Se inició en Olimpia, fue panadero y hasta dejó el fútbol: hoy está en México

Hoy día en el Necaxa de la Primera División de México, el defensor paraguayo Julio César González, relató a VERSUS de qué manera fue formando su carrera deportiva. Si bien tuvo un buen inicio, se cortó por un tiempo, pero su destino estaba marcado para el éxito en el fútbol.

En su mejor momento, tuvo que abandonar los entrenamientos porque se cerró la pensión donde vivía y se vio obligado a retornar a su natal Encarnación, donde trabajó en la panadería junto a su padre.

Nunca perdió la fe de volver a la capital y seguir jugando, hasta que le llegó la oportunidad y no desaprovechó. Su presente en el fútbol mexicano es de los mejores, siendo titular desde que pisó la institución.

“Hice las Formativas (Sub 15) en Olimpia, pero dejé un tiempo el fútbol porque no tenía donde vivir. Alfredo Mendoza fue quien me trajo de Encarnación a la capital, pero él cerró la pensión donde residía porque se dejaba de la representación de jugadores”, comenzó diciendo el zaguero compatriota.

“Cuando uno es del interior de país, todo es más complicado. Caminaba todos los días como dos kilómetros para llegar al entrenamiento del Olimpia, pero bueno, son experiencias que también dejan enseñanzas”, reconoce.

“En ese entonces el club no contaba con albergue para los jugadores del interior. Volví a Encarnación porque no tenía ningún familiar en Asunción a quien recurrir, tampoco tenía condiciones para costear un alquiler y dejé el fútbol por un tiempo”, remarcó.

“Trabajé con mi padre en la panadería para ganarme la vida, al mismo tiempo estudiaba; pero nunca perdí la esperanza de volver a jugar. Es más, me cuidaba siempre como si fuera un futbolista. Jugaba los torneos de barrio, más adelante, integré un equipo amateurs (La Paz) de Colonia Fram (Itapúa), pero solamente los sábados o domingos”, comentó.

“Un día de casualidad me encuentro con Julio Zayas, un entrenador encarnaceno que trabajó en la inferiores de Olimpia con Miguel Pavani. Le comenté mi situación y me dijo que volviera al Olimpia porque él retornaba a las formativas del club. Ahora ya hay pensión en Villeta, me comentó el profe”, siguió explicando Julio.

“Entonces volví y como nunca retiré mi pase del club e integré la Sub 20, fuimos campeones y al año siguiente pasé a la Reserva y nuevamente salimos campeones. Me cedieron a préstamo por seis meses a Carapeguá (en Primera División), donde debuté en la categoría profesional. Cuando retorné al Olimpia me declararon libre”, expresó el jugador.

“Un amigo y ex compañero (Alberto ‘Piru’ Contrera), me presentó a Diego Serrati (representante de futbolistas) y él me consiguió el club donde jugar y hasta ahora es me representa. Fiché por General Díaz (2014) donde jugué cuatro años, de ahí pasé a Defensa y Justicia de Argentina (2018), un año y medio y desde este año (2020), estoy acá en Necaxa”, resaltó.

La consolidación

Si bien Julio González creció y maduró como futbolista profesional en General Díaz, dio el gran paso cuando fue a Defensa y Justicia en Argentina, de donde saltó al gran mercado mexicano; firmando un contrato de tres años con el Necaxa, su actual club y con el que suma 19 partidos.

“Sin duda en General Díaz crecí en lo profesional, teniendo mucha regularidad y jugando la Copa Sudamericana. Eso me valió para jugar en Argentina. Sabemos la competitividad del fútbol argentino, por eso a muchos le cuestan adaptarse”, manifestó.

Admira a su extécnico

“Tuve la suerte de tener un entrenador (en Defensa y Justicia) como Sebastián Beccacece, un profesional que sabe mucho y vive intensamente el fútbol. En el año (2018) que llegue a ese club peleamos el campeonato con Racing hasta la última fecha, algo histórico para el club y clasificamos a la Copa Libertadores”.

“Beccacece es todo un personaje, pero un buen entrenador, joven y muy trabajador. Es muy apasionado, ama lo que hace y vive con mucha intensidad, tanto en los entrenamientos como durante los partidos”, señaló.

