El plan “A” de Argentina para romper su sequía

Salvador, Brasil | AFP

El seleccionado de Argentina apelará a una defensa con mucha experiencia para buscar cortar su sequía en la Copa América, donde Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico son los únicos sobrevivientes de la defensa del Mundial de Rusia-2018.

Germán Pezzella y Renzo Saravia disputarán en Brasil su primera Copa América. Argentina confía en esta mezcla de experiencia y aire nuevo para romper la sequía de 26 años sin títulos.

La última línea que ha elegido el técnico Lionel Scaloni para debutar el sábado ante Colombia en Salvador, en la apertura del Grupo B de la Copa América 2019, es una interesante combinación de madurez, personalidad, velocidad y salida clara.

Con un promedio de 27 años, no se trata de juveniles sino de jugadores acostumbrados a partidos trascendentes en sus clubes y también con la Albiceleste, como son los casos de Otamendi (Manchester City) y Tagliafico (Ajax).

Los caminos de cada uno para llegar a la titularidad en esta edición de la Copa América han sido muy diferentes.

Otamendi, de 31 años, se ha convertido en un inamovible de la zaga tras perderse el Mundial de Brasil-2014 por decisión de Alejandro Sabella.

El zaguero central, que nació en el Vélez Sarsfield, participó del Mundial de Sudáfrica-2010 de la mano del entonces seleccionador Diego Maradona, pero tuvo una aciaga tarde en la humillante eliminación 4-0 ante Alemania en los cuartos de final.

Su gran nivel en el Valencia de España y luego en el City hicieron que Gerardo Martino lo recuperara del exilio en el inicio de su ciclo en agosto de 2014. Y desde ese entonces es una ficha imprescindible en las selecciones argentinas.

La renovación

Tagliafico (26 años) y Pezzella (27) se ganaron un lugar a partir de sus desempeños en el Ajax y la Fiorentina, respectivamente.

En la absoluta de la mano de Jorge Sampaoli, Tagliafico jugó todos los partidos de Argentina en Rusia defendiendo la lateral izquierda y con el Ajax llegó hasta las semifinales en la reciente Champions exhibiendo un excelente nivel.

Pezzella, el capitán de la Fiore, es la apuesta fuerte de Scaloni de cara al Mundial de Catar-2022. Surgido en River Plate, el defensor llegó a la Albiceleste cuando Sampaoli pulía el equipo para Rusia-2018, pero al final no logró convencer al hoy entrenador del Santos de Brasil y quedó fuera de la Copa del Mundo.

En cuanto a Renzo Saravia, el más joven de la zaga (25), su carrera explotó en la campaña 2018-2019 del Racing campeón de la Superliga argentina. Y desde que Scaloni llegó a la selección, su nombre siempre ha estado en los primeros apuntados del entrenador. Su destino después de la Copa América será el Oporto.

Para llegar a ser la defensa en la era Scaloni, los cuatro jugadores pasaron por diversas pruebas. La primera fue ante Guatemala, en septiembre pasado en Los Ángeles en la primera fecha FIFA tras el Mundial.

Así fueron llegando

Un 3-0 para la Albiceleste en el debut de Scaloni, con Pezzella, Tagliafico y Saravia como titulares. Ramiro Funes Mori fue el segundo central en ese juego. Otamendi no fue convocado para esa minigira en Estados Unidos.

Tres días después, Colombia apareció en el camino de Scaloni. Fue un 0-0 en East Rutherford -vecina de Nueva York-, con Pezzella y Tagliafico desde el arranque. Saravia no jugó el encuentro.

En la vuelta de Messi a la selección tras Rusia, en marzo de este año, Argentina fue cacheteada por Venezuela con un 3-1 en Madrid. Tagliafico jugó los 90 minutos pero en una línea de cuatro volantes por delante de tres zagueros, en los que no estuvieron Otamendi, Pezzella y Saravia.

Días después ante Marruecos, en Tánger, Argentina se impuso por 1-0. Pezzella fue el único que actuó.

Nicaragua sirvió de 'sparring' a Argentina el pasado viernes en San Juan, en la que sería la despedida de la Albiceleste de su público antes de embarcarse a Brasil para la Copa América.

El resultado: un cómodo 5-1 en el que Otamendi apareció comandando la zaga, acompañado de Saravia en todo el partido. Tagliafico ingresó en la última media hora, mientras que Pezzella era cuidado por Scaloni tras la fractura de mandíbula que sufrió en mayo durante un partido ante el Empoli en el Calcio.

La renovación de Scaloni dejó en el camino a experimentados como Marcos Rojo (29), Gabriel Mercado (32), Federico Fazio (32) y Cristian Ansaldi (32), los cuatro presentes en Rusia-2018.

Así es la nueva defensa albiceleste de Scaloni. Respaldada por Franco Armani en el arco y con Messi y sus dos compinches, Agüero y Di María, hambrientos por un título que les es esquivo.

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Brasil alista seguridad con foco en barrabravas

Río de Janeiro, Brasil | AFP.

