Joven sobresaliente: arquero, bombero, salvavidas y estudiante en el colegio

La edad no viene con la madurez. Eso una vez más se comprueba en este caso. Lejos de los vicios, salidas nocturnas o algún otro despiste en su vida, Ángel Romero es un joven sobresaliente y ejemplo a seguir.

A sus cortos 17 años de edad, el arquero asoma en la Reserva del Deportivo Capiatá. Según él, la pandemia "atajó" lo que iba a ser el inicio de una prometedora carrera: la titularidad en el fútbol.

Sin embargo, Romero no solamente se destaca bajo los tres palos. Heredó algo de su familia: valentía. Varios de sus seres queridos son bomberos y él no se quedó atrás. Además, empezó a trabajar como salvavidas en un hotel y antes de la pandemia, iba a la noche a su último año de colegio.

En entrevista exclusiva a VERSUS, el "Ángel" de mucha gente contó que hace dos años está en el Escobero, anteriormente tuvo un paso por Nacional y que la escuela de fútbol lo hizo en Cerro Porteño.

"Todo empezó cuando nos fuimos para ver para inscribirnos con mi mamá en setiembre, ella es bombero también. Nos fuimos capacitando y hasta juramos juntos. Estuve en los incendios de Ypacaraí, Nueva iItalia, Areguá y Cateura", empezó diciendo.

El valiente hombre estuvo 22 días en la unidad de rescate y extinción de Capiatá. "Estuve tres semanas, me tomé dos días libres (un fin de semana). Trabajo de 8 de mañana a seis de la tarde y practico miércoles y viernes a las 14:00 y los viernes a las 9 de la mañana. Hablaré con mi jefe para que vaya a practicar y después volver al trabajo. Entro a las 8 de la noche (como bombero) y son doce horas de guardia", afirmó.

El guardameta indicó que "no ganaba nada todavía" en el fútbol, pero que la suspensión le vino en su "mejor momento, cuando iba a ser titular otra vez. Un miércoles vino la pandemia y el viernes teníamos que viajar a Encarnación", manifestó el golero que tiene como ídolo a Alfredo Aguilar y que sueña con jugar en el extranjero y en la selección paraguaya.

Sobre su especialidad como bombero, explicó que: "Ahora mismo es todo de incendio, pero me gustaría hacer el curso de rescate vertical, que es el rescate de altura. En Cateura estuvimos desde las doce del mediodía hasta casi la medianoche", expresó el profesional al que le gustaría estudiar mecánica automotriz en la universidad.

Por: Daniel Miranda (@dani_miranda96).

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Luego de un duro camino triunfa en el exterior, pero desea jugar en Paraguay

Si no fuera por sus buenos rendimientos y de haber dado el salto de un club de Argentina a fútbol ecuatoriano, Williams Riveros pudo haber pasado desapercibido, atendiendo que en Paraguay no jugó en la Primera División.

El jugador compatriota de perfil bajo, pero de excelentes condiciones futbolísticas, explicó a VERSUS como fue su inicio y su carrera en los últimos años. Sin embargo, tiene pendiente dos sueños: volver al país para jugar en un club importante y ser considerado para vestir la selección nacional.

Riveros suma dos temporadas en el futbol ecuatoriano, primeramente en el Delfín de Manta (campeón en el 2019) y desde el 2020 en filas del Barcelona de Guayaquil, club donde milita otro paraguayo, el atacante Cristian Colmán.

“Quiero ir a jugar en Paraguay y estar cerca de mis padres, quiero disfrutar de la familia teniéndole cerca, hace mucho tiempo que no estoy con ellos. Apenas cada un año les visito unos 15 días, luego hay que volver, así que de verdad sueño en ir a jugar en un equipo de nuestro país”, comentó William.

“Soy consciente de que en Paraguay no me conocen mucho como jugador, recién después de jugar la Copa Libertadores (contra Cerro Porteño), algunos se dieron cuenta. Pero si se da la oportunidad de jugar en algún club (paraguayo), si me valoran lo que soy, bienvenido sea”, dijo.

