El pasado fin de semana, el Club General Díaz "rompió" el protocolo sanitario establecido por la Asociación Paraguaya de Fútbol, al jugar un partido amistoso que no estaba enmarcado dentro del calendario.
Por si eso fuera poco, se utilizaron árbitros de la UFI y no los réferes que la APF designó. Debido a esto, todo el plantel tuvo que someterse a una nueva tanda de pruebas de detección del COVID-19.
Afortunadamente, la primera tanda dio negativo en un 100% para todos los integrantes de las "Águilas". Sin embargo, este jueves 16 de julio deberán hacerse otros tests y esos resultados estarán disponibles en 24 horas.
El elenco “Aviador” enfrentará al Sportivo San Lorenzo en condición de local en la novena fecha del Torneo Apertura, partido pactado para este viernes 17 de julio a las 16:00 en el "Nido de las Águilas".
https://twitter.com/juanracoronel/status/1283159022473027586
Todo un desafío
General Díaz ha sido la piedra en el zapato de la Asociación Paraguaya de Fútbol para el reinicio del torneo Apertura. Ya antes de la pandemia creo zozobras por la deuda gigante que mantiene con su plantel de jugadores. Durante la pandemia, los futbolistas profesionales debieron rebuscarse para subsistir, ya que el club no les asistió en lo más mínimo.
Cuando se anunció la vuelta de los entrenamientos, el plantel del Águila se negó a presentarse por la falta de pago, que en ese entonces era desde diciembre del 2019. Cuando había que hacerse las primeras pruebas de COVID-19, los futbolistas volvieron a decir que no, pero luego de una nueva “promesa”, se ralizaron los test.
A diferencia de los otros equipos, General Díaz arrancó una semana tarde los entrenamientos y fue gracias a la Asociación Paraguaya de Fútbol, que otorgó directamente a los futbolistas el dinero de la FIFA, en el marco del programa Evolución.
La APF fue pagando todo a los futbolistas y el club, según los propios atletas, no les abonó un solo guaraní desde diciembre del año pasado.
El dinero de la FIFA fue calmando y la APF terminó haciéndose cargo de toda la obligación financiera del club luqueño, que hasta despidió a su cuerpo técnico por haber reclamado la deuda de tantos meses.
Luego de que la Asociación tuvo que solucionar todos los problemas económicos, la directiva del Águila volvió a poner en riesgo el reinicio del torneo.
Contrató árbitros de la UFI – por ser más baratos – y rompió el protocolo que venía exigiendo a rajatabla la APF. Tal es así que ahora su primer partido está en riesgo y hasta podría perder por walkover, pues los futbolistas deben hacerse las pruebas y esperar los resultados, que recién estaría el jueves.
Al borde del abismo y muy cerca de retornar a la Intermedia, más aún porque el Clausura se acortará, General Díaz ha hecho todo mal y es el club que siempre puso en suspenso la vuelta del torneo Apertura, pero por malas obras de la directiva y no de los verdaderos protagonistas que son los futbolistas.