“Tiene una gran capacidad para transmitir lo que quiere, es un ganador cien por ciento. Sabe mucho, ve muy bien el fútbol y en lo personal aprendí mucho de él. Es muy exigente, si de repente parece vehemente es porque sabe que uno puede más y trata de sacar lo mejor de cada jugador”, acotó.

Su actualidad

El zaguero compatriota llegó al Necaxa este año, en enero y logró una rápida adaptación, siendo titular en el equipo en casi todos los partidos. “Gracias a Dios desde que llegue estoy jugando. El Necaxa es una gran institución, muy organizado y que pelea siempre cosas importantes”, refirió.

“Aquí firmé un buen contrato de tres años, estoy muy cómodo y espero que todo siga bien, para responder a la confianza de la institución”.

“En México hay mucha admiración por los jugadores paraguayos, especialmente por los defensores por el buen rendimiento que tienen los compatriotas como Bruno Valdez, Pablo Aguilar, Juan Escobar, anteriormente también Paulo Da Silva, así como otros compatriotas”, resaltó.

Por: Daniel Arévalos.

Comentarios


De vender quiniela y trabajar en la chacra a ser un gran goleador

Hoy día en Once Caldas, Roberto Ovelar Maldonado, nació en Curuguaty, departamento de Canindeyú, es origen humilde, pero de gran convicción para abrirse camino en la vida. Desde pequeño trabajó duro en la chacra con su padre y hermanos.

También vendía frutas, dulces y hasta quinielas, pero lejos de que aquellos significaran un prejuicio, fueron experiencias de vida que lo impulsaron a salir adelante con un amplio carácter de superación. En contacto con VERSUS, compartió su historia, desde lo difícil que fue su inicio hasta su consagrado presente.

Hoy vive otra realidad porque hizo del fútbol una profesión y una oportunidad para cambiar el rumbo de su vida, ya que su talento le fue abriendo paso al éxito. En toda su extensa carrera, registra más de 114 goles.

“Búfalo” no olvida sus raíces, es más es orgulloso de sus esfuerzos y sus sacrificios que lo empujaron a ser una buena persona y un futbolista exitoso. Cuando visita a sus padres, recorre la chacra y reviven los recuerdos de su niñez.

“Mi padre fue un líder social perseguido en su momento por el gobierno, todos los líderes sociales luchaban por un pedazo de tierra para cultivar hasta que consiguieron en un lugar denominado Yby Pyta (Canindeyú)”, rememoró.

Roberto "Búfalo" Ovelar en la chacra. Foto: Gentileza,

“En ese lugar crecimos con mis hermanos, comenzamos a cultivar mandioca, poroto, maíz, tabaco entre otros. Por la mañana íbamos a la escuela, por la tarde a trabajar en la chacra. Al final de la tarde, nos juntábamos cerca de un arroyito donde dejábamos a un lado nuestra azadas y jugábamos al fútbol”, comentó.

“Cuando tenía 14 años nos mudamos a ciudad Presidente Franco (Alto Paraná), somos una familia numerosa (4 hermanos varones y 5 mujeres), allí me tocó vender banana y dulces por la calle, también vendía quiniela, todo era para superarme a mí mismo y ayudar a la familia”, dijo.

“Luego fueron mejorando las cosas, siempre me gustó el deporte, ciertamente me costó mucho aguantar para llegar a ser un futbolista profesional. Mis padres no pudieron ayudarme económicamente, pero sí en la parte humana”, agregó.

“En ciudad Presidente Franco, me vio jugar un señor (Alberto Ortega), me llevó a su casa para vivir y a alimentarme mejor. Me proveyó todas las cosas que necesitaba para entrenar. Posteriormente jugué el Campeonato Nacional de Interligas por la selección de Hernandarias y luego por el seleccionado de Ca’arendy, salimos campeones (2004), de ahí vine a Asunción”, prosiguió.

Roberto Ovelar junto a su familia. Foto: Gentileza.

“En el 2005 llegué a Cerro Porteño, jugué algunos partidos en la Sub 20, dirigido por Hugo Caballero, rápidamente pasé a la Primera, cuando eso el técnico fue Gustavo Costas. Vivía bajo las graderías del club, en la vieja ollita. En esa oportunidad me ayudó mucho Hugo Caballero para integrarme. No es fácil venir del interior y meterte a otro ambiente”, señaló el atacante.

