Dinamarca albergará al menos 11.000 espectadores por partido en el estadio durante la Eurocopa de fútbol para los cuatro partidos previstos en Copenhague, anunció este jueves el gobierno, reservándose la posibilidad de cambiar esta cifra si la situación sanitaria se deteriorase o mejorase.

"La Eurocopa de fútbol es un evento único e histórico en Dinamarca. El gobierno decidió por tanto autorizar al menos entre 11.000 y 12.000 espectadores en los cuatro partidos organizados en el Parken", indicó la ministra de la Cultura y de los Deportes, Joy Mogensen, en un comunicado.

La cifra podrá eventualmente ser elevada, si las condiciones sanitarias lo permiten, pero podría igualmente ser bajada.

"Hemos también informado a la DBU (Federación Danesa de Fútbol) y a la UEFA que podría ser necesario prohibir la asistencia de espectadores en caso de propagación de la infección y que sea médicamente indefendible autorizar los espectadores en los partidos", añadió la ministra.

Aplazada un año, la Eurocopa debe disputarse en doce países, con las semifinales y la final en Londres. La UEFA hizo claramente saber que quería la presencia de público en los partidos, planteándose retirar partidos a algunas ciudades organizadoras si no pueden recibir espectadores, una presión muy criticada, sobre todo en Alemania.

Actualmente no afectada por una tercera ola, al contrario que muchos de sus vecinos europeos, el país nórdico de 5,8 millones de habitantes, que había entrado en semiconfinamiento en Navidad, cuenta cuatro veces menos de casos que a principios de diciembre, con entre 700 y 800 casos registrados diariamente.

El país prevé la puesta en marcha de un "pass corona", en forma de aplicación en el teléfono móvil, que certifica un test negativo realizado menos de 72 horas antes, una vacunación o una curación reciente del covid-19.

Copenhague, Dinamarca | AFP

Bruno Valdez está volviendo poco a poco a su mejor nivel luego de dejar atrás una dura lesión de rodilla. Mientras espera ser tenido en cuenta por el DT del América, Santiago Solari, el otro día jugó su tercer partido con la Sub20 donde se armó un festival de empujones a partir de una temeraria entrada del albirrojo.

En el minuto 35, Bruno fue con mucha fuerza a un cruce y terminó tirándose por el delantero del Mazatlán, quien dejó la pelota, giró y lo empujó directamente a Valdez. Luego de segundos de mucho nerviosismo, finalmente se calmaron las aguas y siguieron jugando. Las Águilas terminaron perdiendo por 1-0.

Lo cierto es que el paraguayo ya está pidiendo pista a gritos, pero por el momento no está en la consideración de Solari. Esto puede tener su explicación en que el equipo principal del América lleva 5 victorias consecutivas y está muy bien posicionado en el campeonato mexicano; segundo y solo a dos puntos del líder, Cruz Azul.

“Yo estoy para jugar, a disposición del profe Solari, ellos deciden si arranco, pero yo ya estoy al 100%. Estamos muy comprometidos con la institución, queremos darles alegría a ellos, queremos darles la 14 y eso vamos a pelear este torneo. Pronto estaremos todos juntos festejando en el Coloso”, aseguró el defensor de 28 años.

Cabe recordar que Bruno volvió a las canchas después de un receso de 6 meses, obligado por una delicada lesión en la rodilla. El “Chino” llegó al conjunto mexicano en mayo del 2016. Tiene 3 títulos con las Águilas: Liga MX, Copa México y la Copa de Campeones.

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Sao Paulo, Brasil | AFP

"¿Podemos parar el fútbol?", preguntó el jefe del balompié brasileño a los clubes. Sin competir, "se van a joder", les advirtió. La respuesta unánime, de equipos con dolencias económicas, fue seguir pateando la pelota mientras Brasil encaja récords de muertes y contagios por covid-19.

La porfía de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y de los clubes en disputar los torneos regionales y la Copa de Brasil ha chocado con las órdenes de gobernadores de suspender los partidos y otras actividades no esenciales en casi un tercio del país.

