Mike Tyson regresa al boxeo con 54 años

El legendario ex campeón de peso pesado Mike Tyson anunció este jueves que regresará al ring a los 54 años para un combate de exhibición contra el también estadounidense Roy Jones Jr., de 51 años, el 12 de septiembre en Los Ángeles.

"I AM BACK" (HE VUELTO), escribió Tyson en su cuenta de Twitter junto a un vídeo de uno de sus entrenamientos en el gimnasio.

Tyson, que lleva 15 años apartado del ring tras una derrota contra el irlandés Kevin McBride, se enfrentará a Roy Jones Jr. en un combate a ocho asaltos en el Dignity Health Sports Arena de Los Ángeles, según un comunicado subido a la web de su nuevo proyecto deportivo, "Legends Only League".

El texto dice que la pelea, que se podrá seguir por televisión de pago, cuenta con la aprobación de la comisión atlética del estado de California, pero no precisó si se permitirá acceso de público ni otros detalles del combate.

"Será increíble", aseguró Tyson en una videollamada con ESPN.

El estadounidense minimizó los riesgos de que alguno de los dos púgiles sufra una lesión grave señalando que las reglas del estado de California requerirán que ambos usen casco para la pelea.

"Los dos somos peleadores consumados", dijo. "Sabemos cómo protegernos. Estaremos bien".

Tyson concluyó su carrera con un balance de 50 victorias y 6 derrotas con 44 nocauts, mientras que su rival, que luchó por última vez en febrero de 2018, cuenta con un registro de 66-9 con 47 nocauts.

Jones Jr., fue campeón mundial en cuatro categorías entre 1993 y 2004, primero en peso medio y super-medio y después en peso medio-pesado hasta poseer brevemente el cinturón de peso pesado de la AMB.

Tyson se comprometió a que el combate será competitivo y no un puro espectáculo.

"Vamos a mostrar nuestras habilidades y a luchar", afirmó "Iron Mike", quien recalcó que quiere recuperar la temible forma física que exhibió en el pasado.

"Se parecerá en un 100% a Mike Tyson en el ring", dijo.

- "No estamos acabados" -
El peleador de Brooklyn (Nueva York) afirmó que quiere demostrar cómo las personas mayores todavía pueden causar emoción en el reino de los deportes.

"Esto es porque yo puedo hacerlo y creo que otras personas creen que pueden hacerlo", dijo Tyson. "No estamos acabados. Alguien dice que las personas mayores están acabadas, pero tienen más aficionados que los chicos que están entrenando ahora".

Esta reivindicación es una de las ideas detrás de "Legends Only League", una plataforma productora de eventos con la que quiere relanzar a antiguas estrellas de diversos deportes. Entre ellas, Tyson mencionó a las ex figuras de la NBA Dennis Rodman y Allen Iverson.

Tyson se convirtió en el campeón de pesos pesados más joven de la historia con 20 años y cuatro meses cuando venció a Trevor Berbick en el segundo asalto en 1986 para ganar la corona del Consejo Mundial de Boxeo.

En un año, Tyson ya era campeón indiscutible de la división, ganándose el apodo de "El hombre más malo del planeta" y alcanzando un récord de 37-0.

Pero en febrero de 1990, en Tokio, sufrió una sorprendente derrota por nocaut en el décimo asalto a manos de James "Buster" Douglas.

Tyson fue arrestado por delito de violación en 1991 y condenado en 1992, cumpliendo tres años de prisión antes de ser puesto en libertad en 1995 y retornar al ring.

Logró recuperar el título pero después cayó dos veces ante el estadounidense Evander Holyfield, y fue descalificado la segunda vez por morderle la oreja a su rival, lo que le costó una suspensión que lo mantuvo fuera del boxeo durante 18 meses.

El boxeador tuvo una última oportunidad para alcanzar la corona de peso pesado pero perdió contra el británico Lennox Lewis en 2002, y se retiró después de seis asaltos contra Kevin McBride en 2005 en su último combate, a pocos días de cumplir 39 años.

"He pasado por algunas experiencias y ahora estoy de vuelta", dijo Tyson. "He estado cuidando mi cuerpo"

Los Angeles, Estados Unidos | AFP

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Celebración discreta en el inicio de la cuenta regresiva de los JJOO

Tokio celebró este jueves con sobriedad el inicio de la cuenta atrás, a un año para el inicio de sus Juegos Olímpicos, aunque la pandemia del coronavirus, que obligó a aplazarlos a 2021, persiste y sigue amenazando el evento.

En una ceremonia discreta en el nuevo estadio nacional olímpico, casi a oscuras y privado de espectadores debido al COVID-19, la nadadora Rikako Ikee, deseosa de relanzar su carrera deportiva tras una leucemia, mandó un mensaje de esperanza.

"Creo que la llama de la esperanza iluminará este lugar dentro de un año", dijo, portando la llama olímpica en una pequeña lámpara.

"Necesitamos esperanza para superar la adversidad", insistió, añadiendo "comprender" a los que estiman que hablar de deportes está fuera de lugar en un período tan "difícil".

Parece muy lejano el optimismo de hace un año, cuando Japón festejaba que quedaba un año para celebrar sus Juegos en 2020, mientras millones de ciudadanos intentaban obtener las primeras entradas puestas a la venta.

En la actualidad, la opinión pública nipona, temerosa de que los Juegos hagan aumentar la gravedad del COVID-19 en su país, desea mayoritariamente un nuevo aplazamiento o una cancelación, según sondeos recientes.