“Mi único paso por el fútbol paraguayo fue en Trinidense (en la División Intermedia 2010), estuve ahí desde la escuela de fútbol hasta la Primera. Cuando tenía 17 años salí, fui a jugar en la Argentina, donde realice la mayor parte de mi carrera y hace dos años que estoy en Ecuador”, expresó.

Williams Riveros, futbolista paraguayo del Barcelona de Guayaquil. Foto: Archivo AFP.

Riveros fue campeón con el Delfín de Ecuador (2019). Esta temporada lo fichó Barcelona de Guayaquil. Jugó por este equipo la tercera Fase de la Libertadores venciendo a Cerro Porteño tanto de local como de visitante.

“Como principal objetivo que tengo, es salir campeón con Barcelona y más adelante esperar si llega una convocatoria para la selección que sería maravilloso; seguiré trabajando y esperar la oportunidad y aprovechar”.

Inicio complicado, presente feliz

Muy joven dejó Trinidense y se incorporó al club Flandria, equipo del Nacional B del futbol argentino, donde prácticamente empezó de cero. Jugó cinco temporadas (2013/2017) obteniendo dos campeonatos que lo impulsó a escalar a un equipo de Primera División como Temperley (2017).

De ahí pegó el gran salto al ser transferido al Delfín de Ecuador (2018), donde al año siguiente se consagró campeón. Pero el defensor compatriota fue ganando preponderancia y su pase fue adquirido ese año por Barcelona de Guayaquil con un contrato de cuatro años.

“Gracias a Dios hice un buen contrato con un club grande (Barcelona de Ecuador), estoy muy contento y bien adaptado. Uno siempre busca lo mejor, aquí me tratan bien y estoy muy tranquilo con la familia”, dijo el zaguero.

Solidaridad con la Intermedia

Semanas atrás la Asociación Paraguaya de Fútbol decidió suspender definitivamente por este año la disputa de las categorías Intermedia, Primer B y Primera C, debido a la pandemia y ante la imposibilidad de cumplir un protocolo sanitario exigente como se tiene en la categoría profesional.

Al respecto William Riveros expresó, “Me enteré que no se juega la Intermedia, es una lástima porque hay muchos jugadores que viven de eso, mi solidaridad con ellos. Es raro porque acá (en Ecuador), se juegan casi todas las categorías, hasta la C. Además el torneo de la mujeres (Futbol Femenino), también se está jugando, por eso me parece un poco extraño que en nuestro país no se pueda juagar”.

Selección

Riveros reconoce que existen varios buenos jugadores en la selección, pero no deja de soñar que en algún momento pueda vestir la Albirroja.

“Mi anhelo desde chico es jugar en la selección de mi país, así que estoy esperando con mucha expectativa ese momento para demostrar lo que puedo dar y disfrutar”, manifestó.

“Por lo que estoy viendo, le veo bien a nuestra selección, hay jugadores de mucha jerarquía, la mayoría con cierto rodaje, hay una base interesantes en todos los puestos, así que es cuestión de soñar porque hay material humano. En lo personal, soy optimista que a la Albirroja le irá muy bien”, finalizó.

Por: Daniel Arévalos.

Williams Riveros, futbolista paraguayo del Barcelona de Guayaquil. Foto: Archivo AFP.

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Nelson Amarilla: el deseo y posibilidad de retirarse en su club de origen

Nelson Avelino Amarilla de 32 años, lleva tres temporadas jugando en el Guabirá de Bolivia, club de Primera División. En el 2018 y 2019, clasificaron a la Copa Sudamericana.

El futbolista compatriota vivió de cerca el drama de la pandemia del coronavirus en ese país. En charla con VERSUS relató las experiencias de sobrellevar situaciones complicadas, que si bien, no afectó directamente a su familia, puso pecho a la circunstancia, esperando la reanudación del fútbol.

