El equipo dirigido por Francisco Arce había ganado el torneo Apertura 2020 con una remontada fantástica en la tabla. El "Chiqui" se valió del parate de mediados de marzo, debido a la pandemia, para solucionar los problemas y cambiar el chip de los muchachos.
En el regreso del fútbol, allá por julio, el Ciclón se mostró elegante, dinámico, peligroso y efectivo, con jugadores que levantaron su nivel de manera exponencial. El repunte sirvió para conquistar el primer torneo de la temporada pasada. Llovieron los elogios para el conjunto azulgrana y su DT.
Sin embargo, en el torneo Clausura 2020 ya se fue notando un bajón importante en el "Ciclón", quizás no tanto en el juego pero si en los resultados. Despidió el año con un duro golpe; eliminación ante Olimpia en los cuartos de final de la liguilla.
Si bien arrancó el Apertura 2021 con dos triunfos consecutivos, aquejó un pronunciado descenso futbolístico que se está agudizando cada vez más. Luego de la última derrota en el Superclásico se escuchó exclamar a muchos hinchas: ¡falta goles!
Pero el equipo del “Chiqui” no se caracterizó justamente por ser una máquina goleadora ni cuando se mostró imbatible. El título lo consiguió marcando 37 goles en 22 partidos (un tanto cada 53 minutos). ¿Dónde estuvo la clave? En su solidez defensiva, encajó solo 14 tantos (un gol cada 141 minutos).
En el Clausura 2020 siguió mostrando cierta solvencia pese a enfrentar a varios rivales sin su onceno estelar. Anotó 17 goles y encajó 12, en 12 juegos, sumando el duelo ante el Clásico rival. Permitió un gol cada 90 minutos y marcó uno cada 63 minutos.
En la presente temporada lleva 7 goles a favor pero ya recibió 9 en apenas 6 partidos. Desata un grito sagrado cada 77 minutos y sufre un tanto del rival cada 60 minutos. El equipo cada vez se muestra más desconocido y no tiene ni rastros del que mantuvo la racha de 23 partidos sin perder. Ahora lleva 4 juegos sin conocer de la victoria.
Habrá que ver si el entrenador le encuentra la mano y con el regreso de sus principales figuras logra solucionar las falencias especialmente antes del estreno en la Copa Libertadores.
Guaraní dejó pasar la oportunidad de alcanzar la cima del torneo Apertura, luego de perder ante el Sportivo Luqueño en casa, por 1-0, con un golazo de Luis Cabral.
El inesperado tanto del central auriazul, que le costó el partido a Guaraní, motivó un reclamo airado de un directivo de aborigen al final del partido y que hizo explotar a Gaspar Servio, el portero aurinegro.
Maurice Christian, integrante de la comisión directiva de Guaraní, gritó desde las preferencias a los jugadores que se retiraban rumbo a los vestuarios y la crítica fue para Servio: "Qué gol te comiste", le dijo.
Esto motivó la ira del portero que se escucha responderlo: "Decímelo en la cara, la p... que te parió".
Ya con los ánimos más calmados, este lunes Christian expresó a VERSUS RADIO sus disculpas. "Quiero pedir disculpas a Gaspar Servio, es un muy buen arquero. Actué más como hincha en ese momento y no estuve bien", manifestó y agregó que aún espera la respuesta del portero.
"No soy hincha de Libertad, soy aurinegro y socio protector. Todo eso formó parte de una campaña en contra mía y del club. Presenté renuncia y es indeclinable", adjuntó.
Carlitos Espínola, hijo del popular Carlos “Paraguarí" Espínola, contó a VERSUS radio que tiene a su papá como gran referente y que su deseo es seguir sus pasos en el fútbol.
“Paragua” está pasando por un gran momento en Nacional, siendo uno de los mejores laterales del campeonato. El otro día hizo un partidazo ante Cerro Porteño aportando incluso una linda asistencia para el grito sagrado de su compañero, Edgar Zaracho.
El joven futbolista explicó que admira mucho a su papá, quien logró títulos con Cerro Porteño y la Liga de Quito, y que le gustaría emular su trayectoria en el deporte rey.
“Sueño con jugar contra todos los grandes como mi papá, él ya compartió cancha con estrellas como Cristiano Ronaldo y Maradona. En casa veo todas sus medallas y trofeos, todo lo que logró, le quiero igualar y si es posible, superar”, indicó
En su época de jugador, “Paraguarí” fue un duro zaguero central que metía miedo en el campo de juego. Carlitos aseguró que es totalmente lo contrario en la casa, especialmente cuando se trata de dar consejos.
“Papá trata de ser muy tranquilo en las cosas que me va a decir, por las cosas que ya pasó. Mi mamá (Estela Maris de Espínola) es más directa, me dice de manera más cruda las cosas. Mi papá por ejemplo me dice 'buen partido, tenés que mejorar en esto' pero ella me dice 'nderevaleiete ko este dia'”, rememoró entre risas.
Intentó seguir el camino de su papá de entrada, jugando en Cerro Porteño, pero no lo tuvieron en cuenta para la Sub15 y tuvo que pasar en el club vecino. Hoy en día, cada vez más asentado en Primera con la camiseta académica, ya se permite mirar hacia la Selección Paraguaya. “Estoy ansioso y soñando con una convocatoria”, remarcó.