Brasil impedirá el ingreso al país a hinchas violentos y aplicará tecnología de reconocimiento facial en los estadios durante la Copa América que se iniciará este viernes 14 de junio.

El gigante sudamericano no es ningún novato en gestionar megaeventos deportivos: organizó la Copa Confederaciones 2013, el Mundial-2014 y los Juegos Olímpicos de Rio-2016, sin mayores sobresaltos.

"Con toda nuestra experiencia, puedo garantizar que tenemos condiciones totales para tener una Copa América segura", dijo a la AFP César Martinez, director de Operaciones Integradas en el Ministerio de Justicia y Seguridad.

Filtros contra barrabravas

La Copa América 2019 se disputará del 14 de junio al 7 de julio por diez selecciones de la región y los invitados Japón y Catar, en cinco ciudades: Rio, Sao Paulo, Porto Alegre, Salvador y Belo Horizonte.

Además del cuidado especial que requieren las delegaciones deportivas, las autoridades y los turistas, el foco principal estará puesto en impedir que los barrabravas se cuelen en la fiesta.

El primer filtro será en los aeropuertos, puertos y fronteras terrestres. Los hinchas con antecedentes de violencia en sus países serán frenados en el control migratorio.

Argentina proporcionó una lista de 5.000 barrabravas. Esa base de datos, junto con la de otros países, "se actualiza diariamente", dijo Martinez.

El segundo filtro estará en los estadios, que contarán con tecnología de reconocimiento facial.

"Trabajamos en asociación con los organismos de seguridad pública e Interpol para impedir que un individuo indeseado, que ya haya causado disturbios o pueda causarlos, entre en los estadios", dijo Hilario Medeiros, gerente de Seguridad del Comité Organizador Local (COL) de la Copa América.

La vigilancia en los estadios estará a cargo de 10.000 agentes de seguridad privada contratados por el COL, informó Medeiros. Los alrededores serán vigilados por las policías de cada estado.

La presencia de hinchas violentos "será uno de los principales desafíos", pero "los equipos de seguridad tuvieron un aprendizaje significativo durante los últimos grandes eventos", dijo a la AFP Caio Torres, especialista en seguridad de Control Risks en Sao Paulo.

El esquema incluye un estudio cuidadoso de los trayectos de los autobuses de deportistas y aficionados, teniendo en cuenta los incidentes registrados durante la final de la Libertadores en 2018 en Buenos Aires, cuando el carro que trasladaba a los jugadores de Boca fue apedreado por hinchas de River y el partido debió suspenderse para disputarse semanas más tarde en Madrid.

Batallón canino y francotiradores

Aeropuertos, hoteles, centros de entrenamiento, estadios, rutas de las delegaciones, puntos turísticos y de aglomeración de público tendrán la seguridad reforzada.

Muchas medidas ya han sido puestas en práctica de forma discreta en partidos de la liga brasileña o de la Libertadores, de acuerdo con la prensa local.

El juego de apertura Brasil-Bolivia, el viernes en el estadio Morumbi de Sao Paulo, tendrá un dispositivo reforzado, debido a la posible presencia del presidente Jair Bolsonaro. La protección del mandatario es más rigurosa desde la puñalada que estuvo a punto de costarle la vida durante un acto de campaña en septiembre pasado.

Perros del Batallón de Acciones con Canes (BAC) husmearán las instalaciones en busca de posibles bombas y habrá francotiradores posicionados dentro y fuera del estadio.

"Nuestro servicio de inteligencia estudia todas las hipótesis y estamos preparados para enfrentar cualquier emergencia", pero no se ha detectado hasta el momento ninguna señal de preparación de atentados, aclaró el jueves el general Carlos Sérgio Cámara Saú, coordinador del centro de Operaciones Integradas de la Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo.

A diferencia de los Juegos Olímpicos de 2016, esta vez no habrá militares patrullando Rio de Janeiro. Las Fuerzas Armadas podrían actuar "en casos excepcionales", afirmó César Martinez, pero "no está prevista su actuación en el plan normal", indicó.

La venta de bebidas alcohólicas en los estadios, permitida en el Mundial-2016, quedará esta vez a criterio de cada estado. En Sao Paulo, por ejemplo, estará prohibida.

Llamados a la huelga

Los sindicatos brasileños llamaron a una huelga general el viernes 14, jornada inaugural de la Copa, contra la reforma de las jubilaciones propuesta por el gobierno. Se ignora por el momento si el movimiento será seguido y si habrá protestas.

Pero para Caio Torres, no existe un riesgo similar al de 2013, cuando millones de manifestantes salieron a las calles durante la Copa Confederaciones para protestar contra el derroche de dinero público en megaeventos deportivos en un país con enormes desigualdades sociales y servicios públicos de mala calidad.

"Por el momento no parece haber una identificación entre la insatisfacción de la opinión pública y la Copa América, como ocurría en 2013", apuntó el especialista.