Desde niño tuvo inclinación hacia el fútbol, comenzó jugando en la Escuela de Fútbol en Tres Boqueños (Villa Elisa), luego pasó al club Guaraní donde realizó todas las formativas hasta llegar a la Primera División. Logró el título con el equipo "Legendario" (2010), de la mano del entrenador Félix Darío León.

Amarilla no descarta que en el futuro retorne a su primer amor, aunque sea para el último año de su carrera. “Me gustaría hacer mi retiro del fútbol en Guaraní porque es como mi casa, pero no depende de mí, sino de los dirigentes. Recuerdo cuando salí del club le dije al presidente 'Toti' Acosta que alguna vez voy volver y me respondió que las puertas están abiertas y bueno; eso se me quedó en la cabeza y quizás se pueda dar, es cuestión de hacer bien mi trabajo aquí donde estoy”, expresó.

Hace unos días comenzaron las prácticas y la vuelta del futbol en Bolivia se prevé para fines de octubre. A más del largo parate por la pandemia, la Federación Boliviana de Fútbol debe elegir al nuevo presidente en reemplazo del recientemente fallecido (por coronavirus) César Salinas, situación que de alguna manera retrasa el reinicio del torneo.

“Viví momentos muy tensos y hasta de miedo, porque aquí en la ciudad donde vivo (Montero en Bolivia), en un momento llegó a un pico crítico la pandemia, muchos infectados y fallecidos por día. Los hospitales colapsados. Era un panorama bastante triste de verdad. En mí caso, con la familia extremamos recursos para no tener contacto fuera de la casa manteniendo un control riguroso”, explicó.

Nelson Amarilla. Foto: Archivo.

“En otras ciudades como Santa Cruz, la situación fue peor, gente muriendo por la calle o en los hospitales antes de ser atendidos por la cantidad de infectados que rebasaban la capacidad de los centros asistenciales”, agregó el jugador.

Pese a ese panorama y la incertidumbre de la reanudación del torneo, permaneció en ese país, esperando que pronto mejore y retorne la normalidad. “Preferí quedarme para cumplir el proceso de cuidado del COVID-19. Por un lado fue una recomendación de mi club, además se cerró la frontera. Por otro lado fue un acuerdo familiar, ya que entre ir a Paraguay, entrar en cuarentena y volver a Bolivia, entrar en otra cuarentena nos llevaba fácilmente un mes de tiempo”, resaltó Nelson.

“Felizmente a esta altura mejoró bastante y ya desde hace unos días volvimos a entrenar con el equipo, siempre manteniendo un protocolo. Dos compañeros que dieron positivo al COVID-19 ya están recuperados sin ninguna secuela y entrenan normalmente. Esperamos ansiosos en reanudar el torneo”, dijo.

Objetivos

En cuanto a objetivos inmediatos, Amarilla tiene deseo de terminar de la mejor manera el torneo y seguir en Bolivia, de ser posible en otro club más grande o en el mismo equipo (Guabirá), donde se siente cómodo.

“Uno siempre pretende mejorar, primero hacer bien las cosas de lo que resta del torneo y a fin de año ver qué posibilidades hay de ir a otro club más grande o renovar con mi actual club, donde me siento a gusto, nunca tuve inconvenientes, es un club que cumple con nosotros”, remarcó.

Ya no hay clases

Un hecho particular y hasta insólito que no tiene nada que ver con el fútbol, pero que les tocó vivir de cerca con su hija, es que el gobierno boliviano determinó dar por concluidas las clases debido a la pandemia, no solo presenciales, sino de manera definitiva por este año.

“Aquí ya terminaron las clases en las instituciones públicas, es decir todos los alumnos pasan de grado, así decidió el gobierno. En los centros educativos privados existen clases virtuales para no dejar de desarrollar las materias”, refirió.

Por: Daniel Arévalos.

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