Recorrido profesional

“Jugué muy poquito en nuestro país, en Cerro Porteño un año (2006/2007), luego me prestaron y casi toda mi carrera la desarrollé en el exterior. En Colombia ya llevo (jugando) seis años, en Perú estuve cinco años, en Chile un año, también pasé por México casi un año y en Olimpia seis meses”, explicó.

“Los mejores momentos de mi carrera fueron jugando por el Júnior (en Colombia 2014/2017), también tuve un buen paso marcando muchos goles en Perú jugando por Alianza Lima (2009/2011). En realidad en todos los clubes donde estuve, siempre di lo mejor de mí”, apuntó.

“Ahora estoy muy contento aquí en Once Caldas, me respetan, me hacen sentir importante y eso es muy bueno para trabajar de manera tranquila. No sé qué puede pasar más adelante, quiero seguir jugando, mi contrato termina en diciembre”, adjuntó.

“No le cierro la puerta a ningún club, (incluyendo a Olimpia a pesar de la mala experiencia). Es cuestión de analizar, estudiar y tomar una decisión con más tranquilidad, sobre todo pensando en el bienestar de la familia”, refirió.

Fugaz paso por Olimpia

Una de las contrataciones del Olimpia en el año 2019 fue la llegada del “Búfalo” Ovelar. El goleador tuvo que rescindir su contrato con el Millonarios (Colombia) para volver al país con la intención, de primero de volver a jugar en el país y estar rodeada de la familia.

“Estaba en Millonarios en ese entonces, surgió la posibilidad de irme al Olimpia y creo que tomé una decisión apresurada, pero son situaciones que ocurren en la vida, pensando que es la correcta. Había considerado que en mi país jugué muy poco, era una oportunidad de retornar para estar cerca de la familia pensando en un futuro retiro”, expresó.

“Mi contrato fue por dos años, pero a los seis meses tomé la decisión de salir porque no jugaba. En realidad no hubo inconvenientes con el técnico, sí me hubiera gustado que me dijera de frente que no contaría conmigo. Porque el jugador no es sólo lo futbolístico, también se debe ver el lado humano”, tiró Ovelar.

El paraguayo Roberto "Búfalo" Ovelar. Foto: @Dimayor

“No obstante, Olimpia cumplió conmigo como tiene que ser, no tengo nada en contra de la institución. Es más, me sirvió como una experiencia, algún día cuando sea entrenador me gustaría mucho tener en cuenta la parte humana”, remarcó.

Selección

Pese a ser un extraordinario goleador, “Búfalo” no ha tenido mucha oportunidad de vestir la selección nacional. Fue llamado una vez para un juego amistoso.

“Fui convocado una vez cuando el técnico era Gustavo Morínigo para un partido amistoso que se jugó en los Estados Unidos. Estaba en Millonarios (de Colombia). Fue una experiencia muy linda, después ya no tuve oportunidad de integrar la Albirroja”, admitió el delantero.

Si todavía mantiene la ilusión de ser parte de la selección pese a su dilatada trayectoria, dijo. “Ahora hay un nuevo proceso donde la mayoría son jóvenes y hay buenos delanteros, ni en mis mejores momentos no me llamaron; pero de todas maneras no descarto. Me gustaría, pero cada vez veo más lejano eso (la convocatoria) de todas maneras uno no pierde la esperanza”, subrayó.

Origen del apodo

“Lo del ‘Búfalo’ surgió en Cerro Porteño estando en la Sub 20, me decían ‘Toro’, porque chocaba con todo lo que estaba por delante en la cancha. Una vez estando ya en Primera, en un entrenamiento choqué con un compañero y él se llevó la peor parte, se levantó y me dijo, pero eres un ‘Búfalo’, no un ‘Toro’, de ahí en adelante me quedé con ése apodo”, sentenció.

Por: Daniel Arévalos.

Comentarios


Medina: su picardía, la rebaja que no aceptó y la satisfacción con la Albirroja

El arquero Bernardo Medina milita actualmente en el club Atlético Grau de la Primera División del fútbol peruano, donde es figura y titular fijo. Él contó a VERSUS sus recorridos por los distintos clubes y su sorpresiva salida de Mushuc Runa de Ecuador el año pasado.

El pintoresco golero además comentó que su estilo de no apurar las reposiciones de las jugadas cuando su equipo está en ventaja, es una picardía y muchas veces consentidos por los árbitros. También habló de su paso por la selección nacional y su presente en el Perú.

