Sao Paulo, Brasil | AFP
La brújula sigue apuntando al norte y el capitán se niega a abandonar la ruta con la que zarpó. Lejos de naufragar por la goleada que le propinó Chile, Japón mantendrá ante Uruguay el rumbo de arropar a su nueva generación, que es más que el prometedor Takefusa Kubo.
Hajime Moriyasu sabía que navegar en los mares turbulentos de la Copa América con una base de juveniles y tres hombres de experiencia que nunca habían jugado juntos era una apuesta arriesgada. Y chocaron 4-0 con el primer iceberg que vieron en el horizonte: los bicampeones del torneo.
Las aguas saladas de Chile lo bañaron antes de que despertara del sueño de alzar el título en la segunda participación japonesa en la competición, como lo expresó apenas aterrizó en Brasil.
"Hay que reconocer una diferencia importante de claridad en el fútbol que presentamos", dijo tras la derrota en el Morumbí de Sao Paulo.
Si hubieran anotado las varias oportunidades que tuvieron, seguramente hoy las velas estarían levantadas.
Pero apretó con más fuerza el timón y se negó a abandonar en botes salvavidas a los prospectos nipones, de quienes destacó su talento y "espíritu de lucha" pese a promediar los 22 años de edad y tener la mira fijada en los Olímpicos de Tokio-2020. "Hasta el último minuto luchamos... esperamos que sigamos así".
Más allá de Kubo
En la tripulación del subcampeón de Asia hay un marinero especial. La resonancia de su nombre paseó por los cinco océanos. Takefusa Kubo fue anunciado la semana pasada como nueva contratación del Real Madrid, que lo considera una de las mayores promesas del fútbol mundial.
Apodado el 'Messi japonés', ante La Roja el atacante de 18 años dio muestras de su potencial. Una autohabilitación descaderó al lateral Mauricio Isla y con un regate dejó en el camino a Arturo Vidal y Gary Medel. Pero no averió el acorazado del adversario.
"Fue un partido difícil, pero tenemos que recuperarnos", apuntó el juvenil.
Contra una embarcación de envergadura como Chile no bastan los chispazos. Y la marina de los Samuráis Azules tuvo regularidad con un tripulante desconocido en las profundidades sudamericanas.
El 10 nipón, Shoya Nakajima, dio gala de habilidad, velocidad y talento. En su debut con la absoluta, el hombre del Al-Duhail de Catar se perfiló como una posibilidad real de refuerzo para la pesada de Japón. De su capacidad pueden dar fe Isla o Charles Aránguiz, a quienes hizo sentir sensaciones de naufragio.
Alrededor de Nakajima hubo otros hombres destacados, como el central Daiki Suga (Hokkaido Consadole Sapporo), el volante defensivo Naomichi Ueda (Círculo de Brujas/BEL) y el atacante Daizen Maeda (Matsumoto Yamaga), que le quitó el puesto al experimentado Shinji Okazaki.
"Tenemos un buen potencial con los jugadores jóvenes, quizás hoy estamos aprendiendo y después (...) podamos ganar", afirmó el atacante del Leicester de Inglaterra.
Témpano a la vista
En el horizonte ya se vislumbra otro témpano, quizás más filoso y destructivo que el de Arturo Vidal y Alexis Sánchez. El Uruguay de Óscar Washington Tabárez que hizo trizas 4-0 a Ecuador en el debut del Grupo C, con sus temibles Luis Suárez y Edinson Cavani.
"Tenemos que mejorar la calidad de nuestras decisiones y jugadas cuando el ritmo del partido está en un nivel alto, pero si podemos ser más críticos en el último tercio todavía podemos competir en este nivel", señaló Moriyasu.
Una derrota en Porto Alegre el jueves los obligaría, prácticamente, a alzar anclas y regresar a aguas japonesas, adonde entrarían con la preocupación de una eliminación prematura pero con una generación nueva recargada para intentar bañarse de oro en los Juegos Olímpicos.
Les quedaría solo una chance, en la última jornada ante los ecuatorianos, para conocer la victoria en la Copa América, tras su participación en Paraguay-1999 donde cayeron dos veces y empataron frente a Bolivia.
"Lo más importante es que nos preparemos para el siguiente partido y no pensemos tanto en el futuro", afirmó Maeda. "No queremos terminar este torneo como si fuera una simple experiencia, queremos ganar el siguiente partido".