El fútbol tiene tantas vueltas como la vida misma y la revancha uno las encuentra día a día. La historia de Julio González, defensor paraguayo que está peleando la Superliga argentina con Defensa y Justicia, es una gran enseñanza de perseverancia total.
El “Polaco” como lo conocen todos, jugó de titular en la última victoria 3-2 de Defensa y Justicia sobre Banfield. El Halcón de Varela es la gratísima revelación de la Superliga Argentina. Con un plantel de bajo presupuesto, integrado por jugadores que han ido en busca de una segunda oportunidad en el fútbol, está a solo un punto de la punta y es el candidato de muchos para salir campeón.
El paraguayo Julio González es uno de los protagonistas del sueño que vive el modesto club argentino. En charla con VERSUS, el ex zaguero de General Díaz comentó cómo ha llegada hasta ahí y cómo ha tenido que superar innumerables obstáculos por el camino.
A los 14 años, González decidió aventurarse al venir de Encarnación hasta Asunción, con el sueño de ser futbolista. Estuvo un tiempo en las formativas del club Olimpia y como no había tenido dónde quedarse, tuvo que volver a su “valle”, como él mismo cuenta.
“El representante que me trajo (Alfredo Mendoza) cerró su pensión y no tenía lugar para quedarme y decidió volver a Encarnación”, comentó González.
Tras cuatro años de prácticamente estar inactivo, ya que lo único que hacía era jugar torneos de barrios y el famoso “Piki vóley”, se decidió a retomar su carrera. Volvió a tomar valentía y se vino hacia la capital (Asunción) del país.
Nuevamente pasó la prueba y se quedó en Olimpia, de donde nunca había salido su ficha. A pesar de su inactividad, nunca dejó de ser franjeado. Jugó en la Sub 20 y Categoría Reserva.
Fue uno de los chicos que se destacó rápido y bajo el mandato de otra directiva (no la de ahora), firmó contrato profesional (por sueldo mínimo en ese entonces). Parecía que su carrera por fin iba despegar, pero no, se complicó todo.
Vivió casi dos años en el Complejo ODD de Villeta y también en el Complejo Vargas de Capiatá, sedes alquiladas en su momento por Olimpia para sus formativas.
“Polaco”, como lo llamaban desde chico, la pasó muy mal en ambas pensiones, por la falta de comodidad y atravesando muchas necesidades.
Tras estar prácticamente abandonado en la pensión por bastante tiempo, le dieron su pase en Olimpia, pues no iba a ser tenido en cuenta para la próxima temporada.
Cuando parecía que todo se derrumbaba, apareció la oportunidad para él. Fue al Deportivo Carapeguá, donde sí le pagaron y comenzó a autosustentarse. Encima de todo, no pagaba ni pasaje viajar más de 160 kilómetros al día, ya que tenía como choferes exclusivos a Raúl Cáceres, ahora en Vasco da Gama y Michel Romero, ex Independiente.
Julio González dijo también estar muy agradecido a General Díaz, equipo que se jugó por él que fue su principal vidriera para pasar del fútbol paraguayo al argentino.
Junto a Matías Rojas, son los jugadores que plantan bandera en el plantel de Defensa y Justicia, que sorprendiendo a todos, está peleando el título de la Superliga.
Enseñan guaraní
En una de las tantas anécdotas que ha tenido en este tiempo, Julio contó a VERSUS que el guaraní sigue siendo un arma clave para ellos y se divierte junto a Rojas en los entrenamientos.
“En las prácticas hablamos en guaraní y automáticamente todos nos miran ya y nos putean: 'Che paragua dejen de decir cosas en guaraní, basta de insultarnos (sic...). Y nos reímos junto a Mati. Algunos aprendieron ciertas cosas. Por ejemplo les decimos 'kure caldo' (caldo de cerdo) y esa palabra ya no se les sale de la cabeza”, comentó entre risas.
Julio González llegó a inicios del 2019 al "Halcón" y ha jugado 8 partidos en el inicio de esta temporada en la Superliga, y un juego por Copa Sudamericana. Está préstamo por General Díaz y el club argentino tiene una opción de compra.