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Copa América-2019: Otro gran evento, con otro Brasil

Sao Paulo, Brasil | AFP

Desde que organizó a lo grande el Mundial-2014, Brasil ha tenido tres presidentes, una recesión histórica, dos exmandatarios detenidos y un escándalo de corrupción sin precedentes. Con la crisis de nuevo amenazando al gigante, la Copa América-2019 llega discreta a un país que ya no encuentra consuelo en su Seleçao.

Poco queda de aquella potencia emergente, cuando nada parecía frenar al Brasil que conducía el carismático Luiz Inácio Lula da Silva (del 2003 al 2010). Con las llaves del Mundial-2014, pasó incluso por encima del Chicago de Barack Obama para llevarse los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica.

Pero la fiesta acabó antes de tiempo para una población que ya llevaba meses ahogada por la crisis, los escándalos y la inseguridad cuando se apagó la llama olímpica el 21 de agosto de 2016 en el Maracaná. Para entonces, la presidenta Dilma Rousseff (2011-2016), sucesora de Lula, ya había sido apartada del cargo y sustituida por el impopular Michel Temer.

"La Copa de 2014 era una plataforma para reafirmar la grandeza nacional, del gobierno del PT (Partido dos Trabalhadores, izquierda). Hoy ya no tiene sentido. Por la crisis, por todo. La Copa América será solo un evento deportivo más", valora a la AFP el historiador Marcos Guterman, autor del libro 'El fútbol explica a Brasil'.

Desde hace más de un año, Lula cumple condena en una cárcel de Curitiba acusado de corrupción y lavado de dinero -algo que él niega rotundamente- y muchas de aquellas obras concebidas al calor de los grandes eventos se han convertido en emblemas del despilfarro.

También están presos los dos últimos exgobernadores de Rio de Janeiro y el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol durante el Mundial, José Maria Marin (él en Estados Unidos), así como otros muchos políticos, constructores y figuras clave de la élite nacional de aquellos años frenéticos.

Decepción

El ultraderechista Jair Bolsonaro -un exmilitar apenas conocido en 2014 por sus salidas de tono como diputado- venció las elecciones de octubre e intenta resucitar una economía con 13,2 millones de desempleados y preocupantes índices de violencia.

"La gente ni se da cuenta de que va a haber una Copa América. La coyuntura es tan dramática que es difícil pensar en esta Copa como un gran evento", afirma Katia Rubio, profesora de la Escuela de Educación Física de la Universidad de Sao Paulo.

Tampoco la cuenta atrás hacia el Mundial-2014 fue idílica. Ya durante la Copa Confederaciones-2013 una ola de masivas protestas de una ciudadanía que se preguntaba dónde iba todo aquel dinero sorprendió a los organizadores y al gobierno.

Aunque aún era difícil imaginar lo que vendría después.

Nada fue mejor dentro del campo, donde a la Canarinha le atrapó Alemania en la fatídica semifinal del 7-1, sumiéndola en una pesadilla histórica.

El país entraba entonces en una espiral recesiva que duraría hasta finales de 2016. No era la coyuntura soñada para recibir los Juegos, que se zanjaron sin embargo como un éxito para los organizadores. Pero tras la exuberancia del Rio Olímpico se escondía un país con profundos problemas que tampoco logró enderezar Temer, quien tras dejar el cargo en enero ya ha sido detenido en dos ocasiones por un caso de corrupción.

'Se acabó'

Con este panorama, la organización de la Copa América-2019 ha tratado de recortar gastos al mínimo y operar con "una estructura enjuta", según sus organizadores, reduciendo las opulentas doce sedes del Mundial-2014 a seis estadios en cinco ciudades, lejos de los polémicos elefantes blancos y bajo la promesa de evitar recursos públicos.

"Si hubiera dinero, se habría gastado. El problema es que no hay. Se acabó. Los empresarios están presos, el nivel de vida es otro", valora Guterman.

Para agregarle confusión al desencanto, la previa de la Copa América acabó colonizada por el escándalo de Neymar, acusado de violación, en una polémica seguida al detalle por el país.

Los brasileños, que un día creyeron ver en el hábil atacante al heredero de sus genios, empiezan a estar cansados de esperarle. Y el encuentro no se dará esta vez, pues finalmente su estrella quedó fuera del torneo por lesión.

Con una Seleçao en la que apenas se reconoce -solo tres convocados militan en la liga local-, tampoco parece que un triunfo en la Copa América resulte suficiente para restaurar el brillo de Brasil en la cancha, tras 17 años sin levantar un título mundial y desde 2007 sin un trofeo continental.

Ni para eclipsar del todo la realidad

"El fútbol fue la panacea para los grandes males en momentos históricos como la dictadura (1964-1985), pero ya no", afirma la profesora Rubio. El deporte rey, añade, ya no tiene "esa potencia de antes porque ha perdido importancia como hecho social".

Aunque, para la orgullosa pentacampeona del mundo, caer de nuevo en casa tampoco es una opción.

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