“Estuve seis meses por el fútbol ecuatoriano en el Mushuc Runa (2019), es un equipo que había ascendido recién a Primera y jugó Copa Sudamericana, es de la ciudad de Ambato, queda como a tres horas (en avión) de Quito”.

“Salí mal de ese club porque tuve un inconveniente con el presidente de la institución (Luis Alfonso Chango), me quiso descontar el 20 por ciento de mi salario. Lógicamente eso me molestó porque no figura en el contrato”, destacó Medina.

“El presidente es una persona muy especial, se enojó porque el equipo perdió unos partidos y quiso multarnos con un descuento en el salario. Entonces conversé con el gerente deportivo del club y rescindí el contrato a los seis meses (tenía acuerdo por un año) porque me pareció injusto y no estaba de acuerdo. Felizmente me pagaron todo lo que me correspondía”, resaltó.

“No obstante, mi paso por el fútbol ecuatoriano fue bueno, especialmente en los primeros meses de mi estadía en el Mushuc Runa. Recuerdo un partido frente a Unión Española en Chile por Copa Sudamericana, tuve una muy buena actuación y muchos destacaron mi trabajo. También en el torneo local, pero posteriormente el equipo sufrió una caída en su rendimiento”, explicó.

Bernardo Medina, arquero paraguayo del Atlético Grau.

“Fue la única vez que salí de esa manera de una institución, porque en todos los clubes donde jugué nunca tuve inconvenientes con ningún dirigente, ni entrenadores, siempre salí por la puerta grande”, señaló.

Este año llegó al Atlético Grau, club que subió ésta temporada a la Primera División. Su contrato es hasta fin de año y espera terminar de la mejor manera el campeonato. Allí es capitán del equipo.

“Estoy cómodo en éste club, con mucha regularidad, ciertamente es un equipo recién ascendido y por lo tanto está peleando su permanencia. Uno siempre espera lo mejor”, dijo.

Medina tuvo su inicio en el club Libertad debutando en Primera División en el 2009 de la mano del técnico argentino Javier Torrente. Obtuvo dos campeonatos, Torneo Clausura 2010 y 2012.

Luego pasó a General Díaz (2013/2016), donde jugó por tres temporadas, también militó en Sportivo Luqueño (2018) y tuvo dos ciclos en el Deportivo Capiatá, primero en 2017 y luego en el 2019.

Los partidos en Lima

A consecuencia de la pandemia, la Federación Peruana de Fútbol como parte del protocolo sanitario decidió que todos los partidos de Primera División se disputen en la capital del país. Eso implica que los clubes del interior se encuentran instalados en Lima y permanecerán hasta la finalización del torneo.

“El club Atlético Grau tiene su sede al norte de la capital, en una ciudad que se llama Piura y es uno de los 15 clubes que está en Lima donde juega sus partidos. La localía se define por sorteo”, expresó.

“Considero que la medida de concentrarse en la capital es acertada, porque de esa manera se evitan los viajes permanentes. Hay que tener en cuenta que son cinco nada más los clubes que son de Lima, el resto (15), del interior de país”, añadió.

Paso por la selección

“Tuve cuatro convocatorias a la selección nacional para partidos amistosos, la primera en el 2009 cuando el técnico era Tata Martino, después en el 2014 con el profesor Víctor Genes y posteriormente en el 2017 con Chiqui Arce en dos ocasiones”, remarcó Medina.

“El DT Víctor Genes fue quien me dio la oportunidad de debutar en la selección en un juego amistoso frente a China. Fue en el 2014 cuando jugaba en General Díaz. Ya tengo la satisfacción de haber vestido la Albirroja”, apuntó.

Mucha picardía

Una de las características de éste arquero es la de "consumir" los segundos cuando su equipo está en ventaja, pero lo hace con mucha naturalidad y picardía que los árbitros en muy pocas ocasiones le llaman la atención por ese hecho.

“Aunque muchos no consideran así, creo que es una picardía, pero simplemente hago mi trabajo y a la vez sirve para un breve respiro. Es más, muchas veces el propio árbitro me dice que no apure mucho la reposición, como dando a entender que ellos (los jueces) también necesitan oxigenarse un poco”, acotó.

Por: Daniel Arévalos.

Comentarios

Ir arriba