Sao Paulo, Minas Gerais y Brasilia, entre otros, le bajaron el pulgar a la disputa de cotejos, que desde hace un año se juegan sin público, en respuesta al empeoramiento de la pandemia que avanza a pasos acelerados y ya dejó más de 300.000 muertos.

Privar a los brasileños de su deporte-religión hace parte de los esfuerzos de gobernadores y alcaldes para frenar el virus y dar respiro a hospitales al borde del colapso.

Pero significa también privar de derechos de televisión y de premios a los equipos, resquebrajados ya por el parón del fútbol entre marzo y junio pasados y por la ausencia de taquillas.

"Yo mando en el fútbol brasileño y determino que vamos a competir, porque ustedes se van a joder si no compiten. Yo asumo la carga por todos ustedes", dijo el presidente de la CBF, Rogério Caboclo, en una reunión virtual con los clubes el 10 de marzo, cuyo video fue divulgado esta semana por el portal del diario O Dia, de Rio de Janeiro.

"No renunciaré, salvo que ustedes lo ordenen, a disputar torneos nacionales", agregó.

Al término del encuentro, la CBF informó que las federaciones y los 40 equipos de primera y segunda división apoyaron, "por unanimidad", la decisión de seguir jugando. La entidad, además, aseguró que los partidos programados en lugares con prohibición para jugar serían trasladados a estados sin restricciones.

- Equipos nómadas -

Así, por ejemplo, Palmeiras se alistó para jugar el 17 de marzo en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, contra Sao Bento por el campeonato paulista. Pero el campeón de la Libertadores se quedó con el equipaje listo.

"Sería incoherente de nuestra parte tomar una medida tan dura [restringir comercio y circulación] (...) y permitir que juegos de otros estados se realicen en Minas Gerais", señaló Fábio Baccheretti, secretario estatal de Salud.

Los paulistas, entonces, tomaron vuelo hacia Rio, en el top-4 de los estados más golpeados.

En el municipio carioca de Volta Redonda chocaron la noche del miércoles. Si no hay cambios, Ponte Preta y Santos jugarán este jueves en Sao Januário, en la ciudad de Rio.

"No tenemos espacios en los hospitales, estoy perdiendo amigos, amigos entrenadores (...). Es hora de asegurar la vida", dijo Lisca, DT del recién ascendido América-MG, una de las poquísimas voces dentro del fútbol que ha clamado por la suspensión.

La liga brasileña de baloncesto, por su lado, suspendió el martes los juegos, en "respeto" a las instrucciones de las autoridades.

La CBF defiende que el fútbol se juega en un "ambiente seguro y controlado" y destaca la eficacia de los planes sanitarios. "Hay protocolos rígidos que orientan las mejores prácticas en relación con los viajes, hospedajes, alimentaciones, entrenamientos", afirma.

De casi 90.000 pruebas para detectar el virus, "apenas" hubo una tasa de positividad del 2,2%, según un comunicado.

Sin embargo, varios equipos han encarado brotes desde el año pasado: Flamengo, Palmeiras, Santos, Atlético Mineiro o Corinthians. Técnicos como Alexi Stival "Cuca" y Vanderlei Luxemburgo estuvieron hospitalizados.

Branco, campeón del mundo con la 'Canarinha' en Estados Unidos-1994, lucha por su vida en una UCI de Rio. El exlateral es el coordinador de las selecciones menores de la CBF y se habría contagiado en un viaje con el equipo sub-18 a Recife (nordeste), según el portal Globo Esporte.

"Estamos en una situación tan difícil, tan complicada, porque al brasileño le gusta ver los juegos, el brasileño siente la necesidad de ver deportes en televisión", dijo a AFP la entrenadora Lindsay Camila, flamante campeona de la Copa Libertadores femenina con Ferroviária.

"Si es necesario parar para que volvamos más fuertes, con juegos, con hinchas, estoy a favor de parar", añadió.