"No es ya una prioridad, y al ritmo que van las cosas, confieso tener dudas para el año próximo", declaró este jueves a la AFP Makoto Kawakami, un informático que vive en Tokio.

"Estamos en una situación de incertidumbre con el COVID-19. ¿Estará solucionado entonces? ¿Vendrá la gente?", se interrogaba Sachiko Ahunwan, vendedora en un centro comercial de la capital.

Los organizadores y el Comité Olímpico Internacional (COI) advirtieron de que un segundo aplazamiento está descartado, debido al inmenso rompecabezas logístico y a los sobrecostes que generaría.

En caso de no poder disputarse en 2021, los Juegos serían cancelados, insisten los altos directivos olímpicos, en una decisión sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.

Una vacuna, crucial

En abril, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, había estimado que los Juegos en 2021 serían el símbolo de la "victoria de la humanidad sobre el coronavirus". Pero también admitió que sería difícil organizarlos si esa "victoria" no se lograba de aquí a antes del evento.

La decisión de aplazarlos se tomó en marzo, cuando el coronavirus, que comenzó en China, forzaba a numerosos países a decretar confinamientos y hacía imposible la disputa de torneos preolímpicos de clasificación o el entrenamiento de los deportistas.

Las restricciones se han ido levantando o suavizando en muchos lugares, por ejemplo en Europa, pero el coronavirus sigue haciendo daño en lugares como Estados Unidos, Brasil o India.

Las autoridades de muchos países, preocupadas ante un empeoramiento de las cifras de infectados, están reintroduciendo restricciones o decidiendo reconfinamientos localizados.

Los avances terapéuticos se multiplican, pero obtener una vacuna eficaz, segura y accesible a gran escala antes de mediados de 2021 es incierto.

Tener una vacuna o un tratamiento será crucial para permitir disputar los Juegos, estimó el miércoles el presidente del Comité de Organización, Yoshiro Mori. "Si la situación actual perdura, no podremos" organizarlos, añadió Mori.

Sedes olímpicas reservadas

Es difícil por lo tanto ser muy optimista respecto a la posibilidad de dar inicio el 23 de julio de 2021 en Tokio a un gran cónclave deportivo con millones de espectadores y decenas de miles de deportistas, entrenadores, directivos, árbitros y periodistas.

Pese a todo, los organizadores se concentran en ese objetivo, tratando de resolver los colosales problemas generados por el aplazamiento olímpico.

Recientemente se superó una etapa importante: todas las instalaciones olímpicas inicialmente previstas para 2020 pudieron ser reservadas para 2021, lo que permite respetar el calendario de las pruebas.

Pero perduran otros puntos de duda, desde las contramedidas de los organizadores ante el virus al coste total del aplazamiento, pasando por la cuestión de los patrocinadores y su mantenimiento en el proyecto.

"Una tarea gigantesca nos espera todavía", recordó el presidente del CIO, Thomas Bach, en un comunicado difundido este jueves.

En el texto, Bach reafirma la determinación de los organizadores en hacer de los Juegos una "celebración inédita de la unidad y solidaridad de humanidad", un "símbolo de la resiliencia y esperanza".

Tokio, Japón | AFP

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Desarrollo de una vacuna es fundamental para la disputa de los Juegos Olímpicos

El desarrollo de una vacuna o de un tratamiento contra el nuevo coronavirus será un elemento fundamental para permitir a los Juegos Olímpicos de 2020, aplazados un año, poder comenzar el 23 de julio de 2021, declaró este miércoles el presidente del comité de organización, Yoshiro Mori.

"El primer punto será que una vacuna o un medicamento sea desarrollado", señaló Mori en una entrevista acordada al grupo audiovisual japonés NHK, difundida el miércoles. Si la situación continúa como está en este momento, no podremos (organizar los Juegos)", añadió el responsable, que no se atreve a vaticinar lo peor. "No puedo imaginar que la situación de este año pueda continuar el año que viene", añadió.

Los Juegos de 2020, que habrían debido comenzar este viernes, fueron aplazados un año tras una decisión del COI tomada en marzo pasado en acuerdo con el gobierno nipón. Estos Juegos deben ahora desarrollarse a partir del 23 de julio de 2021. Recientes sondeos han mostrado sin embargo una baja de interés y entusiasmo de la población para la gran cita deportiva planetaria, en el momento en que la amenaza del COVID-19 resurge en Japón.

Según una investigación publicada esta semana por la agencia de prensa Kyodo News, solo una persona de cuatro en Japón desea el desarrollo de los Juegos de Tokio el año que viene, cuando la mayoría apoya un retraso suplementario o una anulación.

Mori rechaza por su parte unos Juegos a puerta cerrada o con un número reducido de espectadores. "Si esa fuera la única alternativa, deberemos reflexionar (sobre mantenimiento de los Juegos)", afirma el patrón del comité organizador, añadiendo que "si eso se produce, podríamos plantearnos su anulación".

Japón, uno de los países menos afectados por el coronavirus gracias a una política muy estricta de aislamiento, tiene por ahora menos de 1.000 muertos por el virus, con unas 27.000 personas infectadas.

Pero la ciudad de Tokio y su aglomeración, que forman la más grande megalópolis del mundo con unos 37 millones de habitantes, vio aumentar el número de casos de personas infectadas súbitamente desde mediados de julio.

Tokio, Japón | AFP

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