sobresalir de pensar en algo importante, hechos que nos motivaron, ya que en Luqueño no se ganaba bien, pero la mayoría éramos jóvenes con hambre de salir adelante”, resaltó.
El volante fue muy sincero y reconoció que al principio el equipo no estaba convencido de pelear por el campeonato, pero con los partidos, creyeron en el potencial de cada uno. “Nunca nos imaginamos que llegaríamos a obtener un campeonato, sí que podíamos hacer una buena campaña, pensando en ser transferidos, en jugar en clubes más grandes. Pero con el correr de los partidos y del torneo nos dimos cuenta que podíamos y lo demostramos”, remarcó.
El "Cañonero" habló de su aventura como jugador y asegura que lo vivido en Luqueño, jamás se podrá comparar con lo que experimentó en otros equipos.
“Mi carrera fue corta, en comparación a otros futbolistas y fue el único título que conseguí. En otros equipos fui destacado como goleador, mejor extranjero, pero obtener un campeonato fue el único con Luqueño. Pero más allá de eso la manera como se dio, los festejos. Es fácil ser campeón en clubes grandes, pero en clubes pequeños no, por eso tiene mucho mayor valor”, detalló.
Recalcó su agradecimiento a Luqueño, donde según él, vivió los mejores momentos como futbolista profesional. "Marcó mi vida, mi carrera. Siempre resalto, gracias a Luqueño soy lo que soy".
El día de la consagración
24 de Junio del 2007, el rival de turno fue Tacuary, un equipo que a cualquier rival siempre complicaba por la manera de jugar. Entre los luqueños las pulsaciones llegaban al máximo ante la posibilidad de que en ese partido, de manera anticipada se consiguiera el título.
“Era imposible no confiar, no soñar en un triunfo y la obtención del campeonato. Creo que fue la primera vez que nos sentimos tan seguros que podíamos realmente, porque aparte se dieron algunos resultados en la fecha anterior que nos favorecieron y que sirvieron de plus para tener mayor confianza”, subrayó.
“Tanta fue la confianza y el optimismo, que esa mañana nos pintamos el cabello (de manera artesanal), con papel sifón y alcohol. Era por el simple hecho de llegar a un sueño tan cercano, nunca fue por arrogancia, prepotencia ni soberbia. Jamás perdimos la humildad, una de las virtudes que tenía ese plantel”.
“Cuando terminó el primer tiempo (frente a Tacuary), el partido estaba 0 a 0, en el vestuario nos miramos y nos dijimos esto está complicado. No queríamos parecer a ese equipo que festejaba antes de tiempo, porque a eso nos exponíamos si no conseguíamos el triunfo en ese juego”, siguió recordando.
“En el segundo tiempo, no bajamos la guardia ni la fe y llegó el ansiado gol, faltando 3 minutos para el final. La felicidad era inmensa, la gente que llenaba el estadio cantaba cada vez más fuerte y ya todo era celebración”.
“Lo que siempre valoramos es el grupo humano que se había conformado, porque para nosotros todo fue a pulmón. Sin el presupuesto de otros clubes, sin mucha infraestructura, pero todo lo hicimos con cariño, por ese enorme deseo de creer en nosotros mismos”.
"Puedo asegurar, que ningún otro equipo nunca más saldrá campeón con el presupuesto que tenía Luqueño en esa oportunidad. Se logró a puro corazón, por convicción y por convencimiento”, aseveró.
Biancucchi se mostró extraño
Entre las incorporaciones que realizó Luqueño a su plantel para afrontar ese torneo fueron, Mario Villasanti, Carlos Mereles, Néstor “Wanchope” Ayala, Julio Ortellado y Maximiliano Biancucchi, entre otros.
A propósito, de “Maxi”, Jorge Núñez contó una interesante anécdota del futbolista argentino quien también quedó para la historia como protagonista de aquella hazaña.
“Con Biancucchi, en los primeros tiempo no teníamos una buena comunicación, él se separaba un poco del grupo, porque no tenía la misma idiosincrasia, hablaba muy poco el guaraní, no participaba en nuestro tereré y de pronto pensó que no le queríamos hacer participar. Pero no fue así, es que ese grupo de amigos nos conocíamos de memoria hasta para hablar”, explicó, aclarando que nunca hubo "mala onda" con el argentino.
Luego siguió relatando cómo cambió la relación, hasta el punto de convertirse en amigos. “Pasó un tiempo y todo quedó aclarado, se habló y cada uno puso su punto de vista, nunca hubo maldad, él entendió, es una persona muy inteligente y al mismo tiempo al igual que nosotros estaba luchando por mejorar en su carrera. Todo quedó encajado y el equipo empezó a repuntar”,recordó el ex capitán auriazul.
Los más cercanos
Jorge Núñez resalta durante la entrevista el valor de los chicos que crecieron juntos en las formativas defendiendo los colores del auriazul. Recordó a algunos compañeros más cercanos y con los que mejor se llevó.
“Realmente me llevaba bien con todo0s, porque compartimos las formativas, varios partidos en Reserva y luego en la Primera. Futbolísticamente nos complementábamos muy bien con “Willy” Hermosilla. Él levantaba la cabeza y yo picaba o vice versa, sólo con la mirada ya sabíamos cómo seguir jugada”, explicó.
Otro a quien Núñez admira mucho, es su ex compañero Reinaldo Román. “No me olvidaré nunca de Román, me invitaba a comer en su casa, esperando el entrenamiento de la tarde. Es de esa persona que tiende la mano al amigo en una etapa dura de la vida, es pura humildad”.
También se acordó de Julio Ortellado: “Julio nos invitaba a su casa para los asados, eso fue cuando los muchachos ya se ganaban su platita y lo hacíamos para confraternizar. Con Cáceres Cañete, nos llevamos bien hasta ahora, muchas veces compartimos algún caldo de pescado en su casa”, comentó.
Recuerdo inolvidable
Núñez recuerda como algo inolvidable la famosa caravana auriazul que inundó Asunción y acompañó el colectivo del campeón hasta la "República".
“Ese momento fue realmente histórico, quizás en su momento no tuvo mucha trascendencia, porque no sé si habrá otro club que después de salir campeón tenga una caravana de cinco horas, al menos entre los clubes considerados pequeños. Lo que fue esa alegría en todo el trayecto y la ciudad de Luque, no creo que se vuelva a repetir en años”.
Como anécdota cuenta que los jugadores, si bien estaban eufóricos y metidos en un festejo interminable, lo único que querían, es llegar al Feliciano Cáceres para comer.
“Recuerdo que al retornar del Estadio (Defensores del Chaco donde se disputó el partido), los aficionados nos pasaban latas de cerveza, pero nosotros nos moríamos de hambre, ni siquiera queríamos tomar una gaseosa, estábamos con hambre porque el partido terminó tarde, la caravana se extendió mucho y después de mucho esfuerzo necesitábamos comer algo”.
Reflexión final
Jorge Núñez, se declaró fanático del Sportivo Luqueño primero porque no olvida sus inicios y además por el gran mérito de haber conseguido un título después de tantos años de espera.
“Celebrar 100 años no lo hace cualquier club, me encanta ser parte de la historia de ésta institución. Pasaron mucho buenos jugadores, pero la historia dice que un grupo de chicos fanáticos consiguieron un campeonato en el 2007. En lo personal, más feliz aún por haber portado el brazalete de capitán desde el inicio del torneo hasta el final”, sentenció.