Por Christian Pérez
Marcos Acosta, el eterno capitán de los ascensos lo hizo de nuevo. El santaniano de 34 años guio esta vez a Guaireña FC hacia el gran sueño: llegar a Primera División.
Adorado en Santaní, pero poco valorado ahí, tuvo que buscar nuevas motivaciones y lo encontró en Guaireña, donde en el 2018 ya estuvo a una victoria de ascender y a solo un punto de igualar el segundo ascendido, Sportivo San Lorenzo.
Acosta logró su tercer ascenso como capitán, desde la Intermedia a Primera División. En el 2014 y 2017 lo hizo con su querido Santaní, pero como él mismo lo hice, “nadie es profeta en su tierra” y tras lograr la hazaña, tuvo que buscar nuevos horizontes, ya que ahí nunca valoraron su trabajo.
Este año ha sido muy especial para Marcos Acosta. Hace seis meses falleció su padre y tenía como objetivo claro ascender y dedicárselo, ya que fue el que siempre lo acompañó en el fútbol. “Sin dudas todo esto es para él y espero ser campeón para que sea perfecto”, dijo emocionado.
Buscando el sueño y mantener a la familia, Acosta se fue hasta Villarrica, donde vive con Rodrigo Resquín en un departamento, haciendo una dupla excelente, según comentó él mismo.
“Rodrigo Resquín es un genio en la cocina, por eso lo trato mejor que a mi señora”, comentó entre risas, pero aclaró que él también pone de su parte: “A mí me toca toda la parte de limpieza. Lavo los cubiertos y dejo impecable el lugar”. Así es el trato y conviven perfectamente.
Como en casa
Vivir en Guairá para él ha sido un renacer en todos los aspectos. Es muy querido, valorado como el líder del equipo y se siente como en casa. “Demasiado bien ya me tratan las personas. Soy como un guaireño más y en la calle me hacen sentir cosas únicas”, asegura.
Sobre su futuro, dijo que aún no sabe nada. Le encantaría seguir en el equipo para jugar en Primera División, pero sabe que es complicado cuando los equipos comienzan a reforzar en cantidad. “Yo lo único que quiero es tener trabajo el otro año. En Intermedia cuando vos estás peleando arriba o por no descender nomás cobrás. Sino ya te despiden o te pagan la mitad”, dice apenado.
Sin luz y casi echados
Marcos Acosta no tuvo ningún complejo para contar una anécdota inolvidable y que como todo jugador de Intermedia hay que vivirlo y superarlo.
Hace un tiempo atrás, casi fueron echados del departamento por falta de pago y hasta tuvieron que ir a la práctica, casi sin comer.
“Solemos cobrar el 10 o a más tardar el 12 de cada mes. Nosotros ya teníamos que pagar el alquiler del departamento, porque ya estábamos un mes atrasado. Le dijimos al dueño que ya íbamos a cobrar, pero ya nos miraba mal de a poco. Ya había pasado un día de la promesa que le hicimos al señor. Fuimos con Resquín a comprar dos tomates, una cebolla, teníamos algo de arroz y queso, pero ya no alcanzó para comprar papa”, comienza a contar sin complejos.
Pero lo que iba a ser un rico “arroz kesu”, terminó en la nada. “En el mejor momento, cuando ya había olor a almuerzo, ojecortami orehegui la luz (se cortó de nosotros la electricidad), nuestra cocina era a placa inducción y comimos hule. Yo ya pillé lo que pasaba, salí a mirar el pasillo y éramos los únicos sin electricidad. El dueño ya nos había cortado, o sea estábamos a nada de que nos rajen”, siguió relatando a carcajadas.
Se fueron a entrenar, pero con el estómago vacío y con mucha rabia. “Nos quedamos sin comer, nos fuimos a la práctica, pero no todo fue malo, ahí nos dijo el 'presi' que íbamos a cobrar y que pasemos nomás a retirar el dinero. Volvimos como millonarios, le pagamos a la dueña, pero el que debía reconectar la luz era el señor y tuvimos que esperar hasta que vuelva para bañarnos. Recién a las 8 de la noche vino la luz y con mi dupla festejamos como año nuevo por ahí”.
A partir de ahí, el alquiler se pagó al día, incluso mucho antes de la fecha.