“Yo vivía en Cerro de Franco y a veces no había más para comer”
Por Daniel Arévalos
El fútbol, como cualquier otra profesión tiene sus buenos y malos momentos, la cuestión es perseverar y no desviarse del objetivo propuesto.
De esta manera queremos referenciar la experiencia de Víctor Gustavo Velázquez Ramos (29), futbolista compatriota que milita en el club Juárez de la Primera División de México.
Su inicio no fue de lo mejor, viajó desde su Yataity del Norte natal, Departamento de Alto Paraná y se incorporó a Cerro de Franco. Cuando el equipo del Alto Paraná perdió la categoría, Velázquez fue fichado por Nacional, pero cedido a Luqueño por sugerencia de Leonardo Delvalle, también ex Cerro de Franco.
Luego se incorpora a Nacional, integrando aquel plantel que disputó la final de la Copa Libertadores (2014), aunque no le tocó jugar. Aquí ya comenzó a tomar impulso hacia un mejor escenario futbolístico y económico.
También tuvo su paso por Cerro Porteño y Sol de América y retornó a la Academia (2017), hasta que el año pasado pegó el gran salto al ser transferido por un año al Lobos BUAP de fútbol mexicano. A los seis meses, el club Juárez adquiere la franquicia de Lobos. Debido a su excelente rendimiento, Juárez adquirió la totalidad de su pase.
“En Cerro de Franco pasamos muy mal, dejamos de percibir nuestro sueldo por cinco meses, ‘jetu’ u’ fue, entonces los muchachos comenzaron a hacer pollada, fue algo que trascendió mucho en su momento. Yo era nuevo y no aparecía mucho en la prensa, aparte el presidente (Aníbal Cáceres) le manejaba (amenazaba) a los jugadores más jóvenes, por eso nos callábamos”.
“Yo vivía en el club Cerro de Franco y a veces no había más para comer. Cuando ya no había nada para comer le pedía a un señor (Carlos Gauto, quien me llevó a Cerro de Franco), si me podía ayudar, le dije que estaba mal la situación en el club y fui a vivir en su casa, mucho me apoyó, la verdad se portó conmigo el señor”.
“Hasta ahora mantengo una buena relación con él. Queda como una anécdota, pero es algo que de repente uno pasa por ese deseo de salir adelante”, recordó Víctor Velázquez.
Pero llegó el momento de contar, una historia diferente, ya en el fútbol mexicano donde lleva jugando la segunda temporada.
“Me adapté rápido aquí (México), por suerte me gané un lugar en el equipo y tengo mucha regularidad. El año pasado jugué los 18 partidos y este año también dispute los 10 juegos del torneo que se anuló (por la pandemia) y ahora este nuevo torneo (Apertura Liga MX) que arrancó semanas atrás también estoy jugando de titular siempre”, refiere el eficiente central compatriota.

Comparte en el equipo con otros paraguayos (Darío Lezcano y Willy Mendieta) y comenta: “Vivimos cerca uno de otro, siempre estamos comunicados, nos llevamos súper bien. La ciudad de Juárez está bastante alejado de la capital (México), pero cuenta con más de dos millones de habitantes. Cuando el equipo juega de local hay entre 28 a 30 mil espectadores en el estadio”.
REBAJA SALARIAL
Juárez no escapa del inconveniente económico, debido a la pandemia de Coronavirus y también recurrió a la reducción de salarios a los jugadores. El acuerdo es muy especial, porque la institución va devolviendo en cuotas lo descontado. Al respecto, Velázquez explicó.
“Sí, hubo reducción de los salarios en un 50 por ciento, por el tema del Covid-19, pero nos están devolviendo por cuotas lo descontado. Por suerte, aquí cumplen con nosotros, no podemos quejarnos”, resaltó.
MUCHO CUIDADO
La expansión del Coronavirus, continúa en México, comenta nuestro entrevistado. No obstante, el fútbol ha vuelto bajo un estricto protocolo y sin público.
“Siguen los contagiados, todos debemos cuidarnos, felizmente en esta ciudad (Juárez), no hay mucho afectados por la enfermedad, pero el cuidado es fundamental, porque es preocupante ver en otros lugares como avanza el virus y muchos no respetan las restricciones sanitarias”, apuntó.

SELECCIÓN NACIONAL
El defensor central ya tuvo su experiencia con la Albirroja para un amistoso, aunque fue en otro operativo. Ahora espera volver para quedarse y cumplir uno de sus sueños.
“Estuve en la selección nacional en el año 2017, cuando Chiqui Arce era el entrenador, fui convocado para un amistoso frente a México, juego que se cumplió en los Estados Unidos. Uno siempre trabaja día a día con la ilusión de ser llamado nuevamente”.
CONFUSIÓN Y TRAYECTO EQUIVOCADO
Un hecho de permanente confusión, no sólo de la prensa sino de los propios directivos ocurre por su homonimia con Gustavo Velázquez, quien también es defensor. Es más, jugaron juntos en Sol de América.
“Siempre me confunden con ‘Pitu’, él se llama Gustavo Alberto Velázquez, juega de lateral derecho, pero los periodistas siempre confunden, me llaman a mí y me dicen ‘Pitu’. Hasta el presidente de Sol me llamó una vez apurado y había sido que quería hablar con el otro”, contó como anécdota
También recordó un episodio pintoresco que le pasó no hace mucho en Juárez: “Una vez con Willy (Mendieta), nos pasó algo increíble. Se cambió el lugar de entrenamiento y él no conocía, todavía era nuevo (en el plantel) y fuimos juntos, yo adelante y él atrás siguiéndome, sin darme cuenta tomé otra carretera y nos metimos en la frontera con Estados Unidos”.
“No teníamos ningún documento, había una larga cola (de vehículos) para los controles y recién ahí me di cuenta. Intenté explicarle al guardia (ciudadano norteamericano) con mi mal (hablado) inglés que somos extranjeros que nos equivocamos de camino y después de una hora retornamos. Llegamos cuando estaba terminando la práctica”, relató entre risas Velázquez.

DIRECTO A MI VALLE
No importa el confort ni el dinero, la añoranza por el terruño es algo insuperable para el paraguayo. Así, reconoce Víctor Gustavo Velázquez, que teniendo la capacidad de viajar por el mundo para vacacionar, prefiere venir al país y visitar su valle (Yataity del Norte).
“Jahase la ñande vállepe”, comenta en guaraní, el futbolista. “Hace un poco más de un año que no voy a Paraguay, pero apenas puedo y directo a mi valle”, aseguró.
Y en la vida todo cambia, de un comienzo hasta tormentoso porque llegó a pasar hambre, ahora tiene un presente exitoso y hasta cuenta con inversiones en el rubro de la ganadería.